miércoles, 16 de diciembre de 2020

Un mar sin estrellas - Reseña


Muy por debajo de la superficie de la tierra, sobre la orilla del Mar sin Estrellas, hay una gran cantidad de túneles y recintos llenos de historias. Las entradas que conducen a este santuario suelen estar ocultas, a veces en el suelo de los bosques; en ocasiones, en hogares privados e, incluso, pueden estar a simple vista. Pero quienes las buscan las encontrarán. Sus puertas han estado aguardándolos.

Zachary busca su puerta, aunque no lo sabe. Sigue un canto de sirenas silencioso, una certeza inexplicable de que está destinado a encontrar otro sitio. Cuando descubre un libro misterioso en las estanterías de la biblioteca del campus, empieza a leer y queda cautivado por los relatos de prisioneros que buscan amor, ciudades perdidas y acólitos sin nombre. De repente, una vuelta de página trae a Zachary a una historia de su propia niñez, increíblemente escrita en ese antiguo libro.

Una abeja, una llave y una espada impresas en el libro conducen a Zachary a dos personas que cambiarán el rumbo de su vida: Mirabel y Dorian. Estos desconocidos lo guían a través de bailes de máscaras y relatos susurrados en salones clandestinos hasta la sede de una sociedad secreta, donde los picaportes cuelgan de cintas y, fi nalmente, a través de una puerta pintada que se abre mágicamente para entrar en un lugar que siempre había anhelado.

Entre túneles serpenteantes atestados de libros, salones de baile y orillas oscuras como el vino, Zachary cae en un mundo embriagador, impregnado de romanticismo y misterio. Pero una batalla se libra por el destino de ese lugar y, aunque hay quienes lo sacrificarían todo para protegerlo, otros están decididos a destruirlo.


Hay libros fáciles de reseñar y después está este, que se resiste con ganas a ser explicado, porque la realidad es que debe ser experimentado. Porque es eso, más que una historia: una experiencia, una inmersión en ese mar remoto y lleno de historias. Me moría por leer este libro desde que supe de su existencia —aún tengo pendiente el primer libro de la autora—, pero no fue lo que esperaba, aunque no sé bien qué es lo que esperaba. Fue mejor, creo yo. Fue... Es difícil de explicar. 

No tenemos una historia, sino historias dentro de historias dentro de historias. Una historia es una historia es una historia. Si quieren que lo explique de manera menos confusa, podemos decir que tenemos una trama principal, la de Zachary, y pedacitos de historias intercaladas con sus capítulos, que a veces son de otros libros y a veces son simples notas tiradas en el suelo o el diario de alguien más. Podríamos decir que estos elementos complementan la historia principal, pero no es así, sino que están profundamente entrelazados y no son opcionales. Todo es parte de la misma historia, o de las muchas pequeñas historias que forman este universo. Es complejo, les dije.

Y también es complejo ir más allá de lo que nos dice la sinopsis: Zachary, un estudiante universitario que se enfoca sobre todo en la literatura y los videojuegos, descubre Dulces penas, un libro que le resulta fascinante hasta que se horroriza con lo que encuentra allí: un relato del que, de alguna manera imposible, es parte. Así, obsesionado por descubrir la verdad, es que termina en medio de un relato fantástico y algo decadente. El pasado que fue y ya no será es un tema recurrente en la novela, así como una perspectiva muy interesante del futuro, como un final abierto. Muchas cosas por acá.

La trama avanza con cierta lentitud que no será del gusto de todos los lectores, así que no me extrañaría que desanimara a aquellos que buscan historias rápidas que devorar con voracidad. No es el caso de Un mar sin estrellas, que exige ser disfrutado con lentitud y cierta atención. Si no, corremos el riesgo de que se vuelva todavía más confuso. Acá hay que prestar atención a los detalles, saborear la prosa, hundirnos de a poquito y estar atentos a los símbolos. Se nos recompensará con bibliotecas legendarias, sociedades secretas, cuentos de hadas y un homenaje al storytelling que es imposible de ignorar.

Conforme avanzamos en el libro, más vamos entendiendo y no entendiendo a la vez. Y se va pareciendo cada vez más a un sueño, a la clase de lógica onírica que no tiene sentido pero a la vez sí. Es, sin embargo, lo que uno espera del mar sin estrellas, esa fuerza omnipresente que vamos descubriendo de a poco. No sabría decir si el final me dejó satisfecha; cierra bien, pero me quedo, como siempre me pasa con los buenos libros, con ganas de saber más. De no dejar ir este mundo o estos personajes.

Los personajes son, como el pirata del principio del libro, una metáfora de algo más. Y tanto es así que no sé si se sienten reales del todo. Puede que, así como cada vez nos metemos más en esa ambientación de sueño, ellos vayan perdiendo el tipo de humanidad cotidana que los hace más cercanos. No quiere decir que no sean creíbles, o que sus vínculos no sean creíbles, sino que la distancia entre quienes eran al principio y quienes son al final es bastante grande.

Sigue siendo muy difícil escribir esta reseña.

Los dos elementos que más podría resaltar de la novela son, además de esa estructura tan rara, la prosa y la ambientación. La forma en la que está narrado este libro es bellísima; con un aire poético que me recordó mucho a El soñador desconocido, encuentra la manera de hechizar a los lectores y de sonar a cuento de hadas, a misterio, sin tener un vínculo con la actualidad y las referencias culturales contemporáneas.

Y respecto a la ambientación... Qué puede decirse. Es maravillosa. Es un universo que me gustaría  no haber dejado. Me llevó bastante terminar el libro —que además es largo y tiene letra chiquitita— en parte porque lo estiré todo lo posible para poder disfrutarlo, pero aun así se me hizo corto. Siento que lo leí demasiado rápido. Qué más quisiera yo que volver a perderme en los salones una vez majestuosos del Puerto, entre los libros antiguos y llenos de secretos. En esos mundos, esos símbolos y las historias que encierran. En las costas oscuras del mar sin estrellas. Nada que pueda decirles ahora se compara con vivir esto ustedes mismos.

Sé que no es un libro para todo el mundo, más que nada por una cuestión de gustos, pero de verdad los animo a leer. Es uno de esos libros diferentes, especiales, que uno sabe que va a llevar en la cabeza por mucho, mucho tiempo.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! La verdad es que no me logra convencer mucho el libro ya que la historia es algo lenta y me gusta que sean muy dinámicas, tal vez en otro momento lo lea, gracias por la recomendación. Un abrazo.
    Posdata: te sigo, y te invito a pasarte por mi blog.

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Nos descubrieron, por fin nos descubrieron. Pasen y vean, qué lindas tolderías: