miércoles, 30 de diciembre de 2020

Despedida 🍒

No, no es una broma. Tampoco es una decisión impulsiva: hace varios meses que tomé la decisión y mantuve el blog más o menos como siempre —habrán notado mi baja actividad a la hora de responder comentarios o pasar por otros blogs— para poder terminar el año. Sí, es un poco triste. Sí, les voy a contar por qué.

Primero que nada, esto no quiere decir que voy a dejar de reseñar libros. Lo que sucede es que ya no me entusiasma hacer este tipo de reseñas en este medio, por varios motivos que les voy a contar más adelante. Si quieren seguir leyéndome, pueden encontrarme en mi cuenta de Instagram, que es la de siempre. Pienso darle un poquito más de atención y cuidados, así que tengo mucho que aprender.

Ahora, ¿qué es lo que pasó? Nada en particular, sino la suma de muchas cosas. La principal es que ya no disfruto de hacer esto de la misma manera. Siempre manejé este blog de forma metódica y organizada, pero desde hace un cierto tiempo eso, más que ayudarme a estar tranquila, me tiene agotada y estresada. Además, vi afectada mi capacidad de escribir reseñas detallistas y sentidas, algo que antes me entretenía un montón.

De más está decir que el año que termina es ni más ni menos que 2020, que se llevó puestas un montón de cosas que parecían muy estables. En lo personal, salvo algunos casos bastante complejos y sin hablar de la situación global, no tuve un mal año, todo lo contrario: me recibí, encontré un trabajo precioso, escribí mucho, empecé a cuidar más mi salud física y mental. Todas estas cosas redujeron, en parte, el tiempo que puedo dedicarle a leer y a mantener el blog. Y sentirlo siempre ahí como una obligación, una carga, fue la señal de que algo tenía que cambiar.



Por supuesto, hay otros motivos que me impulsaron a tomar esta decisión, más allá del no disfrute y tener poco tiempo. Una de ellas fue lo lejana que me siento del resto de la comunidad, aunque haya encontrado vínculos preciosos y hasta amistades. Estoy un poco cansada de sentir que hablo sola o para las mismas tres personas, cuando podría estar utilizando una plataforma que de verdad me permita compartir mis opiniones y recibir las de los demás. Estoy bastante cansada de los comentarios vacíos, de saber que hay gente que comenta para recibir un comentario a cambio, que a veces ni siquiera leen las entradas que tanto esfuerzo lleva escribir. De hecho, estoy segura de que algunas personas van a comentar sin leer esto. Estoy cansada también de lo que conlleva mantener el blog en funcionamiento, de la búsqueda de imágenes —que tuve que sacar de casi todas las entradas por temas de copyright, por las dudas— y de comentar a otros en una plataforma que lo hace tedioso más que un momento para leer reseñas que me interesan.

Dicho así, parece que estoy harta de todo, pero no es así. Agradezco con todo mi ser la experiencia preciosa que fue tener un blog literario. La gente hermosa que pude conocer, lo mucho que aprendí. Las oportunidades que tuve, como trabajar con el Plan Nacional de Lectura e incluso viajar a la Feria del Libro de Buenos Aires o dar talleres en liceos. Los eventos hermosos en los que pude participar, los autores que conocí y hasta entrevisté. Las colaboraciones con editoriales, las que mantengo hoy en día y las que no, que hicieron posible que siguiera con el proyecto. Lo lindo que fue poner tanto de mí en un proyecto y verlo dar sus frutos. Hasta fue lindo compartir, aunque fuera por poquito tiempo, parte de las entradas del año con Juan, mi novio, y encarar aún otro proyecto juntos. Fui muy feliz con el blog.

Las etapas son eso, etapas. Eventualmente, terminan. Este blog fue una etapa hermosa que me permitió crecer muchísimo, pero llegó a su cierre. Dejo atrás cientos de entradas que contienen reseñas, entrevistas a autores, experiencias en eventos y especiales temáticos. También, anécdotas como escritora, una parte de mi vida a la que quiero y necesito dedicarle más tiempo. Lo que no tuve este año, por ejemplo, desde que empecé en este trabajo. 

Pueden encontrar todas estas entradas en el índice, que incluye también las que se publicaron en Escaramuza, Harta o el Astillero de las Letras. Las tienen también en mi perfil de Goodreads, donde me gustaría ser más activa. Y, como dije antes, siguen pudiendo encontrarme en mi cuenta de Instagram y, si tenemos suerte, tal vez en las páginas de algún libro. Crucen los dedos para que 2021 sea un buen año para eso.

Muchas gracias, de verdad, a todos los que me acompañaron desde el inicio hasta este momento. Gracias también a quienes apoyaron el blog con colaboraciones o entrevistas. Los proyectos personales parecen solitarios, pero no lo son tanto. Y gracias a ustedes, los que están leyendo esto. 


Nos vemos pronto ♥.

jueves, 24 de diciembre de 2020

Sangre de dioses - Reseña

 

DECIDE POR QUIÉN VIVIRÁS.
POR QUIÉN LUCHARÁS.
Y POR QUIÉN MORIRÁS.

Anna no es más que una simple criada y tiene una regla muy clara: no debe acercarse al fuego.
Bastien Doyle es el joven aristócrata que estuvo a punto de morir en un incendio y cuya cara quedó marcada para siempre.
Lya Altair es una noble; una muchacha soñadora que lo único que hace es esperar a su príncipe azul.
Las vidas de Anna, Bastien y Lya están unidas por un frágil lazo que está a punto de cortarse. Y ya no importará quiénes fueron, sino quiénes son y en quiénes se convertirán.

En el reino de Valerya no hay príncipes ni un «vivieron felices por siempre». Aquí, un solo paso en falso puede acabar con tu vida para siempre. En Valerya, la sangre de los dioses corre por las venas de su gente.


«Destruiremos cada piedra que forme parte de un castillo. Asesinaremos a
las familias que lo pueblen, a quienes los apoyen. No quedará nadie con
vida. Ni hombres, ni mujeres, ni ancianos, ni niños, ni recién nacidos.
Los reduciremos a polvo. Sus huesos se convertirán en astillas, y le juro
que nos beberemos su sangre para que no quede nada de sus asquerosos
cuerpos. Los convertiré en aquello a los que nos han condenado durante
cientos de años. Va a llover sangre, carne y huesos sobre el reino de Valerya».


¡Felices fiestas! 🥂. Sé que es un año complicado para todos, que son fiestas muy particulares y que no vamos a poder pasarla como nos gustaría, pero si estamos acá ahora es porque sobrevivimos, y ese ya es tremendo logro en 2020. Les mando un abrazo enorme a todos.

Desde que descubrí a Belén Martínez con Cuando reescribamos la historia, me quedé con montones de ganas de leer otro libro suyo. Por lo tanto, fue una alegría cuando este llegó a mis manos, sobre todo porque tenía mucha curiosidad por el desempeño de la autora en un género diferente. He de decir, sin embargo, que creo que este libro no era para mí. Por lo tanto, voy a contarles qué me pareció, pero no quiero dejar de recordarles que es altamente probable que ustedes lo disfruten mucho más, y que no deberían dejar de darle una oportunidad por esta reseña.

He de decir que puede que haya leído demasiados libros de fantasía con temáticas similares en los últimos años, y por eso la trama no me fascinó ni me sorprendió. De todas maneras, sí logra ser amena y enganchar, por lo que no fue para nada un esfuerzo pasar las páginas ni llegar al final. Es de esos libros con varios puntos de vista que están súper entrelazados y que sabemos que, inexorablemente, van a converger. Es un estilo similar al de Juego de tronos, en eso y en la violencia más bien gráfica y constante, pero la historia no es tan amplia y no tenemos un casting tan grande, por lo que difícilmente nos confundamos o nos toque leer sobre personajes que no nos interesan. No quiero explicar bien cómo se desarrolla cada una de estas tramas porque tendría que hablar sobre un evento importante que actúa como catalizador, pero sí diré que hay cazarrecompensas, esclavos que buscan la rebelión y conspiraciones de nobles, intrigas de la corte... Lo que se imaginan.

Respecto a estos personajes, nuestras tres perspectivas son las de Anna, Bastien y Lya, como pueden deducir de la sinopsis. He de admitir que este fue uno de los puntos que no me convencieron demasiado; en ningún momento conecté con Anna o Bastien. De la primera no entendí sus motivaciones, más que la inercia, y el segundo me cayó mal. Este último motivo es personal, así que no creo que les pase, pero me decepcionó un poco que un personaje como Anna no me importara nada. A la que sí quiero mucho es a Lya. Ese tipo de personajes delicados, cobardes, inocentes, que terminan siendo mucho más de lo que todos, ellos mismos incluidos, esperan. De hecho, su trama es la que más me gustó. Tiene un montón de potencial como personaje y seguiría leyendo estos libros solo por ella.

Bueno, por ella y un par de secundarios que se ganaron mi corazón, como Lucrezia y Etienne. Los demás secundarios, debo admitir, no me llegaron tanto. Creo que el desarrollo de personajes es uno de los debes de esta novela, algo que me sorprende porque en el otro libro que había leído era justamente uno de los fuertes. No sé si se trata del género, la narración o alguna otra cosa, pero me extrañó bastante.

Ya que hablamos de la narración, en este libro nos alejamos de la primera persona intimista y profunda y nos quedamos con una tercera que, en mi opinión, no logra generar la misma empatía. Sigue siendo la prosa de una buena escritora que puede y sabe generar tensión e intriga, y algunas frases lapidarias caen en el momento indicado, pero no sé si es una prosa que llega de verdad a los personajes. Me gustaría saber cómo habría sido leer este libro con narradores en primera persona. Fuera de eso, lo que ya dije: es ameno, se lee rápido, engancha. Hay algunas reiteraciones de conceptos que no me convencieron, pero nada grave.

La ambientación está bien construida. Es coherente en sí misma y se nota un trabajo detrás, aunque haya algunos elementos que, debido a mis propias lecturas, me saturaron un poco, como la gente con poderes o que algunos poderes sean elementales y eso. No es un problema del libro en sí, sino mío como lectora. Después, no quiero dejar de comentar que la autora hace algo que aprecio muchísimo en un libro de fantasía y que me gustaría ver más: personajes LGBT naturalizados, una sociedad en la que no noto que haya un sexismo marcado y problemáticas sociales que se denuncian. Que un libro sea de fantasía medieval no quiere decir que no se pueda hacer esto, y por ello aplaudo a la autora. 

En definitva, no podría decir que es un libro que me haya gustado, lo que me da mucha pena porque de verdad disfruté Cuando reescribamos la historia y tenía ciertas expectativas. Ahora, creo que depende mucho del lector acá, así que los insto a probar y luego contarme qué tal. Siempre estoy abierta a charlar sobre libros ♥.

Eso es todo por hoy, por esta última reseña del año (la entrada del miércoles que viene es un poco diferente). Muchas gracias por compartir este año; les deseo una muy feliz Navidad y que pasen precioso. ¡Hasta la próxima!

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Un mar sin estrellas - Reseña


Muy por debajo de la superficie de la tierra, sobre la orilla del Mar sin Estrellas, hay una gran cantidad de túneles y recintos llenos de historias. Las entradas que conducen a este santuario suelen estar ocultas, a veces en el suelo de los bosques; en ocasiones, en hogares privados e, incluso, pueden estar a simple vista. Pero quienes las buscan las encontrarán. Sus puertas han estado aguardándolos.

Zachary busca su puerta, aunque no lo sabe. Sigue un canto de sirenas silencioso, una certeza inexplicable de que está destinado a encontrar otro sitio. Cuando descubre un libro misterioso en las estanterías de la biblioteca del campus, empieza a leer y queda cautivado por los relatos de prisioneros que buscan amor, ciudades perdidas y acólitos sin nombre. De repente, una vuelta de página trae a Zachary a una historia de su propia niñez, increíblemente escrita en ese antiguo libro.

Una abeja, una llave y una espada impresas en el libro conducen a Zachary a dos personas que cambiarán el rumbo de su vida: Mirabel y Dorian. Estos desconocidos lo guían a través de bailes de máscaras y relatos susurrados en salones clandestinos hasta la sede de una sociedad secreta, donde los picaportes cuelgan de cintas y, fi nalmente, a través de una puerta pintada que se abre mágicamente para entrar en un lugar que siempre había anhelado.

Entre túneles serpenteantes atestados de libros, salones de baile y orillas oscuras como el vino, Zachary cae en un mundo embriagador, impregnado de romanticismo y misterio. Pero una batalla se libra por el destino de ese lugar y, aunque hay quienes lo sacrificarían todo para protegerlo, otros están decididos a destruirlo.


Hay libros fáciles de reseñar y después está este, que se resiste con ganas a ser explicado, porque la realidad es que debe ser experimentado. Porque es eso, más que una historia: una experiencia, una inmersión en ese mar remoto y lleno de historias. Me moría por leer este libro desde que supe de su existencia —aún tengo pendiente el primer libro de la autora—, pero no fue lo que esperaba, aunque no sé bien qué es lo que esperaba. Fue mejor, creo yo. Fue... Es difícil de explicar. 

No tenemos una historia, sino historias dentro de historias dentro de historias. Una historia es una historia es una historia. Si quieren que lo explique de manera menos confusa, podemos decir que tenemos una trama principal, la de Zachary, y pedacitos de historias intercaladas con sus capítulos, que a veces son de otros libros y a veces son simples notas tiradas en el suelo o el diario de alguien más. Podríamos decir que estos elementos complementan la historia principal, pero no es así, sino que están profundamente entrelazados y no son opcionales. Todo es parte de la misma historia, o de las muchas pequeñas historias que forman este universo. Es complejo, les dije.

Y también es complejo ir más allá de lo que nos dice la sinopsis: Zachary, un estudiante universitario que se enfoca sobre todo en la literatura y los videojuegos, descubre Dulces penas, un libro que le resulta fascinante hasta que se horroriza con lo que encuentra allí: un relato del que, de alguna manera imposible, es parte. Así, obsesionado por descubrir la verdad, es que termina en medio de un relato fantástico y algo decadente. El pasado que fue y ya no será es un tema recurrente en la novela, así como una perspectiva muy interesante del futuro, como un final abierto. Muchas cosas por acá.

La trama avanza con cierta lentitud que no será del gusto de todos los lectores, así que no me extrañaría que desanimara a aquellos que buscan historias rápidas que devorar con voracidad. No es el caso de Un mar sin estrellas, que exige ser disfrutado con lentitud y cierta atención. Si no, corremos el riesgo de que se vuelva todavía más confuso. Acá hay que prestar atención a los detalles, saborear la prosa, hundirnos de a poquito y estar atentos a los símbolos. Se nos recompensará con bibliotecas legendarias, sociedades secretas, cuentos de hadas y un homenaje al storytelling que es imposible de ignorar.

Conforme avanzamos en el libro, más vamos entendiendo y no entendiendo a la vez. Y se va pareciendo cada vez más a un sueño, a la clase de lógica onírica que no tiene sentido pero a la vez sí. Es, sin embargo, lo que uno espera del mar sin estrellas, esa fuerza omnipresente que vamos descubriendo de a poco. No sabría decir si el final me dejó satisfecha; cierra bien, pero me quedo, como siempre me pasa con los buenos libros, con ganas de saber más. De no dejar ir este mundo o estos personajes.

Los personajes son, como el pirata del principio del libro, una metáfora de algo más. Y tanto es así que no sé si se sienten reales del todo. Puede que, así como cada vez nos metemos más en esa ambientación de sueño, ellos vayan perdiendo el tipo de humanidad cotidana que los hace más cercanos. No quiere decir que no sean creíbles, o que sus vínculos no sean creíbles, sino que la distancia entre quienes eran al principio y quienes son al final es bastante grande.

Sigue siendo muy difícil escribir esta reseña.

Los dos elementos que más podría resaltar de la novela son, además de esa estructura tan rara, la prosa y la ambientación. La forma en la que está narrado este libro es bellísima; con un aire poético que me recordó mucho a El soñador desconocido, encuentra la manera de hechizar a los lectores y de sonar a cuento de hadas, a misterio, sin tener un vínculo con la actualidad y las referencias culturales contemporáneas.

Y respecto a la ambientación... Qué puede decirse. Es maravillosa. Es un universo que me gustaría  no haber dejado. Me llevó bastante terminar el libro —que además es largo y tiene letra chiquitita— en parte porque lo estiré todo lo posible para poder disfrutarlo, pero aun así se me hizo corto. Siento que lo leí demasiado rápido. Qué más quisiera yo que volver a perderme en los salones una vez majestuosos del Puerto, entre los libros antiguos y llenos de secretos. En esos mundos, esos símbolos y las historias que encierran. En las costas oscuras del mar sin estrellas. Nada que pueda decirles ahora se compara con vivir esto ustedes mismos.

Sé que no es un libro para todo el mundo, más que nada por una cuestión de gustos, pero de verdad los animo a leer. Es uno de esos libros diferentes, especiales, que uno sabe que va a llevar en la cabeza por mucho, mucho tiempo.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Nunca digas tu nombre - Reseña

Estás en una ciudad desconocida, esperando tu tren. Tenés varias horas, así que salís a caminar por las calles. Solo llevás un bolso pequeño y tu cámara de fotos. Hace frío. Te encontrás con alguien y te ponés a conversar. El aire está raro, pero te dejás llevar. Se hace de noche. Hay algo a punto de ocurrir, no hace falta ninguna capacidad extrasensorial para saberlo. Los dados están echados. Llegues adonde llegues, siempre terminás conociendo tu futuro.

«Te dijeron que no confiaras en extraños, que no anduvieras con ellos, que no los siguieras, y acá estás, desobedeciendo todas las advertencias».









No sé si todos los lectores del blog lo tendrán claro, pero Federico Ivanier es de mis escritores favoritos desde la preadolescencia. Ha aparecido más de una vez en este blog, y también aparece mucho en mis estantes. Seguir leyéndolo ahora de adulta es un privilegio y un placer enorme. Hacía tiempo que tenía puestos los ojitos sobre su último libro, pero recién ahora pude leerlo. Tenía mucha curiosidad porque sabía que era distinto a los demás, así que paso a contarles qué me pareció.

En este caso, corresponde que empecemos por la prosa. Es lo que llama la atención de inmediato: la narración está en segunda persona, presente, un recurso que en lo personal me resulta fascinante y que siempre me gusta encontrar en la ficción. La elección es muy adecuada porque le aporta dinamismo a la historia, a la vez que interpela al lector. Se combina a la perfección con el tono poético y lleno de incertidumbre, con las imágenes invernales y las emociones veladas del protagonista, que nunca dice su nombre, como bien indica el título. Resulta envolvente, fluida, y así es como se lee rapidísimo, en constante tensión.

Es una historia cortita, diría yo que entra en la categoría de nouvelle. Por lo tanto, la trama no es compleja ni nos encontramos con subtramas, lo que podría resultar confuso en historias de esta longitud. Nuestra trama es bastante directa, si bien no lineal, porque también hay algunas escenas del pasado que son clave para entender la historia completa. El protagonista confunde la hora de los pasajes, tiene que hacer tiempo en un pueblito de la frontera entre Francia y España, Irún. Pasea, se encuentra con una chica muy rara... En fin, podría ir por muchos lados, algunos más cliché que otros. Sin embargo, es una novela de Federico Ivanier. Sabemos que va a ir por el lado raro.

Hay muchos indicios de este quiebre entre lo melancólico-normal del inicio y el quiebre que se da hacia el final. El primero ocurre casi al principio, en una escena bástante gráfica que rompe con la cotidianidad de la plaza. Luego, pequeños detalles en su conversación con esta chica. Hasta el paisaje acompaña. Respecto al quiebre que menciono —en cierto modo esperable, aunque no diría que predecible—, prefiero no decir demasiado, pero está bastante unido a otra de sus novelas anteriores, diría que podrían pertenecer al mismo universo. Pueden teorizar a gusto.

¿Es una novela contemporánea? ¿Juvenil? ¿De fantasía? ¿Thriller? ¿Horror? No sé muy bien cómo la catalogaría, si es que es necesario. Tiene un poquito de todas esas cosas, pero también se apoya muchísimo en una prosa bastante lírica y en la cultura popular, especialmente en la música y el cine. Tampoco pasan desapercibidas ciertas referencias literarias.

Como siempre, Federico Ivanier no decepciona. Me encanta todo lo que hace, pero me alegra leer cosas suyas un poquito más experimentales, más oscurillas y con esa voz tan suya. Creo que es un libro ideal para leer de un saque, en un rato libre. De hecho, ¿por qué no leerlo mientras hacen tiempo? No digo de viaje, pero... Pero tal vez la sensación sea diferente si partimos de ese punto en común con el protagonista. Tal vez se vuelva un poquito más inquietante.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Una magia más oscura - Mini reseña




A principios de año, mi intención era leer los libros de esta trilogía de Victoria Schwab, conocida como V. E. Schwab en sus novelas para adultos, así que había decidido reseñar la trilogía en una sola entrada para poder comentarles mejor que me pareció esta historia en su totalidad. Una de las cosas que me hacen feliz es que compré esta trilogía en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires el año pasado, donde volví a ver a la autora, por lo que tengo los dos primeros volúmenes firmados y sonrío cada vez que lo veo ♥. No obstante, fracasé —muy al estilo 2020— y solo leí el primero, en verano.

Así que acá tienen una especie de mini reseña, que en realidad iba a ser parte de una reseña más grande de la trilogía, porque no puedo prometer que la siga leyendo en el futuro inmediato. 2020, ya les dije.

Acá va:

Muchos ya han leído a esta autora, sobre todo después de que anduvo por Montevideo. Tampoco es mi primera lectura, así que si les interesa saber lo que me parecieron Una obsesión perversa o La ciudad de los fantasmas, ahí les dejo los links.

En líneas generales y para contarles qué es lo particular de esta saga, se nos plantea una historia en la que hay varios Londres paralelos. Uno de ellos es nuestro Londres —el llamado Londres gris—, en el que prácticamente no hay magia, que está conectado con los Londres de otros mundos. Este nombre es el único rasgo en común, además de la geografía, dado que son mundos distintos, con países distintos y formas de vida muy diferentes. Y también es distinta la relación con la magia: en el rojo, la magia florece y la vida es buena. En el blanco, la gente se desvive por el poder y la sociedad es violenta, marchita. En el negro... Bueno, allí pasaron cosas terribles y fue bloqueado, por lo que nadie puede entrar o salir de allí.

Aunque la gente puede dominar la magia en distintos niveles, existen personas denominadas antari, que pueden controlar la magia de la sangre y, por lo tanto, moverse entre los distintos Londres. Su papel suele ser diplomático, pero para nuestro protagonista, Kell, también es una oportunidad de contrabando. Y, para otros, de conseguir más poder.


Kell es uno de los últimos magos viajeros con una extraña habilidad para viajar entre universos paralelos conectados por una ciudad mágica.
Existe un Londres Gris, sin magia y con un rey loco: el rey George III. Un Londres Rojo, donde se honra la vida y la magia y donde Kell creció junto a Rhy Maresh, heredera de un imperio esplendoroso. Un Londres Blanco, donde la lucha por controlar la magia dejó una ciudad en ruinas. Y mucho tiempo atrás, había un Londres Negro. Pero ya nadie habla de eso.
Oficialmente, Kell es el viajero Rojo, embajador del imperio de Maresh y responsable de circular la correspondencia entre los nobles de cada Londres. Extraoficialmente, es un contrabandista, al servicio de quienes estén dispuestos a pagar por objetos de mundos que jamás verán. Se trata de un hobby con consecuencias mortales, que ahora sufre en primera persona.
En viaje, Kell se topa con Delilah Bard, una ladrona con aspiraciones idealistas. Ella le roba, lo salva de un enemigo letal y finalmente lo obliga a llevarla a otro mundo en busca de aventuras.
Una magia peligrosa emerge y la traición acecha en cada rincón. Para mantener a todos los mundos a salvo, tendrán primero que pelear por seguir con vida.

Como les contaba arriba, no es mi primera lectura de la autora. Sin embargo, es su primera historia de estas características, así que tenía bastantes expecativas al empezar. Había escuchado que el primero estaba bien, pero que los dos siguientes son mucho mejores, así que eran expectativas controladas, tranquilos. Este lo agarré en Playa Hermosa, en enero, así que lo leí muy tranquila rodeada de sol y mar, lo que parece ser el opuesto absoluto de la ambientación de la novela —recomendación: es un libro más de invierno.

Haberlo empezado con expectativas controladas dio sus frutos, como suele pasar. Me gustó más de lo que esperaba y quedé encantadísima con la ambientación y con la magia Trigger Warning: funciona con la sangre, de forma literal— de esta novela. Es tan deliciosamente oscura, pero de una forma que no se vuelve pesada ni opresiva, sino que genera interés constante. Cada Londres tiene lo suyo y me fascinó por distintos motivos —incluso el nuestro, ya que lo victoriano me puede—, pero el negro me generó muchísima intriga y una sensación de inquietud constante.

Además, es una novela que se lee rapidísimo. La acción es perpetua, aunque no satura y se mezcla muy bien con la intriga y con los monólogos internos de los personajes, que nos sirven para conocerlos mejor. Los personajes, no obstante, tal vez sean el punto flaco de este primer volumen. Aunque son muy carismáticos y se les agarra cariño enseguida —adoré a Lila Bard, sobre todo, una chica independiente y aventurera, la otra protagonista—, tienen un desarrollo pequeño. Esto se explica con el corto tiempo en el que transcurre la novela, sí, pero me pareció que tenían poco tiempo tanto para pensar en las decisiones que tomaban como para procesar las consecuencias después.

Me pareció un muy buen inicio de trilogía, que sin duda deja las puertas abiertas a más desarrollo, tanto de los personajes como de este universo tan rico y macabro.


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Lamento muchísimo no poder traerles la entrada que había imaginado allá por enero, pero espero que igual se queden con ganas de leer y me comenten qué les pareció si ya lo hicieron. Más adelante, cuando me ordene mejor con las lecturas y los pendientes, terminaré de leer esta saga y les diré si me equivoqué o no al creer que tenía mucho potencial. Yo le tengo fe.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

La isla de las mujeres del mar - Reseña

 

Tras seducir a lectores y críticos de todo el mundo con El abanico de seda y Dos chicas de Shanghai, Lisa See vuelve a cautivarnos con La isla de las mujeres del mar, una bella e introspectiva novela sobre los lazos de amistad de dos jóvenes hanenyeo -mujeres buceadoras de la isla surcoreana de Jeju, cuya forma de vida ha sido reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad- y las poderosas fuerzas, tanto naturales como históricas, que las rodean.


Kim Young-sook y Han Mi-ja empiezan su preparación como haenyeo. A pesar de sus diferentes entornos familiares, pronto se hacen íntimas, aprenden la técnica del buceo y se enfrentan juntas a las exigencias físicas y los fracasos emocionales de su trabajo. Durante medio siglo, las dos jóvenes forjarán una sólida relación al tiempo que su vida se verá envuelta en acontecimientos tan trágicos y extraordinarios como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y sus secuelas, y tan inevitables como la irrupción de los teléfonos móviles y la llegada de nuevas políticas e ideas a la isla. Sin embargo, tras sobrevivir a cientos de inmersiones y desarrollar el más estrecho de los vínculos, algo que escapa a su control acabará rompiendo su amistad.


Narrada por la entrañable voz de Young-sook, La isla de las mujeres del mar es no sólo una magnífica saga familiar con extraordinarias ramificaciones, sino también un vívido retrato del mundo singular y poco conocido de la isla de Jeju y de las atrocidades sufridas por sus moradores bajo la ocupación japonesa.


Desde que leí El abanico de seda, de la misma autora, supe que iba a volver a leer a Lisa See. Ojo, no son libros fáciles desde un punto de vista emocional, por lo que me tomé mi tiempo para arrancar este, que era el que más me llamaba la atención. Por lo tanto, adoré tener la posibilidad de leerlo. Es parte de mi seguidilla de libros relacionados con la Segunda Guerra Mundial —Japón ocupó Corea—, pero este se extiende mucho más allá, hasta casi la actualidad. Recomiendo que lean también las reseñas de Mel y Ana, que dan bastante información y hasta links de interés.

Como les decía, esta novela está ambientada casi totalmente en la segunda mitad del siglo XX, y al comenzar ya tenemos a los japoneses ocupando la isla coreana de Jeju, donde se desarrolla la historia. Sin embargo, no serán estos los únicos en ocupar la isla, y ni siquiera podemos decir que los enemigos sean siempre extranjeros. No quiero adelantarme: van a darse cuenta solos, al leer, de la herida inmensa que cruza Jeju, un pueblo que fue castigadísimo por los horrores de la guerra y la represión. Ya he hablado en otras reseñas de la importancia de la verdad y de la memoria. Pueden hacerse una idea.

Es en este contexto en el que conocemos a Kim Young-sook, nuestra protagonista y narradora en la mayor parte de la novela. Hay, intercalados con el relato de Young-sook, capítulos narrados en tercera persona del año 2008, cuando ella es muy vieja, y esto nos ayuda a poner en perspectiva varios elementos que podremos unir según avanza la historia. Al final, todo cobra sentido. Y así es como vamos a tener la imagen completa de la relación de Young-sook y Mi-Ja, dos mejores amigas cuyo vínculo se encuentra y se desencuentra de las formas más trágicas.

Las historias de mejores amigas siempre me llegan mucho porque conozco a la mía desde los seis años y es mi persona favorita en el mundo. El abanico de seda también tenía este componente, y no pude dejar de notar que en ese sentido La isla de las mujeres del mar comparte ese y varios otros puntos en común. Por ejemplo, las relaciones entre mujeres, las dinámicas de los grupos de mujeres y el rol de la mujer en la sociedad. En este caso el foco está en las haenyeo, mujeres buceadoras que recolectan fauna marina, con una personalidad fuerte e independiente, las verdaderas figuras centrales en los hogares de Jeju, en contraposición con los hombres, a quienes se considera más débiles. Su filosofía de vida impregna cada página del libro.

Mientras somos testigos de sus vidas, de sus logros y de sus pérdidas, las conocemos de una forma diría que visceral. Por eso es que lo desgraciadas que son duele tanto, que se pierdan la una a la otra duele tanto. El rencor, la tristeza, los recuerdos imposibles de borrar. Y acá no hablamos de malentendidos ni errores, sino situaciones de vida o muerte que hacen imposible perdonar a la otra en algunos casos. Estamos ante un libro de Lisa See, ya les dije. Algún capítulo va a estrujarles el corazón, mínimo. En sus libros, la muerte y la tragedia no son justas ni fáciles de predecir. Tampoco suelen bañarse en melodrama: son lo que son.

Y es bueno tener esto en cuenta, porque vamos a ser testigos también de uno de los acontecimientos más dolorosos para el pueblo de Jeju: el Incidente 4.3, donde murieron entre 60.000 y 80.000 personas a manos de la represión militar, entre otros horrores como la destrucción de sus pueblos hasta las cenizas y todo lo que se pueden imaginar. No es fácil, no, pero dado que hasta hace no tan poco los habitantes de la isla no podían siquiera hablar de lo sucedido, es bueno informarnos y que lleguemos, aunque sea a través de la ficción, a estos eventos. Y que no los olvidemos.

No es un libro fácil, no, en resumen. La prosa, bellísima aunque cruda, hace que sea un libro ameno de todas maneras. Aun así, es un libro que requiere tiempo y energía emocional, por lo que recomiendo que lo agarren si gozan de ambas cosas. Queda recomendadísimo, por supuesto, y tengo muchas ganas de leer sus otros libros, pero luego de una pausa para recomponerme un poco. Es así.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Dune - Reseña

Arrakis: un planeta desértico donde el agua es el bien más preciado y, donde llorar a los muertos es el símbolo de máxima prodigalidad.

Paul Atreides: un adolescente marcado por un destino singular, dotado de extraños poderes y, abocado a convertirse en dictador, mesías y mártir.

Los Harkonnen: personificación de las intrigas que rodean el Imperio Galáctico, buscan obtener el control sobre Arrakis para disponer de la melange, preciosa especia y uno de los bienes más codiciados del universo.

Los Fremen: seres libres que han convertido el inhóspito paraje de Dune en su hogar, y que se sienten orgullosos de su pasado y temerosos de su futuro.



Dune es una de las series legendarias en la historia de ciencia ficción. Me la debo hace muchos años, y la película que se iba a estrenar en diciembre me daba la excusa perfecta para reseñar el primer libro. Pero todo cambió cuando la pandemia atacó, pasando el estreno a 2021. No iba a dejar la lectura a mitad de camino, así que decidí plantarme en el ring.

Digo «ring» porque fue un verdadero combate. Probablemente sea un tema de mi edición en particular; el formato del texto, los errores de traducción y la falta evidente de un corrector, sumados a la complejidad de la historia en sí, hicieron que me tuviera que arrastrar por el primer acto. Les recuerdo que es un libro escrito en 1965, y la moda de la época era tirar al lector al medio del relato a que se manejara como pudiera. Teniendo en cuenta de que hablamos de civilizaciones espaciales dentro de 9000 años, no falta la dosis de términos nativos y expresiones únicas de cada lenguaje. El autor evita la aclaración de estas palabras desconocidas cuando no conviene a la trama, y en cambio las explica todas en los 4 apéndices y el glosario de casi 300 términos al final del libro.

Si el lector logra superar esas primeras 250 páginas, el premio es una clase magistral de como crear una civilización creíble en un mundo fantástico. Los Fremen son los habitantes de un desierto tan árido que tienen que usar trajes para reciclar su propio sudor, absorben cada gota de líquido de sus muertos (o de los muertos de los demás, cuando hay algún intruso) y derramar lágrimas por un muerto se considera el máximo signo de pesar. Todos sus rituales, su economía, su distribución de tareas y su jerarquía están definidos por la necesidad de obtener agua. Poco le importan estos salvajes al Imperio, que ve al planeta de Dune como la única fuente de melange, una especia que puede prolongar la vida de los que la consumen.

Enviada a gobernar el planeta, la familia del Duque Atreides desembarca en Dune, acechada por complots de las otras familias que quieren hacerse con la especia. El hijo del Duque, Paul Atreides, es nuestro protagonista. Entrenado por los mejores guerreros y políticos desde su infancia y con un misterioso poder de ver el futuro en sus sueños, deberá sobrevivir a las intrigas del Imperio, crecer y convertirse en líder, caminando la fina línea entre sobrevivir y hacer crecer su mito al punto de que hordas de fanáticos religiosos arrasen con todo en su nombre.

La madre de Paul, Jessica, fue criada por la secta Bene Gesserit, entrenada en todo tipo de artes marciales y manipulación. Nunca se casó con el padre de su hijo, siendo la concubina preferida del Duque. En un momento de de la historia, escapa por el desierto, perseguida por un gusano de 200 metros, con Paul a cuestas, embarazada y peleando contra soldados enemigos. Badass.

Es en estas escenas de acción en donde el libro levanta vuelo: peleas con espadas, láseres, naves, bombas nucleares, gusanos kilométricos, y más, mucho más. La imaginación y la atención al detalle del autor crean peleas fascinantes. Para los amantes de las batallas de diálogo, hay conversaciones, engaños, choque de ideologías y al decir del autor: "planes en los planes de los planes".

El libro se estructura en tres actos y al comienzo de cada capítulo tiene una cita de un libro escrito en el futuro lejano de este mundo, narrando sucesos, pensamientos y contextos de los personajes de la historia. Es una manera interesante de agregar exposición sin interrumpir la trama. Está bueno repasarlos al terminar el libro y darse cuenta de que quienes narran son después personajes relevantes para la trama, sirviendo incluso como un pequeño epílogo, pero escrito cientos de páginas atrás.

Dune es un libro complejo, denso, y a veces impenetrable como el planeta desértico que lo titula. Una vez que la trama se aceita, es un carnaval de acción, intrigas y superación. Uno de los mejores libros de ciencia ficción que he leído en mi vida. Aviso a los lectores que van a tener que darse la cabeza contra un muro más de una vez si quieren llegar al punto en donde se pone bueno, así que es importante tener paciencia para seguir y constancia para no olvidarse de la mitad de los personajes a los dos días.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey

 

Traducida a más de veinte idiomas, con más de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y llevada al cine por Mike Newell, La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey es una deliciosa y conmovedora novela epistolar que se ha convertido en un clásico indiscutible sobre el poder de la palabra y el valor de la literatura como refugio y consuelo en tiempos difíciles. Una historia humana y divertida, que transmite una intensa pasión por los libros y reivindica la formidable capacidad de la lectura para unir a personas de distintos gustos, culturas e ideologías.

En un Londres devastado por las bombas y que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración novelesca, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro de Charles Lamb que había pertenecido con anterioridad a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta Guernsey? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con Juliet? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la contienda, una rareza en tiempos de la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar Guernsey, entiende que ellos y su increíble sociedad literaria serán los personajes de su nueva novela, y su vida dará un vuelco para siempre.


Esta reseña debería haber sido publicada el miércoles pasado, pero se me complicó un poco la vida y no pude terminar el libro a tiempo. Por lo tanto, la traigo hoy junto con la promesa de que haré el intento de que no me pase también con el próximo libro. Respecto a esta novela, la conocía debido a que otras bloggers de mi confianza la habían reseñado hace un par de años, así que ahora que ando con un proyecto ambientado en los años cuarenta (como les conté en la reseña anterior), me pareció el momento perfecto para darle una oportunidad.

La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey, con ese título tan largo como necesario e ineludible, es una novela epistolar. Esto quiere decir que la historia se nos cuenta a través de cartas o telegramas que envían los distintos personajes, en especial nuestra protagonista, Juliet. Así, podemos conocer de primera mano los eventos y sentimientos de estos personajes, siempre y cuando tengamos en cuenta que se trata de narradores no fiables en su máxima expresión: todo lo cuentan a través del cristal con el que miran las cosas, claro está.

¿Y qué nos cuentan? Lo que se imaginan, sí: sus experiencias durante la guerra, dado que además vivieron la ocupación alemana, a diferencia del resto del territorio británico. Sin embargo, no solo nos hablan de horrores, sino también de la belleza de la isla, de los vínculos que encontraron durante esos tiempos oscuros y de cómo esto les salvó la vida no solo de forma literal. Hablan de miedo, de esperanza, de sueños, de amor. De Literatura. Y esto es lo que recibe Juliet al encontrarse con la Sociedad casi por accidente. Frustrada con sus proyectos literarios actuales y una vida que no la satisface, adentrarse en Guernsey y sus habitantes es como un canto de sirena

Y no la culpo, ¿quién podría?

Creo que ya se van haciendo una idea, pero este es un libro entrañable. Es la palabra que utilizaría no solo para la historia, sino para casi todos sus personajes y el tono en el que se narra, más allá de que cada uno escribe a su manera, algo también muy destacable a la hora de manejarse con tantos personajes. Podría haber sido confuso, pero no lo fue. De hecho, se sienten como personas reales, no personajes. Estoy segura de que quien leyó puede estar de acuerdo conmigo en que esta novela se cierra con la sensación de estar dejando atrás a un grupo de amigos y añorarlos.

Es difícil hablar de la historia en sí, dado que tampoco es que pase mucha cosa. No se trata de un libro de esos llenos de acontecimientos y acción, sino que tiene un gran componente reflexivo y emocional. Y eso no quiere decir que no esté poblado de anécdotas y momentos muy cargados y fuertes, sino que tiene un ritmo particular. La vida en la isla, la carrera de Juliet como escritora, los lazos entre los personajes... Eso es lo que importa

Importa no solo porque es un testimonio, a través de la ficción, de una época oscura y de cómo las personas se destruyen y reconstruyen, si pueden, sino porque nos interpela como seres humanos. A nivel social, por las tragedias y horrores que podemos llegar a permitir, y a nivel personal por lo cercanas que son estas personas, por lo universal del dolor o las ganas de sobrevivir o el amor. Todo eso está acá, en estas cartas y en todo lo que dicen y no dicen los habitantes de Guernsey, en su humor y en los momentos más tristes.

Es un libro precioso, precioso, precioso. De esos que, en dos párrafos, tienen el poder para sacarte una sonrisa y hacerte llorar. Recomendadísimo es poco, agradezco haber podido leerlo.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Ciudad de mujeres - Reseña

La autora de Come, reza, ama regresa con una deliciosa novela llena de glamur, humor y pasión por la vida.

En el verano de 1940 Vivian Morris llega a Manhattan con 19 años y tan solo una maleta y una máquina de coser, empujada por sus desesperados padres. Aunque su especial talento con la aguja y su dedicación a lograr el peinado perfecto no le han servido de gran cosa en la prestigiosa universidad de Vassar, la convertirán en la modista estrella del Lily Playhouse, el decadente teatro de variedades de su poco convencional tía Peg.

Los días en Nueva York son de todo menos aburridos a pesar de la guerra. En esta ciudad de mujeres Vivian y sus amigas buscan ser libres y beberse la vida hasta la última gota. Pero Vivian también descubrirá que le quedan lecciones que aprender y amargos errores que cometer, y que para vivir la vida que de verdad desea tendrá que reinventarse a cada paso.

«En la vida de una mujer, llega un momento en que se cansa de sentirse culpable todo el rato. Y, a partir de ese momento, es libre de convertirse en quien de verdad es.»


Esta novela me llamó la atención desde el minuto en el que supe de su existencia. Conocía a la autora por sus otros libros, pero no la había leído. Además, ahora mismo estoy con un proyecto ambientado en los años cuarenta (aunque en otro lugar, y otro género), así que no me venía mal leer un poquito más sobre la época. En definitiva, que parecía el momento perfecto para leer la novela. Y lo fue.

Hacía tiempo que no me encontraba con una narradora tan interesante. Quien cuenta la historia es Vivian, ya de muy avanzada edad, para explicarle a una tal Angela quién fue ella para su padre. Entonces, empieza desde su llegada a Nueva York para vivir con su excéntrica tía Peg, que tiene un teatro. Y luego, bueno, todo lo que sucede en su vida. Es eso: nos cuenta su vida. Claro, lo hace con la voz de quien ya vivió, entendió y procesó todo, por lo que no solo no es neutra, sino que es ácida y bastante crítica con su yo más joven, lo que resulta muy interesante de leer. La única contra: la Vivian del pasado no resulta tan tangible como la Vivian narradora, aunque sea tridimensional y evolucione a lo largo de los años, pero me parece algo inevitable dada la narración. No es que no se pueda empatizar, es que palidece un poco.

Más allá de esto, también me resultó agradable que no se tratara de la típica chica joven e inocente que se encuentra con el glamour de Nueva York y se enamora y mimimí. No, Vivian es vanidosa, es bonita y lo sabe, y esta hambrienta de experiencias nuevas y divertidas. El lujo y el ritmo de Nueva York la fascinan, ya que es muy distinto del pueblito recatado del que procede. Claro está, se equivoca muchas veces, al punto de ponerse en peligro. Y las consecuencias de sus errores son bastante dolorosas en más de una ocasión.

Los personajes secundarios, me atrevería a decir, brillan más que ella. Gente del teatro; actores, bailarines, coristas. Fiestas, música, baile, alcohol. Dentro de todas estas luces y lentejuelas, hay personajes entrañables como la tía Peg y Olive; otros más ambiguos, como el encantador tío Billy o la misteriosa Celia Ray, y otros que están a otro nivel y no podríamos clasificar, como la legendaria actriz Edna Parker Watson. También hay otros personajes más chiquitos que luego cobran gran importancia, dado que a lo largo de la vida de Vivian pasan muchas cosas —la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo—, pero no quisiera spoilearle nada a nadie. Y respecto al padre de Angela: no era lo que esperaba, pero en cierta forma lo prefiero así.

Decía que la voz narrativa es maravillosa, pero no puedo dejar de lado los diálogos: me recordaron al cine clásico de Hollywood en cuanto a fluidez y ocurrencias, sin duda uno de los aspectos más divertidos de la novela. He de decir también que, para ser un libro de mediano a largo, la narración se hace muy fluida y amena. Y aunque la estructura de la historia no sea tan clara, dados los eventos que vive Vivian —a fin de cuentas, es una vida y las vidas no son lineales, como bien se dice en el libro—, no se hace extraño ni pesado.

La ambientación es maravillosa y muy sensorial, me hizo sentir nostalgia de una Nueva York inaccesible para nosotros salvo a través de registros. Como Vivian es modista, hay mucho hincapié en la vestimenta, pero también hay referencias culturales muy acertadas, sin abrumar. Y no se dejan de lado ciertas injusticias sociales de esos años, raciales, de género y sexuales también. Lo interesante es verlo a través de los ojos de una persona que solo recientemente las ve como tales, pues en ese entonces no eran algo tan raro y, de todas maneras, eso no le interesaba demasiado —hay dos o tres cosas con las que no concuerdo para nada, pero no me resultaron tan grandes como para dejar de leer. Vivian, de joven, resulta muy superficial, pero creo que es lo atractivo, también: es imperfecta y la narradora lo dice sin tapujos.

Creo que es una novela que puede gustar a la gente que suele interesarse por Nueva York, los años cuarenta, el teatro y la Segunda Guerra Mundial. También, quizás, el mundo de la moda. No esperen grandes romances ni ese tipo de pasiones, sino más bien la historia de una mujer (¡mujeres!) poco convencional e independiente que vive mucho, se equivoca mucho y aprende mucho. ¡Los invito a leer! :)

miércoles, 21 de octubre de 2020

El Reino del Revés - Reseña

Nacida con un don para la música, Nannerl Mozart solo tiene un deseo: ser recordada para siempre. Pero incluso mientras deleita al público con su interpretación magistral, tiene pocas esperanzas de convertirse en la aclamada compositora que anhela ser. Es una mujer joven en la Europa del siglo XVIII, y eso significa que le está prohibido componer. Actuará solo hasta que alcance la edad para casarse; su tirano padre lo ha dejado muy claro. Y a medida que la esperanza de Nannerl disminuye con cada año que pasa, el talento de su amado hermano menor, Wolfgang, parece brillar más. Su brillantez comienza a eclipsar la suya, hasta que un día un misterioso desconocido de una tierra mágica aparece con una oferta irresistible. El tiene el poder de hacer realidad su deseo, pero su ayuda puede costarle todo. En su primer trabajo de ficción histórica, la autora superventas # 1 del New York Times, Marie Lu, hace girar una exuberante historia de música, magia y el vínculo inquebrantable entre un hermano y una hermana.



Creo haberlo comentado en las redes, pero lo repito por si acaso: esta novela era mi último intento con Marie Lu, con quien no había terminado de congeniar. Tal vez recuerden mis reseñas de Los jóvenes de la élite o Warcross, que si bien no me disgustaron, resultaron lecturas entretenidas pero superficiales en un punto, pero no quería descartar leer algo más que me entusiasmara de verdad. Esta vez, atraída por una historia que prometía ser para mí, decidí darle esta última oportunidad antes de resignarme a que tal vez no era una autora para mí. Menos mal.

Si las otras novelas me entretuvieron pero se me hicieron superficiales, esta atrapa en distintos niveles de profundidad. No solo por su faceta de novela histórica, que cuenta la vida de la familia Mozart a lo largo de diez años —que se sienten como si volaran, la verdad—, sino por el lado fantástico, por ese mundo onírico que es el Reino del Revés, la ambigüedad sobre su origen y sobre su existencia, los paisajes fantásticos y el paralelismo con la realidad.

Incluso en la prosa, que es lo que quiero empezar a destacar, ya que fue lo primero en llamarme la atención, se nota otro cuidado. El tono y el lenguaje se adecuan a la época, sin por eso ser un reflejo de la escritura de entonces, y narra con el detalle justo los viajes, los mundos inventados, lo que pasa por la mente de Nannerl, nuestra protagonista, narradora en primera persona, retrospectiva. Nannerl se siente viva, como si pudiéramos llegar a conocerla de verdad a través de sus páginas, y creo que en ese sentido la novela cumple con el deseo de la autora de recordarla y con el deseo mismo de Nannerl: no ser olvidada. Ya dije que los diez años en los que transcurre la historia se sienten como si nada; la progresión de la novela permite que los personajes crezcan sin perder el hilo de lo que sucede, acatándose solo a los hechos relevantes.

Elegir a Nannerl como protagonista es difícil e inteligente a la vez. Difícil porque no es tanto lo que sabemos de ella en la vida real, pero inteligente por ese mismo motivo, por la libertad que eso trae consigo, y también porque nos pone del lado de la persona olvidada por la Historia. Despierta nuestra curiosidad y nuestro sentido de la justicia. Creo que la autora hace un gran trabajo al ponerse en su piel, que podemos sentirla cercana y ser testigos de su aprendizaje, de sus temores y de sus deseos más oscuros. Una gran elección como protagonista, también un buen desempeño escribiéndola.

Los vínculos familiares de Nannerl resultan importantísimos. La madre como apoyo emocional, el padre como presión y recordatorio de que es mujer en un mundo de hombres, su hermano... Lo que significa el talento de su hermano, el futuro que él tiene y que a ella va a serle arrebatado apenas tenga edad para casarse. La complicidad, los celos, el amor, el resentimiento, todo. Son relaciones muy complejas y desarrolladas a lo largo de muchos años, por lo que podemos entenderlas a fondo y entender así también las decisiones de todos.

El otro personaje con relevancia comparable es Jacinto, a quien me costó tomar en serio al principio por ese nombre —en inglés, Hyacinth, queda bastante más misterioso o feérico—. Se trata de una criatura del Reino del Revés que hace un pacto con Nannerl; a cambio de su ayuda, él va a conseguir que ella jamás sea olvidada. Y, como podemos esperar, ocurren dos cosas: a Nannerl le fascina Jacinto, pero las cosas se ponen muy oscuras. En ese reino, nada es lo que parece.

He de decir que no es difícil adivinar lo que sucede, pero no es algo que me quitara disfrute. No es una novela que me motivara a seguir por los plot twists, sino por los personajes y por lo encantador del mundo. Me habría gustado tener más tiempo para poder saborearla mejor, leer con más lentitud, incluso. Para quedarme más tiempo en esos paisajes tan particulares del Reino del Revés —basado en juegos infantiles de los Mozart durante sus viajes, en la vida real—, en las calles del siglo XVII, en la corte y en las posadas del camino. El romance no tiene un papel secundario en esta novela, diría que hasta es terciario, si se puede decir así. Es importante para el desarrollo de Nannerl en su vida, pero no afecta mucho la trama. Me pareció correcto para esta historia en particular.

¿Pasó Marie Lu esta última prueba? Sí, con creces. ¿Voy a querer leer sus otros libros? Dependiendo de la temática, sí. ¿Recomiendo este? Por supuesto, no sé qué están esperando.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Tu nombre después de la lluvia - Reseña

Érase una vez en Irlanda... Corren los primeros días de enero de 1903 y el profesor Alexander Quills, un hombre sabio y triste, vuelve a su casa de Oxford después de asistir a unas conferencias en Londres; Oliver Saunders, joven y tímido, mientras tanto, trabaja en su pequeño cuarto de Balliol College, rodeado de diccionarios y novelas góticas, y Lionel Lennox, amante de la buena vida y de las faldas ligeras, está en Egipto, a punto de profanar la tumba de una princesa para llevarse una joya de inestimable valor.
Poco tienen en común los tres amigos, excepto el cariño que los une y el interés por las nuevas ciencias que exploran el mundo del más allá. Muy pronto sus ganas de saber los llevarán a Irlanda, una tierra plagada de leyendas, donde las piedras tienen una historia que contar y el sonido de la lluvia se confunde con el llanto de unas mujeres que cuidaron de sus seres queridos incluso más allá de la muerte.

Heredera de La dama de blanco de Wilkie Collins, Tu nombre después de la lluvia es una novela de misterio y aventuras que nos devuelve a la mejor literatura del siglo XIX.


Después de muchos años de asumir que no iba a tener el gusto de leer estos libros, la pandemia trajo consigo una de las pocas cosas buenas que ocasionó este año: colaboraciones digitales. Gracias a esto, pude ver cumplido ese sueñito de acercarme a la trilogía Dreaming Spires que tanto me interesaba, sobre todo después de haber leído los dos primeros libros de la trilogía de Helena Lennox.

Con lo que no contaba era con la lentitud que iba a tener, sobre todo a principios de la pandemia, para leer, algo que se intensificó debido a que de por sí no soy muy rápida con la lectura digital. Y, digamos, no es un libro especialmente rápido —creo que es el punto de la narrativa, igual, eh, no es una crítica—, así que demoré un montón en leerlo. Y después demoré un montón en reseñarlo porque así soy, así me quieren, qué se le va a hacer. La cuestión es que ya no tengo el libro tan fresco, así que esta va a ser una reseña basada en lo que me quedó después de meses de haberlo terminado.

Debo decir que, habiendo leído obras más actuales de la autora, se nota que es un libro más bien de sus inicios, aunque esto de ninguna manera quiere decir que sea de mala calidad. Al revés, me parece que está muy bien construido, que la narración se adapta a la época sin perder la fluidez de la narrativa que se prefiere hoy en día, un equilibrio muy difícil de conseguir. La investigación que hay detrás, al igual que en las otras novelas que leí de la autora, sale a relucir en infinidad de ocasiones. No solo por lo histórico, sino también por los mitos y leyendas que utiliza, por los tropos típicos de cierta literatura gótica que fue muy popular en su época. De nuevo, la construcción de la ambientación es excelente y eso, en cierta forma, le da vida a los personajes. Más allá de la que ya tienen por sí mismos, la forma en que interactúan con el entorno les da una dimensión más, ¿me explico?


Al haber leído algunos libros de Helena Lennox, ya conocía a varios de los personajes, incluso a los que utilizan otro nombre —y no daré más explicaciones para no spoilear a nadie. Fue muy interesante leer a las versiones juveniles de algunos, la forma en que se conocieron o cómo vivían en aquellos tiempos. También me hace pensar cuánto maduraron y crecieron, o no. Y me trae algunas preguntas sobre el destino de otros, pero no quiero apresurarme a sacar conjeturas porque todavía me quedan dos libros más por leer.

La historia en sí es realmente atrapante, aunque en algunas ocasiones se me hizo un poco larga. No estoy segura de si esto se debe a la novela o a la forma lenta y de a cachitos en que la leí, así que no me tomen la palabra, ¿sí? Leía sobre todo mientras almorzaba, de a ratitos, y esos ratitos los esperaba con ganas porque quería saber cómo se iba a resolver ese misterio, cómo iban a terminar las cosas. 

Siento que hay muchísimo más para decir y comentar de esta novela, que tiene una variedad de personajes increíbles y que es muy rica, pero lamentablemente demoré demasiado en escribir la reseña y ahora es esta versión resumida de lo que pudo ser. Bueno, qué dramático todo. La verdad es que me alegró un montón tener la oportunidad de leerla y tengo montones de ganas de seguir con sus continuaciones, aunque me da un poco de miedo que siempre digan que el final de la segunda novela rompe corazones. Ya veremos qué tan así es.

Entonces, sí, recomiendo. Creo que va a gustar más a cierto tipo de lectores que a otros; por ejemplo, si buscan algo que se lea rapidísimo y que tenga una historia más bien sencilla y llena de acción, no es para ustedes. Por otro lado, si quieren una historia construida con cuidado, que va subiendo la tensión hasta el momento justo y que puede transportarlos a otra época y lugar, vayan a leer. Les va a gustar mucho.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Rojo, blanco y sangre azul - Reseña

 

Alex Clarademont-Díaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.

¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?





Debo admitir que miré este libro por encima del hombro un montón de veces. Puede que haya sido por el hype gigantesco que tuvo en redes, por lo maravillados que estaban todos. Puede que haya sido porque soy prejuiciosa. Ni idea. La verdad, llegado el momento, decidí leerlo porque tenía que saber a qué venía todo esto y si realmente era para tanto. Y, se preguntarán ustedes, ¿era para tanto? En muchos sentidos, . Les cuento bien.

Normalmente empiezo las reseñas hablando de la trama, pero en esta ocasión creo que sería contraproducente. La trama no importa. A este libro no venimos a leer sobre politiqueo, sino a shippear. Es un libro por y para el ship, por más inverosímil que sea todo lo demás. Quiero dejar eso claro porque este libro hay que abordarlo así, con sinceridad. Más allá de eso, la sinopsis cuenta muy bien cómo partimos: la prensa detecta un conflicto bastante accidental entre Alex, hijo de la presidenta de Estados Unidos, y Henry, príncipe británico, y para evitar cualquier tipo de problema ahora estos dos tienen que fingir ser súper amigos, muy cercanos. Me pregunto yo qué podría suceder.

Y no, que sea predecible no es malo. Es perfecto. Es todo lo que tiene que suceder, porque no agarramos el libro esperando sorpresas, sino shippear a los personajes y acompañarlos durante la historia, presenciar sus peripecias y su desarrollo. Este es el punto fuerte del libro. La historia de amor es maravillosa, dulce, divertida. A veces, triste, porque qué sería de un libro así sin buenos obstáculos para que queramos con más ganas verlos juntos. A mí me tuvo atrapadísima por los pocos días que me duró, no podía esperar a tener un momento libre para poder seguir leyendo. Daba igual imaginar cómo iba a terminar: eso era justamente lo que quería. Es una comfort read.

Que sea un libro para el shippeo no quiere decir que sea de mala calidad, ni mucho menos. La prosa es muy ágil, se recrea donde debe hacerlo —las escenas románticas son intensas, las noches con amigos son desenfrenadas y se sienten como una película indie, los momentos íntimos llenan de calidez las páginas—, pero también tiene algunos momentos estrella como los mails que intercambian los protagonistas, citas célebres incluidas. Leí por ahí, creo que en Goodreads, que la novela habría brillado mucho más de haber estado escrita en primera persona y que los mails eran prueba de ello: estoy de acuerdo.


Vi por ahí también varios comentarios sobre cómo Alex no les cayó bien y que los personajes secundarios no tienen mucha importancia. Ahí estoy en desacuerdo; en lo personal, tanto Alex como Henry me parecieron personajes llenos de vida y bien desarrollados que amé conocer, discrepe o no con mi forma de ver el mundo. Además, el resto del casting es muy interesante, diverso —algo que se agradece— y entrañable, así que no tengo quejas por ese lado. Admito, eso sí, que no me terminó de cuajar en el contexto que se les da.

¿Por qué digo esto? Porque, a mis ojos, la construcción de la política en este libro es muy ingenua. Todo es muy fácil, sencillo. Las política estadounidense no es tan así, las normas de la realeza británica no son tan así tampoco. Las dinámicas son bastante bolazo. El mundo no se divide en buenos y malos así nomás, muchísimo menos en política. Qué sé yo, esto puede ser algo que tire para atrás a los que busquen leer esto por la trama política, pero ¿acaso existe tal lector? Por mi parte, meh: como si quisiera poner aliens en el medio, yo vine por el shippeo y tuve exactamente lo que quería y lo disfruté como una nena chica. Hasta me reí en voz alta en algún que otro momento. Y una parte me emocionó un poquito.

Es una comedia romántica, chiquilines. Y por más que se permita tocar temas muy profundos como la identidad, los derechos humanos, la importancia de la representación de la diversidad y otro montón de cosas muy valiosas, no le podemos pedir que también sea otro tipo de libro —y también sabemos cómo son los estadounidenses con el patriotismo y cómo perciben al resto del mundo, algo que desearía que no fuera así, pero en fin. Como mucho, podemos discutir si esa otra trama suma o no a la historia principal, que es un romance. En mi caso, esas partes no llamaron mi atención y las leía deseando que volviéramos a las escenas lindas. Soy bastante simple, para qué mentir.

Más allá de esto, es súper disfrutable. Se lee en nada, cuesta soltarlo y es un regalo para los que estén con ganas de engancharse como hace tiempo no hacen, de salir de algún bloqueo lector o lo que sea. Es de esos libros. 

Lo recontra recomiendo, sí, por favor. Con criterio.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Recomendaciones de primavera



La primavera nunca fue santo de mi devoción por un motivo muy sencillo: las alergias. Por todo lo demás, me gusta bastante esta época del año. En 2020 la esperaba con muchas ganas. Este invierno se hizo especialmente largo y frío, y la verdad que necesito un poco de solcito, calor, flores. Por eso, en esta entrada primaveral les traigo varias opciones para leer al aire libre, con una luz nueva y con ganas de que el año finalmente empiece a remontar.


Todo lo que sé sobre un corazón roto

Con las emociones a flor de piel en esta estación que recién llega, tal vez estemos de ánimos para leer una novela que rebosa emociones, intensidad, arte y nastante melancolía. Daniel Ojeda Checa tiene una prosa bellísima, pero además juega con la ambientación y con los diálogos de manera que vuelve la cotidianidad algo irreal, que parece ser nuestro mundo pero no lo es del todo. ¿De qué trata? Hay desamor, por supuesto, pero también amor. Personajes que necesitan sanar, que lo intentan. Incertidumbre, miedos. Si quieren aprovechar estos meses para embarcarse en una historia sensorial y emotiva, lean este libro.


La Isla de los Vientos Prohibidos

Por otro lado, si están de humor para algo más entrañable y sencillo, sin perder la poesía, esta novela de Helen Velando, una autora uruguaya que muchos hemos leído desde nuestra infancia, puede ser la opción correcta. Una isla en la que suceden acontecimientos extraños, imposibles de explicar. Desapariciones, mariposas... Esta historia coral tiene un toque de realismo mágico muy disfrutable. Además, es parte del mismo universo narrativo que otras de sus obras, aunque pueda leerse de forma independiente, lo que enriquece bastante la ambientación. Y los capítulos están acompañados por pequeñas ilustraciones de Lucía Franco ♥.


Moriré besando a Simon Snow

Esta novela de Rainbow Rowell tal vez sea la más conocida de las recomendaciones que traigo. Aunque es recomendable, no es obligatorio leer Fangirl antes de adentrarnos en la historia de Simon y Baz, de este mundo mágico que se inspira y a la vez no en el de Harry Potter, que tiene unos personajes maravillosos y un romance súper intenso y shippeable. Es un libro para shippear a los protagonistas, aclaro. Para leer desenfrenadamente, emocionarse y morirse de ganas de saber cómo va a terminar. Esta autora es una apuesta segura en cuanto a lectura ligera, emotiva y wholesome.


Brillarás

Esta novela de la argentina Anna K. Franco fue una sorpresa para mí. Resultó ser una historia mucho más profunda de lo que la portada y la sinopsis me hacían imaginar, y disfruté del enorme crecimiento de la protagonista y de lo dulce del romance. Dulce, no empalagoso. Y cuando digo crecimiento, hablo de duelo y de todo lo que acarrea consigo la pérdida de un ser querido. Encima, en un momento como la adolescencia. Puede que sea un libro triste en muchos sentidos, pero puede ser una buena opción para quienes busquen encarar la primavera con un libro que se les quede metido en el pechito.


Por último, quería comentarles que desde hoy y hasta el 30 de octubre van a tener disponible el poemario de Andrea Tomé, twenty-six, en Lektu. Si lo compran hoy —hora española, así que creo que les queda una hora o algo así—, participan de un sorteo de seis lockscreens coleccionables. No sé si es un libro primaveral, más bien me suena a algo para leer en otoño con una bebida calentita, pero no quiero dejar de hacerles saber de su publicación porque Andrea es una autora muy querida en este blog ♥.

Recuerden que pueden leer las reseñas completas de estos libros en los links de sus títulos, pero también pueden encontrarlas —y muchos libros más— en el índice del blog. ¡Buena lectura!

miércoles, 23 de septiembre de 2020

El alma de la espada - Reseña

«Kagawa utiliza elementos de la mitología japonesa y su folklore para desplegar una historia épica… Una aventura repleta de acción.» Kirkus Reviews

«Este primer volumen de la nueva serie de Kagawa no decepciona. Es una experta en colocar personajes realistas dentro de mundos mágicos verosímiles. Los lectores no saldrán de casa hasta devorar el capítulo siguiente.» Booklist

Hace mil años se concedió un deseo, y con él se forjó una espada de ira y relámpago: Kamigoroshi, la Asesina de Dioses. Un arma lo suficientemente poderosa para confinar eternamente al temible ogro Hakaimono.
Pero ahora el demonio se ha liberado.
Yumeko, una chica mitad zorro kitsune con capacidad de urdir ilusiones, tiene una misión que cumplir: llevar su fragmento del antiguo y poderoso Pergamino de las Mil Oraciones al Templo de la Pluma de Acero, y así evitar la venida del Heraldo del Cambio, el Gran Dragón, que concederá un deseo al portador del pergamino. Pero ahora ella tiene un nuevo enemigo, más peligroso que cualquiera con quien se haya enfrentado. El demonio Hakaimono es libre por fin, y ha poseído a la persona en la que Yumeko confiaba su protección, Kage Tatsumi, el valeroso guerrero del Clan de la Sombra.
Hakaimono tiene un solo objetivo: romper la maldición de la espada, liberarse, y sumir al mundo en el caos y la destrucción. Pero para hacerlo necesitará el pergamino, y Yumeko es la única que se interpone en su camino.


El alma de la espada es la secuela de La sombra del zorro, y es imposible hacer una reseña sin spoilear el final de la primera parte. Están todos avisados. Los que quieran evitarlos, pueden leer la síntesis en el último párrafo.

Dicho esto, sigamos el ejemplo del libro y vayamos directo a los bifes. Atrás quedó el paseo por las praderas de Iwagoto; los espíritus malignos se congregan para formar un ejército, se escapó uno de los demonios mas fuertes de la historia que además anda con muchas ganas de cortar a nuestros protagonistas en pedazos, y el descenso del dios dragón está cada vez más cerca. Claramente, el curso de acción inmediato tiene que ser sentarse a tomar el té y dedicarle unos cuantos capítulos a intrigas de la corte.

Les prometo que dentro de la narrativa tiene más sentido.

Cada capítulo está narrado por un personaje, siendo los principales Yumeko y Hakaimono. Yumeko tuvo que madurar tras los sucesos del primer libro, ahora tiene una misión clara y tendrá que usar toda su astucia y su magia para cumplirla. La urgencia de la trama no impide que haya momentos en donde la relación con sus compañeros de viaje se desarrolle o se deje llevar por su naturaleza bromista. Todavía se puede ver inocencia en su forma de ser y aprenderá por las malas las consecuencias que traen sus poderes.




Hakaimono es MALO. Sus hobbies son pasear por las montañas, burlarse de Tatsumi y separar extremidades de los cuerpos de aquellos que le falten el respeto; y faltan varios capítulos para llegar a las montañas. Teme que pasar tanto tiempo obligado a convivir con humanos lo haya ablandado, porque a veces no le apetece arrancar las cabezas de sus enemigos y se conforma con cortarles un brazo. Está narrado tal cual como un villano de anime, pero debo admitir que me gusta su simplicidad. Carga con la mayoría de la acción de la novela y pude imaginarme sus peleas cuadro por cuadro mientras las relata.

La narración se va intercalando entre ambos de tal manera que uno no se satura con sus personalidades. Cabe destacar tambien los interludios del ronin y el principe samurai, en donde van forjando una sólida amistad... ¿o tal vez algo más? Debo admitir que dentro de un libro tan directo, la discreción con la que crece su relación es refrescante.

La construcción del mundo ya no toma un plano tan destacado como en la primera parte, pero seguimos encontrando nuevas criaturas y leyendas del folklore japonés que están muy bien integradas a la fantasía. No solo aparecen los distintos seres que descuartiza Hakaimono, también tenemos tengus, gatos con dos colas y guerreros históricos como Benkei y Yoshitsune entre otros.

El alma de la espada es un libro de transición. Se enfoca hacia el objetivo de salvar el mundo de la destrucción, pero sin soltar los momentos que dejan el corazón calentito. Es el segundo libro de una trilogía, así que termina con final abierto y más preguntas que respuestas. Muy recomendado para aquellos que gusten de la cultura japonesa o que quieran meterse de a poco con algo mas amigable a la mentalidad occidental. Para los que no, les puede llegar a parecer un poco intenso, pero no deja de ser un buen libro de fantasía con un mundo sólido.