viernes, 23 de diciembre de 2011

Lunas, cisnes y cyborgs

El dosmilonce, si hablamos de escribir, apestó. Más allá de varios cuentos no muy largos, algunos poemillas, y un par de capítulos cada muchos meses, no hubo nada interesante. 
Miento, el 21 de enero terminé Proyecto Epimeteo, la segunda parte de Distopía, pero para hablar con sinceridad, la sufrí. Y a partir de ahí, ni pude seguir con la tercera parte, ni terminar con Las lunas de Marzo -que lleva dándome problemas desde el 2009 y avanza con una lentitud exasperante-. 
Una garcha, digamos. 
Ideas nuevas? Ninguna llegó a prosperar. 
Ahora, sí, hay varios factores que provocaron esto, pero no importa ya. Lo que importa es que este año se va terminando, y parece que con él se va todo lo que me impedía escribir como me gusta. Casi terminando el capítulo 12 de Lunas -serán como 20-, teniendo ideas para esa historia que tuve que convertir en un cuento diferente para no dejar en banda a esos personajes, y casi casi que con ganas de retomar la tercera parte de la que hablaba ahí arriba. Esa va a costar más, lo sé. Pienso en cómo voy a hacer para atar todos los cabos sueltos y tiemblo. Algo así cómo "mirá en dónde me fui a meter, shit".
La cosa es que tengo ganas, tengo ideas. Lo qué no sé si tengo es tiempo -fuck fuck fuck.
En fin, no importa. Las cosas van mejorando y me hace feliz.

Igual en este momento estoy como que trancada y quiero explotar algo, por qué no se escribe solo? Aghkajgrbgrebgadksnlak.
Ta.


PD: actualizando; capítulo 12 terminado, felicidad alcanzada, primera parte de la novela terminada, podemos dejar de exprimirnos el cerebro con esa historia y empezar a torturarnos -lo digo cariñosamente- con otra cosa. Fin.