No, no es una broma. Tampoco es una decisión impulsiva: hace varios meses que tomé la decisión y mantuve el blog más o menos como siempre —habrán notado mi baja actividad a la hora de responder comentarios o pasar por otros blogs— para poder terminar el año. Sí, es un poco triste. Sí, les voy a contar por qué.
Primero que nada, esto no quiere decir que voy a dejar de reseñar libros. Lo que sucede es que ya no me entusiasma hacer este tipo de reseñas en este medio, por varios motivos que les voy a contar más adelante. Si quieren seguir leyéndome, pueden encontrarme en ✨mi cuenta de Instagram✨, que es la de siempre. Pienso darle un poquito más de atención y cuidados, así que tengo mucho que aprender.
Ahora, ¿qué es lo que pasó? Nada en particular, sino la suma de muchas cosas. La principal es que ya no disfruto de hacer esto de la misma manera. Siempre manejé este blog de forma metódica y organizada, pero desde hace un cierto tiempo eso, más que ayudarme a estar tranquila, me tiene agotada y estresada. Además, vi afectada mi capacidad de escribir reseñas detallistas y sentidas, algo que antes me entretenía un montón.
De más está decir que el año que termina es ni más ni menos que 2020, que se llevó puestas un montón de cosas que parecían muy estables. En lo personal, salvo algunos casos bastante complejos y sin hablar de la situación global, no tuve un mal año, todo lo contrario: me recibí, encontré un trabajo precioso, escribí mucho, empecé a cuidar más mi salud física y mental. Todas estas cosas redujeron, en parte, el tiempo que puedo dedicarle a leer y a mantener el blog. Y sentirlo siempre ahí como una obligación, una carga, fue la señal de que algo tenía que cambiar.
Por supuesto, hay otros motivos que me impulsaron a tomar esta decisión, más allá del no disfrute y tener poco tiempo. Una de ellas fue lo lejana que me siento del resto de la comunidad, aunque haya encontrado vínculos preciosos y hasta amistades. Estoy un poco cansada de sentir que hablo sola o para las mismas tres personas, cuando podría estar utilizando una plataforma que de verdad me permita compartir mis opiniones y recibir las de los demás. Estoy bastante cansada de los comentarios vacíos, de saber que hay gente que comenta para recibir un comentario a cambio, que a veces ni siquiera leen las entradas que tanto esfuerzo lleva escribir. De hecho, estoy segura de que algunas personas van a comentar sin leer esto. Estoy cansada también de lo que conlleva mantener el blog en funcionamiento, de la búsqueda de imágenes —que tuve que sacar de casi todas las entradas por temas de copyright, por las dudas— y de comentar a otros en una plataforma que lo hace tedioso más que un momento para leer reseñas que me interesan.
Dicho así, parece que estoy harta de todo, pero no es así. Agradezco con todo mi ser la experiencia preciosa que fue tener un blog literario. La gente hermosa que pude conocer, lo mucho que aprendí. Las oportunidades que tuve, como trabajar con el Plan Nacional de Lectura e incluso viajar a la Feria del Libro de Buenos Aires o dar talleres en liceos. Los eventos hermosos en los que pude participar, los autores que conocí y hasta entrevisté. Las colaboraciones con editoriales, las que mantengo hoy en día y las que no, que hicieron posible que siguiera con el proyecto. Lo lindo que fue poner tanto de mí en un proyecto y verlo dar sus frutos. Hasta fue lindo compartir, aunque fuera por poquito tiempo, parte de las entradas del año con Juan, mi novio, y encarar aún otro proyecto juntos. Fui muy feliz con el blog.
Las etapas son eso, etapas. Eventualmente, terminan. Este blog fue una etapa hermosa que me permitió crecer muchísimo, pero llegó a su cierre. Dejo atrás cientos de entradas que contienen reseñas, entrevistas a autores, experiencias en eventos y especiales temáticos. También, anécdotas como escritora, una parte de mi vida a la que quiero y necesito dedicarle más tiempo. Lo que no tuve este año, por ejemplo, desde que empecé en este trabajo.
Pueden encontrar todas estas entradas en el índice, que incluye también las que se publicaron en Escaramuza, Harta o el Astillero de las Letras. Las tienen también en mi perfil de Goodreads, donde me gustaría ser más activa. Y, como dije antes, siguen pudiendo encontrarme en mi cuenta de Instagram y, si tenemos suerte, tal vez en las páginas de algún libro. Crucen los dedos para que 2021 sea un buen año para eso.
Muchas gracias, de verdad, a todos los que me acompañaron desde el inicio hasta este momento. Gracias también a quienes apoyaron el blog con colaboraciones o entrevistas. Los proyectos personales parecen solitarios, pero no lo son tanto. Y gracias a ustedes, los que están leyendo esto.
Nos vemos pronto ♥.