jueves, 29 de marzo de 2018

Jueves de entrevistas: Ester Pablos

¡Hola a todos! Hoy llega la última entrevista de este ciclo y le toca a una autora muy especial: Ester Pablos.

Nacida en Zamora (1990), aunque siempre vivió en Cantabria, es licenciada en Historia por la Universidad de Cantabria, donde también cursó el Máster de Patrimonio Histórico y Territorial. Como cuenta en su biografía, ganó algunos concursos de ámbito local y en 2008 estuvo incluida en la Lista de Honor Oro del Premio Jordi Sierra i Fabra. Publicó con Escarlata, de 2015 a 2017, la trilogía de ciencia ficción Los Apátridas. Además, tiene un blog en el que habla de mitos y leyendas.


¿Desde cuándo escribís ficción? ¿Qué te inspira a hacerlo?

Desde que era pequeña. Incluso antes de aprender a escribir ya me gustaba contar cuentos. Me sabía de memoria muchos diálogos de películas de Disney y podía recitar las narraciones de algunas cintas de radio. Siempre me gustaron las historias de ficción, sobre todo aquellas que contenían elementos mitológicos; o los cuentos de los hermanos Grimm. Gracias a ellos me aficioné muy pronto a la fantasía oscura, y eso influyó bastante en mis gustos literarios. La gente solía decir que siempre estaba en las nubes, pero yo diría que estaba mucho más lejos de lo que ellos creían.


¿Qué géneros preferís a la hora de escribir?

Me gusta mucho la fantasía (tanto épica como oscura), la ciencia ficción y la mezcla de ambas, a veces con tintes históricos. Sin embargo, siempre he tenido más éxito escribiendo ficción histórica.


¿Y a la hora de leer? ¿Cuáles han sido tus mayores influencias literarias?

Me gustan las historias que rompen con los tópicos del género en el que se enmarcan. Ya sea con su prosa, su argumento o sus personajes. Mi género favorito siempre ha sido mezcla de histórica y fantástica. No sé por qué, pero siempre me llaman mucho la atención. Aun así, procuro no leer siempre a los mismos autores, intento variar y beber de fuentes diversas. En ese sentido soy un culo inquieto. Puedo leer cuentos populares de distintas culturas, o grandes best-sellers, como sería el caso de  J. K. Rowling,  Rick Riordan,  Marianne Curley,  George Martin o Laura Gallego (entre otros escritores menos conocidos) y por supuesto a autores clásicos, como Sófocles o Séneca. También le he dado una oportunidad a autores y cronistas de obras más antiguas o más densas, como El arte de la guerra, El libro de las maravillas o el Pentamerón


¿Cuáles han sido los mayores desafíos al escribir fantasía y ciencia ficción?

Personalmente creo que, en fantasía, lo difícil es ser original de verdad y crear un mundo con vida propia. Es muy fácil servirse de los mismos recursos una y otra vez y olvidar que no tienes por qué incluir los elementos tradicionales, sino que se puede innovar, aunque sea arriesgado. En el caso de la ciencia ficción, el problema es aún mayor, ya que tienes que estar muy al día en nuevas tecnologías y revisar los avances médicos. Este maldito mundo va muy deprisa, y no es raro que algo que considerabas propio de la literatura futurista no solo ya haya sido inventado, sino que quizás han creado algo que va más allá de lo que imaginabas. Adelantarte en uno o dos siglos a lo que ya existe es muy difícil, porque hay verdaderos genios trabajando en estos campos y no todas las innovaciones han salido al mercado.


¿Qué tanto dedicás a la investigación previa antes de escribir?

Depende del género, pero alrededor de dos o tres meses y de forma intensiva. La ciencia ficción y la novela histórica siempre llevan muchísimo tiempo de documentación. La fantasía algo menos, pero también surgen situaciones que te obligan a buscar información extra durante el proceso de escritura.  Siempre invierto más tiempo durante el proceso que antes de él. Por mucho que intentes anticiparte e investigar de antemano, no sabes a qué te vas a enfrentar hasta que comienzas a escribir, y es cuando descubres lo poco que sabías sobre ciertos temas. Ya sea náutica, medicina natural, componentes informáticos, distintas clases de lucha o costumbres de pueblos antiguos. Lo importante para conseguir una documentación apropiada es hacer muchas preguntas. Si tienes dudas, los demás lectores también las tendrán. El mayor problema es encontrar fuentes fiables y recopilar las respuestas.


¿Cómo es tu proceso creativo y qué parte de este te gusta más?

Mi proceso creativo ha variado con el tiempo y la experiencia. Ahora siempre escribo guiones, fichas de personajes muy completas, líneas evolutivas, análisis de conflictos, hago bocetos de los lugares que aparecerán en la historia y procuro tener una idea muy definida de cuál será el estilo más apropiado para ese tipo concreto de historia. Si será más recomendable escribir en primera persona o en tercera, si será desde un punto de vista o desde varios, si tendrá una estructura compleja con muchos personajes o si será una historia sencilla y sin muchas pretensiones. Y los puntos de la lista van aumentando a medida que aprendes cosas nuevas. No cometer los mismos errores es lo más importante.
Lo que más me gusta es elaborar las fichas de personajes. Es el momento en el que los conoces de verdad y desarrollas una conexión casi mágica con ellos. De pronto son casi tan reales como cualquier otra persona y pasan a formar parte de tu vida, como si fueran viejos amigos.


¿En qué afecta tu formación académica a tu escritura?

Mi carrera me ayudó bastante a organizar mis ideas, y adquirí una serie de habilidades concretas que han aportado mucha madurez a mis escritos. La edad y la práctica son importantes, pero estudiar Historia me abrió la mente y me proporcionó conocimientos que han resultado ser muy útiles.



¿Qué te parece lo más importante a la hora de planificar una novela?

Para eso es necesario contestar tres preguntas básicas antes de lanzarse a escribir. Qué vas a escribir,
(el tipo de historia), para quién lo vas a escribir (la edad del público en el que estás interesado) y cuánto va a ocupar (si será cuento, novelette, trilogía o saga). Una vez resueltas esas cuestiones es posible elaborar un guion inicial con una estructura mínimamente decente. También es recomendable hacer autocrítica y preguntarte si lo que querías hacer será viable en el mercado actual, aunque no es obligatorio. A fin de cuentas, siempre puedes equivocarte, tanto para bien como para mal.


¿Cómo fue tu experiencia al publicar tus obras?

Es una pregunta complicada. Normalmente pasas por varias fases anímicas durante el proceso. Primero es una explosión de nervios y emoción, todo es genial y maravilloso. Era justo lo que deseabas y piensas que te vas a comer el mundo y que las ventas llegarán solas. Después de unos meses, en los que quizás has realizado tres o cuatro presentaciones, haces cuentas mentales y te corroen las dudas. Empiezas a pensar que quizás no se te daba tan bien como creías, que a nadie le interesa lo que haces, que si no tienes fama y un montón de seguidores y amigos de antemano, no llegarás a ningún lado.  Que solo eres una más de tantas personas que volcaron sus esperanzas en un sueño imposible. Llegas al punto de preguntarte si de verdad merece la pena tanto esfuerzo y tantos quebraderos de cabeza. Al final la única forma de mantener la calma y el buen humor es centrarte en el proceso y no en el resultado. Estás haciendo algo que te gusta y eso es lo importante. Siempre saldrás ganando a nivel de experiencia personal, nuevos amigos, contactos y momentos inolvidables. A veces luchar por una meta que parece inalcanzable es lo que de verdad hace la vida interesante. Pero ante todo debes tener paciencia, trabajar duro y confiar en tus habilidades. 


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Podés contarnos sobre tus proyectos futuros?

Ahora estoy escribiendo una novela histórica-romántica de tipo autoconclusivo (pero no haré más declaraciones al respecto porque los detalles son Top Secret). Lo que sí puedo decir es que será mi obra magna. Me está llevando más tiempo de documentación y preparación que cualquier otra historia anterior y puedo asegurar que va a ser muy original en comparación con otras novelas similares. Intentaré darles a los lectores algo que no han visto nunca hasta ahora. Pero no va a ser fácil. También tengo ideas para nuevas historias, por supuesto, pero de momento no escribiré más ciencia ficción. Al menos hasta dentro de unos años.


Sabemos que te gusta la mitología, ¿sobre cuáles de ellas has escrito o te gustaría escribir? ¿Cuál te parecería un desafío demasiado grande?

Me gusta incluir elementos mitológicos, pero nunca podría centrar mis historias en un contexto propiamente mitológico. Me gustan tanto los mitos originales que no soy capaz de reutilizarlos de forma directa (podría inventar nuevas versiones, o tratar de cambiar la historia por completo, pero siempre mostrándome respetuosa con las versiones clásicas). Me interesa mucho la mitología persa, la nórdica y la de Europa central, y creo que la africana, la mesopotámica o la hindú serían un auténtico reto. Son mitologías complicadas.  


Si tuvieras que vivir en una de tus historias, ¿cuál elegirías?

Creo que no podría elegir. No son mundos agradables para vivir. Muere gente muy a menudo y de formas poco agradables. Se parecen demasiado al mundo real.


¿Cómo lidiás con las críticas, tanto positivas como negativas?

Las positivas siempre me sacan una sonrisa y puedo pasarme el día feliz como una perdiz. En cuanto a las negativas, siempre que sean constructivas, son bienvenidas. Apunto las sugerencias en mi lista secreta de «cosas que no debería repetir» y las llevo a la práctica. He ganado algún concurso gracias a esa clase de críticas, y aunque son duras y a veces hacen que te sientas como un felpudo pisoteado por un elefante, siempre aportan información valiosa.


¿De qué maneras cambió tu vida haber publicado en una editorial?

En primer lugar, diría que me ayudó a ganar cierta confianza. Me hizo ver que todo el esfuerzo había merecido la pena. También mejoré mi habilidad para hablar en público (aunque mi miedo escénico a veces se muestra persistente) y conocí muchísima gente nueva. Las cosas no son como había imaginado, pero tampoco las cambiaría por nada.


¿Qué le dirías a quienes recién empiezan a escribir o buscan publicar?

Como todo el mundo que se dedica a este mundillo, que lean muchísimo, que trabajen duro, que sean autocríticos, que investiguen el mercado editorial y si pueden que se hagan visibles. Los autores también son productos, y ante todo las editoriales son un negocio. Pero lo más importante es que crean en sí mismos, y que averigüen qué clase de persona quieren ser, ya que eso afectará a todas las facetas de su vida, no solo a nivel literario sino también a nivel personal.  


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Muchísimas gracias a Ester por tan completa entrevista ♥. Esta es la última de este ciclo de entrevistas, aunque me estoy planteando volverlo a hacer durante el invierno —es decir, el verano español—. ¿A ustedes qué les parece? ¿Tienen ganas? ¡Lo que me digan es muy importante para tomar esa decisión! También me gustaría saber a quiénes les gustaría que entrevistara —dentro de lo posible, obviamente—. ¿Qué me dicen?


 ¡Feliz jueves!

lunes, 26 de marzo de 2018

Caraval - Reseña

RECUERDA, SÓLO ES UN JUEGO...

Scarlett Dragna nunca ha abandonado la pequeña isla en la que ella y su hermana Tella viven bajo la vigilancia de su estricto y cruel padre. Desde hace años Scar sueña con asistir a la celebración anual de Caraval, unos legendarios juegos que duran una semana y en los que el público participa para ganar el Gran Premio. Caraval es magia, misterio y aventura. Y para Scarlett y su hermana representa la libertad y poder huir de su padre. Ahora que está a punto de casarse con un hombre al que nunca ha visto, Scar cree que su sueño nunca se cumplirá. Pero justo dos semanas antes de la boda recibe las tan ansiadas invitaciones a los juegos. Sin embargo, una vez allí nada sale como espera: Legend, el Maestro de Caraval, secuestra a Tella y Scarlett se verá obligada a entrar en un peligroso juego de amor, sueños, medias verdades y magia en el que nada es lo que parece. Real o no, sólo dispone de cinco noches para descifrar todas las pistas que conducen hacia su hermana, o ésta desaparecerá para siempre…

Bueno, esta es una novela que empecé con sentimientos encontrados. Leí de todo sobre ella. Reseñas de gente que amó este libro, de gente que lo odió, de gente que ni fu ni fa, de gente decepcionada. Como la temática me parecía interesante, decidí regalármelo y ver qué tal. ¿En qué grupo estoy yo? En ni fu ni fa.

Me resultó bastante flojo. La historia empieza bien, pero cuando llegamos a la isla en la que Caraval tiene lugar, las cosas empiezan a perder sentido. En parte, es por gusto. Se supone que ese lugar tiene algo de onírico, de extraño. Tiene que desconcertarnos. Sin embargo, deja de tener sentido a un nivel más profundo. Todo esto parece hecho porque sí, sin más objetivo que el de ser extravagante. Da una sensación vacía que impide ver más allá.

La trama se desarrolla un poco al tuntún. El objetivo de Scarlett es encontrar a su hermana y para eso tiene que encontrar y seguir ciertas pistas. Scarlett se encuentra con las pistas, que reconoce como pistas porque sí, y todo se va dando medio así, sin pensarlo demasiado. Hay varios plot twists cuestionables, y ocurren tan seguido que al final un poco ya no importa qué pase. De cualquier manera, algunos de ellos me sorprendieron y el final se las arregla para que el lector quede con ganas de saber qué pasa en el siguiente, ahora que las cartas están sobre la mesa.

La protagonista se me hizo floja también, de débil carácter y bastante fluctuante. No me molestó demasiado porque asumí que un personaje débil que va encontrando su propia voz durante la historia era lo más adecuado para la novela, pero no empaticé demasiado. Su compañero durante la historia y obvio interés amoroso, Julián, me resultó entretenido, pero al final me quedé con la sensación de que ni Scarlett ni yo sabemos demasiado sobre él. Lo que es complicado porque, como ya dije, es el interés amoroso. Que se desarrolla rapidísimo, más de lo que me gustaría.

Donatella, Tella, es la hermana de Scarlett, imprudente y apasionada. Es quien desaparece y a quien Scarlett debe buscar, porque protegerla es lo que más le importa. Es difícil hablar de ella sin spoilear, pero al final terminó cayéndome mucho mejor sobre el final de la novela

Hay dos figuras antagonistas, muy claras casi desde el inicio. Por un lado, el padre de las chicas, que es caricaturescamente malvado. Y Legend, el dueño de Caraval, de quien se dice mucho, pero se ha visto poco. Este último me gustó mucho más que el primero, a quien sentí como un plot device y nada más. A Legend solo lo conocemos a través de lo que se cuenta, al punto de que llegamos a no saber qué es verdad y qué no. Creo que fue lo que mejor se manejó, pero me dejó gusto a poco, y por eso tengo ganas de leer el siguiente libro, más que nada.

La ambientación es escasa. Estamos en un mundo inventado, donde hay un imperio y hubo guerras, pero no se nos cuenta demasiado al respecto. Parece haber magia, pero dentro de Caraval. Realmente no sabemos mucho. Si bien los personajes se sintieron consistentes en su mundo, me habría gustado que se ahondara más en ese mundo y en sus características. Sobre Caraval y su extravagancia ya hablé más arriba.

Con este libro me pasó algo particular. Si bien no creo que la narración fuera densa, no pude evitar hacer lectura diagonal. Los ojos se me iban solos. Creo que había muchos párrafos de descripción innecesaria, de contar y contar y contar. No necesito mucho diálogo para ser feliz, pero sí que lo que se cuenta me atrape. Y acá los párrafos se me hacían salteables. Por otro lado, la prosa es bastante simple, pero a veces se pone un poco purple. Puede llegar a ser linda, aunque algunas metáforas son desconcertantes. Acá va a gusto del consumidor.

Cabe mencionar que la edición es preciosa; cuidada, con un papel más suave aunque más pesado, con detalles. Eso sí, me habría gustado que a la par de esto, cuidaran el texto, porque no solo hay erratas, sino faltas de ortografía. De las evitables.

Entonces, para resumir, es un libro que me entretuvo bastante, que tuvo sus momentos buenos y que me dejó con ganas de más. Sin embargo, pudo haber sido mucho mejor y resultó bastante flojo en su ejecución. No sé si lo recomiendo, pero creo que no es una mala lectura y que pueden pasar un buen rato

jueves, 22 de marzo de 2018

Jueves de entrevistas: Rolly Haacht

¡Hola a todos y bienvenidos al penúltimo jueves de entrevistas! Hoy le toca a una autora que seguro conocen, porque es muy activa en redes sociales: Rolly Haacht.

Como ella misma cuenta en su biografía, tiene 28 años y trabaja en un 100 mondaditos. En 2015 autopublicó el primer volumen de la trilogía, Amor y virtud, y la finalizó en 2017. Hace poco la trilogía vivió una reedición y además fue publicada por entero en digital. La autora tiene una fuerte presencia en redes, que incluyen un canal de Youtube. Pueden encontrar más información en su página web.


¿Les parece si empezamos?




¿Cuáles fueron tus primeras experiencias escribiendo ficción?

La primera historia que escribí fue algo parecido a Amor y virtud, también en los 80, pero ambientado en Inglaterra. Después, fue una historia de fantasía que está pensada para una bilogía y cuyo mapa y personajes llevan conmigo desde hace diez años. Tras esas dos empezaron a nacer todas las demás, y espero poder desarrollar tanto las que se quedaron en el tintero como las que están por llegar. 


¿Qué te inspiró a usar las virtudes como eje de tu trilogía?

Reconozco que lo de las virtudes fue un poco fortuito, porque como la historia no tenía una trama, dado que yo acostumbraba a escribir el día a día de los personajes en mi blog, sin más, el día que decidí escribirla como novela para enviarla a un concurso, decidí buscar algo que pudiese identificar a mis personajes. Algo que fuese de cuatro. Y durante las búsquedas descubrí las virtudes cardinales de Platón y me di cuenta de que eran perfectas para cada uno de los personajes, así que solo tuve que ajustar los acontecimientos que quería narrar según la premisa de la búsqueda de las virtudes por uno de los protagonistas. 
Sobra decir que en los años en los que la escribí y terminé, yo no concebía una historia sin trama, sin eje principal. Ahora las historias de personajes son mis historias favoritas.


¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Qué parte disfrutás más?

La parte que está en la imaginación de las escenas, de las conversaciones, de la relación entre personajes. Lo que más disfruto es imaginar lo que va a suceder. A veces, incluso, pienso en una cosa durante días o semanas, hasta que creo que está todo lo bien que tiene que estar para poder escribirla. Me encanta salir a caminar para pensar en mis historias.


¿Qué tan importante es para vos el desarrollo de los personajes?

La esencia de cada uno de ellos. Es difícil dotar a un personaje de personalidad, sobre todo cuando se trata de uno que es totalmente distinto a ti, o que tiene una forma de pensar y actuar totalmente diferente a lo que para ti es moralmente correcto. Y ya no solo dotarlo de esa personalidad, sino desarrollarlo cada vez que entra en escena sin que tenga un desliz, sin que deje de ser él. No puedes decir que el personaje es, por ejemplo, inocente, y después que actúe como todo lo contrario. Entonces dedico mucho tiempo a pensar cómo va a ser cada uno, y hasta que no tengo eso claro, no puedo empezar.  


¿En qué géneros te sentís más cómoda? ¿Te planteás probar cosas nuevas?

Me siento cómoda relatando hechos cotidianos porque es lo que he estado haciendo hasta ahora más en serio. Me gusta relatar cosas que pueden suceder día a día, que podrían pasarle a cualquiera, o incluso hacer que los personajes ficticios interactúen sobre un hecho que ha sido real para otra persona, ya sea de mi entorno o no. Y según qué cosa y qué personaje, pensar en cómo se resolvería una u otra situación. La trilogía Amor y virtud tiene mucho de esto. Y sí, me planteo probar cosas nuevas, sobre todo entrar a la fantasía en algún momento, porque es un género que siempre he admirado. Y más cosas, pero tiempo al tiempo.


¿Qué podés contarnos de tu experiencia autopublicando?

Lo más básico es que todo se consigue a base de trabajo, constancia, paciencia y pasión. Podría haber dicho ilusión, pero creo que la pasión es más importante. Hacer algo porque te apasiona es la clave. Lo dice alguien que dejó a medio dos carreras universitarias porque no tenía ninguna vocación, y porque lo que realmente le apasionaba era contar historias. Aparte de esto, la historia que he contado a través de la trilogía y yo hemos ido creciendo y mejorando con cada año, y la opinión de los lectores ha influido mucho, sobre todo en el último libro. La trilogía no habría sido trilogía y se habría quedado solo en Amor y virtud de no ser por los lectores que quisieron continuar sabiendo algo más de mis personajes, sobre todo de los Becker. 


¿Te interesa trabajar con editoriales?

Por supuesto. Es una meta, un objetivo. No tengo ni idea de si llegará en más o menos tiempo, o si llegará siquiera. Ni siquiera tengo claro si lo que más me interesa de trabajar con una editorial es publicar, porque pertenecer o formar parte del equipo de una me llama tanto o más la atención. El mundo editorial en sí. Pero con respecto a publicar, es como un reconocimiento que quieres tener en algún momento, aunque se diga por ahí que el hecho de no tener el respaldo de una editorial no te hace menos válido. Al fin y al cabo, escribes porque quieres, porque lo necesitas. Y es cierto, puedes ser igual de válido con o sin editorial, pero a día de hoy, hay una diferencia bastante grande, sobre todo de cara a eventos y en cuanto a repercusión, entre un autor de editorial reconocida y un autor independiente. Esto no quiere decir que yo no esté contentísima con todo lo que he recibido como indie. No puedo estar más agradecida por el apoyo de la gente, pero mentiría si dijese que no me hace ilusión formar parte de una editorial el día de mañana. 


¿Cómo te llevás con los demás autores de tu «generación»? ¿Qué impacto creés que esta puede tener en un futuro?

Me llevo tan bien, y es una relación de amistad tan buena, tan sana, que nunca en mi vida pensé que llegaría a tener cerca de mí a gente tan maravillosa y con una vocación tan cercana a la mía. Siento esta cercanía tanto como con los booktubers con los que he ido creciendo desde que me abrí el canal. ¿Qué impacto creo que puede tener? Pues lo más básico es ser consciente de que puede ser una amistad para toda la vida. Y, sobre todo, que vivo en un entorno que me hace crecer, que me hace evolucionar, que me permite aprender y ser siempre un poco mejor. 


¿Sentís que hay suficientes oportunidades en el panorama editorial actual?

Creo que hay muchas más oportunidades ahora, pero también en parte porque también están naciendo nuevas editoriales que vienen pisando fuerte. La competencia también genera mucho más movimiento. Y las redes sociales están ampliando mucho la visibilidad de editoriales, autores, ilustradores… Porque no nos olvidemos de los ilustradores. Gracias a ellos los autores también tienen a su alcance una herramienta para destacar, para emocionar a los posibles lectores. 


¿Qué tan importante te parece tener una relación cercana con tus lectores?

Me parece básico, y tampoco es algo de lo que uno quiera escapar. Que un lector te escriba para decirte cosas bonitas de tu historia nunca va a ser mal recibido. Y si lo que tiene que decirte no es todo lo agradable que a ti te gustaría, es porque tienes una confianza tal con él que puedes permitirte hablar de lo que podrían ser tus carencias para mejorar. Siempre para mejorar. Pero más allá de eso, la sensación de apoyo, el calor que te dan, eso… Eso es indescriptible. Que alguien te escriba personalmente para decirte que está contigo y que le gustaría seguir leyendo cosas tuyas, de verdad que no tiene explicación posible. 


¿Cómo es tu relación con las críticas, ya sean positivas o negativas?

Pues las críticas buenas hacen que me quede mirando la pantalla con una sonrisa de oreja a oreja, y puede incluso que me dure todo el día, y que me hagan sonreír de forma espontánea al recordarlas. Las malas me oprimen el pecho, me entristecen, me hunden durante un momento, un día o una semana, depende de a lo que me enfrente. Sin son negativas y constructivas, si son desde el respeto, me abren los ojos y aprendo de ellas. Si son destructivas, o si son totalmente contrarias a lo que yo creo que quería dar a entender con la historia, pues me dejan como con un sabor de boca agridulce. A veces necesitas diez opiniones buenas para compensar una mala, cuando en realidad debería ser al revés, pero es inevitable. 


¿Qué prejuicios te parece que hay hacia la literatura juvenil y cómo te parece que podrían combatirse?

Me parece que hay unos prejuicios que jamás habría pensado que existían o existirían cuando tenía quince años y leía una gran cantidad de historias juveniles y maravillosas. A mí nunca se me habría pasado por la cabeza pensar que diez años después habría gente dispuesta a desprestigiar e infravalorar a todas esas novelas que a mí me hicieron amar la literatura. Si todavía hay alguien que cree que una novela juvenil no puede aportar valores, entre otras cosas, es simplemente porque habla antes de comprobar por sí mismo lo que tanto critica. Llevo a la conclusión de que simplemente son ganas de desmerecer el trabajo de otras personas. 


Si tuvieras que vivir en una de tus historias, ¿cuál elegirías?

Es una pregunta muy difícil, pero creo que escogería vivir en Lendesthal, el mundo de la historia de fantasía que tengo pendiente, con elfos y piratas. 


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Estoy trabajando en Proyecto Lorena, y confieso que es un proyecto que me da muchísimo miedo. Por un lado me da mucho respeto escribirlo porque voy a ponerle voz a alguien que no la tiene, y por otro, es algo totalmente distinto a lo que he publicado hasta ahora, así que tengo pánico de la reacción de los lectores que quieran descubrir la historia. 
Otro proyecto de futuro, aparte del que he mencionado justo en la pregunta anterior, es una secuela de Amor y virtud, que aproximadamente empezaría 10-12 años después, y cuyos protagonistas pasarían a ser los niños del último libro, entre otros.


Por último, ¿qué consejo le darías a quienes recién empiezan a escribir o quieren publicar?

Que se ponga a ello, más pronto que tarde. Y que lea mucho, y que escriba mucho. Y también que tenga paciencia, que vuelva a lo escrito después de un tiempo y que haga los arreglos que sean necesarios, porque con perspectiva se ve todo muy diferente. De hecho, creo que un buen consejo para cualquiera sería que una vez reposada la historia, antes de volver a ella para leerla —esta vez como lector—, se lea alguna novela de un autor que admire o relea una historia que le haya gustado mucho. Pero es solo un consejo. Yo antes de empezar a escribir tengo que leer a Ken Follet, ya sea una novedad o una relectura. Pero a día de hoy tengo unos cuentos libros favoritos que van a ser mi relectura para después del proyecto que tengo entre manos, antes de ponerme de nuevo con él. 





¡Muchas gracias por tan preciosa entrevista y feliz jueves a todos! ♥



Imagen 1: Fotografía del primer volumen de Amor y virtud.
Imagen 2: Portadas de la trilogía completa en formato digital.
Imagen 3: Ilustración de Jake, Ari y Zane por @o_alcuadrado.
Imagen 4: Ilustración de Jake de @Miss_Arilicious.
Imagen 5: Fotografía con Yai de Pergamino Infinito, Ari de Bookaneras y Aurora de The Aurorix (detrás aparecen Laura Tárraga y Gema Bonnín).
Imagen 6: Fotografía con Gema Bonnín y Laura Tárraga en la mesa de firmas, en Alicante.
Imagen 7: Fotografía con Gema Bonnín, Victoria Álvarez, Iria G. Parente, Alba Quintas Garciandia, Selene M. Pascual y Clara Cortés en los Templis 2018.
Imagen 8: Prints a la venta en la web de la trilogía.

lunes, 19 de marzo de 2018

Gemina - Reseña

Moving to a space station at the edge of the galaxy was always going to be the death of Hanna’s social life. Nobody said it might actually get her killed.
The sci-fi saga that began with the breakout bestseller Illuminae continues on board the Jump Station Heimdall, where two new characters will confront the next wave of the BeiTech assault.
Hanna is the station captain’s pampered daughter; Nik the reluctant member of a notorious crime family. But while the pair are struggling with the realities of life aboard the galaxy’s most boring space station, little do they know that Kady Grant and the Hypatia are headed right toward Heimdall, carrying news of the Kerenza invasion.
When an elite BeiTech strike team invades the station, Hanna and Nik are thrown together to defend their home. But alien predators are picking off the station residents one by one, and a malfunction in the station’s wormhole means the space-time continuum might be ripped in two before dinner. Soon Hanna and Nik aren’t just fighting for their own survival; the fate of everyone on the Hypatia—and possibly the known universe—is in their hands.
But relax. They’ve totally got this. They hope.

Voy a empezar la reseña con malas noticias: no tengo ni idea de si este libro va a traducirse o no al español, aunque por ahí había rumores de que no, así que ni me pregunten al respecto. Esta vez lo leí en inglés, gracias a Flor que me lo prestó ♥. Moría de ganas de leerlo, sobre todo con el final de Illuminae

Así que después de los acontecimientos del primer libro, la Hypatia se dirige a la estación Heimdall en busca de ayuda. Como era de esperar, parece que en Heimdall también andan necesitándola, porque la gente de BeiTech no tiene la menor intención de que en el resto de la galaxia sepan lo que anduvieron haciendo en Kerenza. Y ya vimos de qué forma limpian sus desastres, ¿no? Así que Heimdall va a tener visitas y no van a ser agradables.

En general, me pareció una vez más una historia intensa, vertiginosa y que engancha fuerte. Eso sí, no me enganchó tan rápido como el primero, por lo que leí las primeras doscientas páginas en unas noches y el resto en una sola, de golpe, sin poder parar. Así que le toma un poco cobrar esa fuerza, pero lo hace, por suerte. Sin embargo, es menos trepidante que el primero. En el primero, las cosas van en in crescendo; cada vez que las cosas van mal, pasa algo peor y no tenemos ni idea de cómo van a hacer para solucionarlo. En este, hay un poco de eso, pero la acción es más bien constante y sobre el final la tensión explota.

Los protagonistas son Hanna y Nik, aunque quizás Hanna un poco más. Ambos tienen una personalidad fuerte, y aunque Hanna parece la niña rica mimada por excelencia, oculta una determinación y una letalidad que son clave para sobrevivir a sus atacantes. Nik, por otro lado, parece ser el chico malo, típico tipiquísimo, y no lo es. Me gustó la dinámica entre ellos, la forma de comunicarse, pero también me pareció un poquito apresurado —aunque supongo que las situaciones límite propician esas cosas.

Los secundarios tienen mucho peso; desde Ella, la prima de Nik que es una de sus aliadas más fuertes, hasta Jackson, el novio de Hanna, que trabaja en la estación. Y por supuesto, los auditores, quienes se van a encargar de tomar Heimdall para que BeiTech haga de las suyas. Vamos a conocerlos poco, pero lo suficiente. Los demás tienen su participación, aunque su presencia está mucho menos marcada.

Y por supuesto tenemos a los personajes del primer libro, para alivio de muchos. Seguro que se lo estaban preguntando. Les cuento que uno de los autores anunció en su review del libro que iban a aparecer, así que estuve ansiosa hasta que finalmente sucedió. No sé si estoy del todo conforme, pero me agradó volver a saber de ellos. Me habría gustado que tuvieran más tiempo en pantalla (?), pero sus acciones son bastante importantes así que voy a dejar de quejarme.

Tal y como en el otro libro, la historia está narrada a través de chats, informes y desgrabaciones de cámaras de seguridad, por lo que nuestra forma de conocer a los personajes es a través de lo que hacen y dicen. Si les gustó esto, van a sentirse cómodos con Gemina. Si no les resultó una lectura fácil, no van a encontrar otra cosa en este libro.

El final me dejó con el hype por las nubes y con una necesidad enorme de leer el siguiente. Además, encontré un adelanto que largaron y quiero llorar. Así que eso, disfruté montones del libro, lo leí como enferma y necesito el otro ya o me da un síncope. Más o menos eso.

jueves, 15 de marzo de 2018

Jueves de entrevistas: Scarlett de Pablo

¡Hola a todos! Bienvenidos a un nuevo jueves de entrevistas. Esta vez tenemos a una entrevistada muy especial, porque además de escritora, es la editora de Escarlata Ediciones.

De Barcelona, en su biografía nos cuenta que «es graduada en dirección cinematográfica (ECIB) e Historia del Arte (UB). Después de realizar un máster en Edición (UPF), empezó a trabajar en el mundo editorial». Junto con Alexia Goher autopublicó Arlia. Entre mundos, que luego se reeditaría con Escarlata Ediciones en 2015, seguida por su secuela, La luz robada, en 2016. Este año publica Noches de neón, una novela romántica adulta.


¡Empecemos!




¿Qué te inspiró para comenzar a escribir ficción?

En el colegio conocí a una chica muy parecida a mí y nuestra afición a Anne Rice nos llevó a escribir una historia conjunta de ese universo, que nunca acabamos. Más tarde, a los quince años, siendo fan de Buffy cazavampiros, fui a parar a uno de los antiguos grupos de MSN donde estaban desarrollando un rol narrativo sobre la serie. Obviamente, Buffy ya estaba pillada, así que opté por la opción de retomar aquel personaje inventado con mi amiga y me metí de lleno. Fueron muchos años en los que conocí a gente con la misma afición, y las historias y los personajes fueron creciendo y creciendo hasta desvincularse por completo de los fanfics originales. De ahí nació Arlia, que fue la primera vez que me puse a escribir en serio una novela.


¿Cómo es escribir a cuatro manos?

Como empecé a escribir con muchas más de cuatro manos, nunca supuso una dificultad, sino más bien una costumbre. De hecho, Alexia y yo nos conocimos en esos roles narrativos, por lo que ya estábamos habituadas a trabajar conjuntamente. Sin embargo, proponerse convertir Arlia en una novela cambió un poco las cosas. En el sentido de planear la historia, no; teníamos una compatibilidad excelente y disfrutábamos muchísimo al hacerlo. Al principio pensamos en repartirnos capítulos según el personaje que llevaba la voz cantante, pero luego nos dimos cuenta de que no funcionaba: aunque parecidos, nuestros estilos no eran iguales. Estando ella en Valencia y yo en Barcelona, quedábamos de vez en cuando y entonces sí salía el trabajo de lo más fluido, pero no podíamos vernos siempre. Entonces, gracias a Google Drive, empezamos a escribir a la vez, literalmente, y a pesar de la distancia. A veces yo ponía una frase, me bloqueaba, y ella, que veía online lo que estaba haciendo, por Skype me susurraba la palabra faltante, como si fuera mi conciencia. Era muy divertido, aunque nos obligaba a estar disponibles y no era fácil coincidir teniendo más responsabilidades.


¿Cómo es tu proceso creativo de forma individual?

Cuando acabé el instituto, hice dos años de Realización Cinematográfica. En clases de guionismo me enseñaron a hacer escaletas y me acostumbré a usarlas. Es por ello que siempre que me pongo a escribir necesito antes tener la pauta de lo que sucederá. A veces me basta con una visión global de la historia, a veces necesito mucho más. Eso no significa que todo esté atado y planeado antes de escribir. Es solo un guión para saber en qué dirección ir. Es por eso que antes de escribir una sola palabra ya sé como será el final de la historia. 
Luego empiezo a escribir y ocurre la magia en la que los personajes cobran vida y te van pidiendo unas cosas u otras. Esto a veces te puede llegar a deformar el plan original. Entonces paro, vuelvo a mis notas y replanteo la escaleta para que nada quede suelto. 
Por otro lado, mientras planeo y escribo, me empapo de todo lo que pueda estar relacionado con el contexto que va a tener. En el caso de Arlia, había muchas partes históricas, y la documentación fue incesante. De hecho, estaba en la universidad cursando Historia del Arte, y mi trabajo de final de carrera tuvo mucho que ver con lo que iba a aparecer en la trilogía. Además, la información también te puede aportar nuevas ideas. En el caso de mi última novela, Noches de neón, tenía que saber mucho de crimen organizado y narcotráfico. Me dediqué a documentarme sobre ello. Leí libros sobre el tema, películas, podscats, prensa, todo lo que caía en mis manos. A veces me entraba la risa pensando que la policía acabaría viniendo a mi casa alertados por las búsquedas que hacía en Google.


¿Qué podés contarnos de la experiencia de autopublicar? ¿Lo volverías a hacer?

Autopublicar fue el detonante para dedicarme a la edición. Un año después de haberlo hecho, empecé un máster en Edición en la UPF. Luego fundé la editorial que había desarrollado en mi proyecto final y mis conocimientos se pusieron a prueba. No he dejado de aprender desde entonces. Por supuesto que lo recomiendo. Eso sí, publicar implica muchos campos que un autor no tiene por qué saber y es por ello que creo en la necesidad de contratar profesionales, así como lo hace cualquier editorial (editor de mesa, corrector, maquetador, portadista, etcétera...). Es una manera de ver desde otro punto de vista el mundo editorial, ya que aunque cuentes con ayuda de otros profesionales, tú serás el coordinardor de todo el proceso y eso te va a enriquecer enormemente y te va dar una visión global del sector mucho más realista.
Por otro lado, poseyendo una editorial es posible que no lo vuelva a hacer, pero la vida da muchas vueltas y nunca se sabe lo que puede pasar.


¿En qué géneros te gusta y te gustaría moverte? ¿Hay algún desafío que te estés planteando, en ese sentido?

Empecé con juvenil porque es donde me sentía más cómoda en esos momentos. No obstante, he sido y soy gran consumidora de la novela romántica adulta y siempre he tenido historias pendientes de este género por escribir. Noches de neón es mi estreno en el género, pero aunque tiene una base de romántica, también podría clasificarse dentro del thriller o la novela negra. Eso fue un reto porque no solía leer novelas de esa índole, hasta ahora. Con el paso de los años, cada vez me he ido abriendo más y ha llegado un punto en el que puedo afirmar que leo de todo. Y hablo de leer porque no deja de ser una influencia muy potente a la hora de seleccionar sobre qué voy a escribir. Debido a mi carrera, sé que en la histórica también me voy a sentir cómoda, aunque el proceso de investigación y documentación es mucho más complicado. No obstante, hay épocas para las que me veo preparada y otras no. Por ejemplo, mi trabajo de final de carrera fue sobre la caída de la República Romana y tengo pendiente una novela sobre ello. En cambio, adoro los piratas de finales del siglo XVII y creo que aún no ha llegado el momento de escribir sobre ellos, ya que necesito investigar más.



Si tuvieras que vivir en una de tus historias, ¿cuál elegirías?

Me encantaría tener poderes como los que tienen en Arlia, pero a su vez me daría miedo vivir en ese mundo plagado de peligros. De modo que creo que escogería Noches de neón, que como se parece más a nuestra realidad, podría manejarme dentro de la historia mucho mejor. Puede que incluso no se me diera tan mal (lo de mafiosa, digo).


¿Cuáles son tus mayores influencias literarias?

Influencias literarias recibo muchas y a diario. Es imposible no dejarme influenciar por lo que leo.
Recuerdo una anécdota en la que andaba editando a Lorena Pacheco y a la vez escribiendo Noches de neón. De repente me di cuenta de que las dos habíamos escrito casi la misma frase. Es inevitable que se te peguen expresiones de otros, tú lo sabrás de sobra al ser correctora. Es por ello que no me atrevo a decir mis mayores influencias en general, pero sí te puedo contar los que dejaron huella en mí para escribir cada libro, o busqué que lo hicieran.
Para Arlia fueron Anne Rice, George R. R. Martin, Louise Rennison y Ben Kane. Para Noches de neón han sido Roberto Saviano, Don Winslow y Mario Puzo.


¿Cómo compaginás tu vida como escritora con tu trabajo como editora? ¿Qué cambios trajo a tu forma de escribir?

Bastante mal. Ser editora me consume aparte de tiempo, energía. A veces paso tantas horas delante del ordenador trabajando que lo último que me apetece después es seguir en él para escribir. Es por eso que escribo poco, pero cuando empiezo una novela me suele absorber tanto que saco fuerzas y tiempo de donde sea. El problema es empezar, que me cuesta encontrar el momento.
Respecto a los cambios, pues creo que puedo afirmar que mi profesión me ha ayudado a mejorar. Con mi trabajo se pueden aprender cada día cosas nuevas y eso afecta mi forma de escribir. Revisar tus correcciones, por ejemplo; me enseñaron a usar el «había hecho» cuando toca.


¿Qué aprendizaje te trajo embarcarte en un proyecto como Escarlata Ediciones?

Son tantos los conocimientos que he podido sacar de esta experiencia y dentro de tantos ámbitos distintos que casi me cuesta ir enumerándolos. Mejor te pongo ejemplos como el que te puse en la pregunta anterior: no sabía hacer facturas y aprendí a hacerlas casi el primer día. Tampoco sabía nada de Wordpress y ahora hago hasta diseños de páginas web. Cada día aprendo alguna función más del Photoshop cuya existencia desconocía. De temas fiscales ya ni hablamos, antes la palabra me sonaba a chino. El Excel es uno de mis mejores aliados, antes bien lejos lo quería. Mi odio a los gerundios ha ido aumentando con los años. Cómo se calcula el ancho de un lomo o que márgenes debe tener una maquetación (de los errores se aprende, y de estos se aprende rapidísimo). El foco del narrador en tercera no lo puedes alternar cada dos frases, o en Facebook hay que pagar para tener visibilidad y en Twitter, no.


¿Qué tantas oportunidades brinda el panorama editorial actual, tanto para escritores como para editoriales pequeñas?

Al ver esta pregunta he soltado una risilla irónica. No quiero sonar resentida y quiero explicarme bien. Así que me voy a extender, ya lo siento. 
Primero, tenemos la competencia. Es tal el volumen de obras que se publican que es prácticamente imposible no pasar desapercibido. Y en esto incluyo a todos; editoriales grandes, pequeñas, autopublicados, etcétera... Se publica mucho, muchísimo, y el lector tiene tanto de dónde elegir que conseguir que sea tu obra es ardua tarea.
Luego tenemos la lectura como forma de entretenimiento, que está en declive. ¿Por qué? Pues no es porque no guste leer, porque dicen que se lee más que nunca, pero es que hay muchas cosas para leer que no sean novelas. Desde las redes sociales, la mensajería instantánea, los blogs, la prensa digital, etcétera. Y luego tenemos Netflix y sucedáneos, televisión a la carta con también excesiva oferta de contenidos. No nos podemos olvidar los juegos para consolas, teléfonos, PC…  Hay tantas  formas de entretenimiento y tan atractivas que a veces leer novelas no es lo que más apetece.
A esto le sumas la piratería. El daño que hace es brutal y estás totalmente desprotegido. No hay penas, no hay castigos, es el libre albedrío para robar trabajo, inversión y esfuerzo ajeno. 
Añadimos la crisis. Suena a excusa, pero no lo es. Puede que haya más trabajo, pero el que hay es más precario y los sueldos no suben al ritmo que suben los precios. Esto inclina la balanza o a la piratería o al consumo más mesurado.
En resumen, se publica mucho, se vende poco. Y esto afecta a todos, grandes y pequeños.


Para los autores esto supone el tener que luchar día a día para que su nombre le suene a alguien, para conseguir una comunidad lectora que le siga y quiera sus novedades. Y como digo, somos tantos que es difícil, muy difícil. Tenemos las redes sociales, una bendición para esto, pero también un devorador de tiempo, energía y esfuerzo. Y de una ventaja se han convertido casi en una necesidad. No solo para autores, sino incluso para cualquier profesión en la que se necesite promoción (actores, entrenadores personales, artistas, diseñadores, ilustradores, músicos…). En conclusión, el autor, tanto autopublicado como no, no se puede dedicar solo a escribir; ha de promocionarse siempre, y es un poco triste que sea así. Aparte de que vivir de escribir roza la utopía. Muy pocos lo consiguen. 
¿Y qué pasa si un autor destaca? Pues que los recluta una editorial grande y la editorial pequeña se queda a lo lejos mientras lo ve marchar. Le dice adiós con un pañuelo para secarse las lágrimas y grita un dulce «si vuelves, aquí estaré», porque es imposible competir.

Y ahora está el editor pequeño. Se pueden conseguir muchas cosas y el hecho de ser pequeño permite cuidar mucho más las obras, apostar por historias diferentes, autores desconocidos y todo eso con lo que no me voy a extender. Pero aquí viene el problema con el que yo me di de bruces desde mi ignorancia cuando empecé. Ningún distribuidor te quiere. No eres grande, no hay mucho capital, ellos no se quieren arriesgar, lo que desgraciadamente no deja de tener lógica. Ellos venden tus libros, y si los llevan a todas partes y no se venden (porque no tienes capital para grandes campañas de marketing o porque simplemente publicas a autores que empiezan, lo que sea), ellos gastarán un dinero en distribuirlos que no van a recuperar. Con tanta oferta y tan poca demanda, no les hace falta arriesgar ni apostar por nadie nuevo. La época dorada en la que aceptaban nuevos proyectos ya pasó. Van a lo seguro, y es que así es el mercado. 
¿Y qué pasa si no tienes distribuidor ni eres capaz de conseguirlo? Que no estás en grandes superficies, que es donde se concentra la mayoría de las ventas y se adquiere la mayor visibilidad. Puedes distribuir tú ya sea por web o en pequeñas librerías, pero no al mismo nivel. 

Sin embargo, y ya acabo, a veces pasan cosas buenas y la gente te ayuda. Ha sido así, gracias a los contactos en los que te incluyo, como hemos conseguido llegar a Uruguay. Y eso no deja de ser un logro. No crecemos en nuestro país, pero lo hacemos en otro. Por lo tanto, aún hay esperanza. Nadie es profeta en su tierra, dicen.


¿Qué te parece fundamental en una buena historia?

Creo que lo esencial es que genere expectativas y luego las resuelva de forma coherente y creíble. Eso es lo que busco siempre como editora y como lectora. Que me genere la necesidad de saber más y la información que me dé me resulte creíble. Si consigue eso, me tiene ganada, y precisamente creo que es lo más difícil de lograr.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Podés contarnos sobre tus proyectos futuros?

Actualmente no estoy inmersa en la escritura de nada, pero tengo ya todo el plan de la última parte de Arlia y está a la espera. La de la caída de la República Romana se está formando poco a poco en mi cabeza, y tengo pensada otra de crimen organizado, que está en la misma situación. Esos son los tres proyectos literarios que ocupan mi mente. No obstante, sigo con la editorial y estoy trabajando en un proyecto nuevo que me tiene muy entusiasmada: se trata de una agenda fitness para 2019 ilustrada por una tatuadora de talento descomunal. De momento, no puedo decir nada más.


¿Qué podés contarnos sobre el mundo editorial que normalmente no se sepa?

Bueno, ya he contado lo que pasa con las distribuidoras, que son cosas que normalmente el público general no sabe. Por otro lado, debido a malas prácticas de algunos editores, parece que por regla general somos el enemigo de los autores, y eso me indigna estando en este lado, porque la mayoría no sabe lo perjudicado y mal parado que sale el editor cuando hay problemas. Es el que pone el dinero para la inversión de publicar un libro y el único que pierde si este no vende o no se cobra lo vendido, por tanto, es el más interesado en que el libro llegue al público. El librero devuelve los ejemplares, el distribuidor también, y el editor se los come con patatas. Encima puede que no recupere la inversión jamás, pero todos los demás implicados sí que recogerán su porción de tarta independientemente de eso. No sé, a veces me sorprendo pensando en dedicarme a otra cosa, narco quizás. Creo recordar que dijiste que te me unías. 


¿Qué consejos le darías a los que recién empiezan escribir o buscan publicar?

A los que empiezan a escribir que lean y que escriban. También que estudien algo de narrativa y puntuación de diálogos, aunque sea simplemente leer un manual. Les dará una base importante sobre la que trabajar. 

A los que buscan publicar, primero paciencia. Conseguirlo no es nada fácil, por muy buena que sea la obra. Hay muchos factores que influirán para que alguien apueste por ti. La cuestión es no rendirse y seguir intentándolo. También recomiendo prudencia. No dejarse embaucar por cualquiera que se proponga cumplir vuestros sueños. Escucha bien las condiciones, estudia bien los contratos y toma decisiones con calma y serenidad, porque como dije, hay muchos que se aprovechan de este entusiasmo que tenemos todos de llegar al público, aunque eso no significa tampoco que todos lo hagan.


Luego, sigue trabajando. La experiencia te hará crecer y mejorar siempre. Tampoco olvides divertirte, al fin y al cabo, para la mayoría esto es un hobby.
Por último, que te publiquen, independientemente de quién lo haga, no significa que te lo vayan a dar todo hecho. Tienes que poner de tu parte, tienes que moverte, cada uno a su manera, pero quedarse de brazos cruzados esperando a que llegue solo el éxito hoy en día no funciona.

Y si decides autopublicar, mi enhorabuena por la valentía. Eso sí, no descuides que publicar no solo es cosa de uno. Busca profesionales para suplir lo que no sepas hacer y no olvides que tu visión nunca será objetiva del todo, por lo que te vendrá muy bien contar con otras personas que te puedan aportar esa objetividad que tú no puedes dar.




Muchísimas gracias a Scarlett por su entrevista tan completa y llena de cosas que uno normalmente no sabe ♥. Que tengan un jueves precioso :)

lunes, 12 de marzo de 2018

Invicta - Reseña

Se encontraron en la noche. Ella, jadeante de nervios y excitación; él, deseoso al tenerla atrapada, finalmente, entre sus brazos.
Fue brusco al ponerla contra los tablones que hacían las veces de pared. Quería que lo mirara a los ojos, que renaciera expuesta como una igual, lejos de convencionalismos absurdos y sociedades obtusas.
Él acarició el nacimiento de su garganta; Victoria sintió el tacto fino de su amante deslizarse por la piel. Quién iba a decir que, a pesar de ser el momento la definición misma de un apasionado romance, el amor fuera a doler tanto.

Invicta es un paseo por la historia; un canto a la rebeldía, al inconformismo, lleno de suspiros críticos y feministas. El arte palpita en estas páginas. Los sentimientos se apoderan de los estudios parisinos a comienzos del siglo XX y también de ella: porque la musa, envuelta en sábanas blancas, se deja contemplar, aunque su pose relajada esconda un pasado todavía inquieto.

Acompaña a Victoria en este viaje lleno de sentimiento, reencuentros y rodillas que sangran de cuando en cuando, mientras las máscaras clásicas del teatro muestran sus más pronunciados extremos en la tragicomedia que siempre acompaña, por el camino, a la invicta protagonista de esta historia.

Hola a todos, perdón por la demora con esta reseña. Fueron días bastante llenos de cosas. En fin, esta novela es una de las últimas novedades de Escarlata Ediciones, a quienes agradezco el gusto de haber podido corregirla. La autora ya había publicado con esta editorial antes, con La máquina de besos. Además, pueden leer la entrevista que le hice en mi blog. Esta vez no tenemos en frente una novela steampunk, pero sí una victoriana otra vez —aunque esta tiene lugar algunas décadas más tarde—, período que me encanta y que la autora maneja muy bien.

La novela nos cuenta la historia de Victoria, una joven de la campiña inglesa, quesera, cuya vida cambia cuando el teatro llega a su pueblo. Ese es el punto de partida para ella, para convertirse en quien realmente quiere ser. Y cuántas vueltas habrá de dar antes de empezar a seguir ese camino. El libro está dividido en varias partes, y cada una es una etapa distinta en la vida de Victoria. Aunque están bien delimitadas, podemos decir que son eslabones de una misma cadena.

Para ser totalmente sincera, en mi primera lectura me costó un poco hallarme en la historia, quizás porque no terminé de entender el tono y la intención —que se hace más clara en las siguientes partes—. También tiene que ver con que la lectura al corregir es más lenta y se centra en otras cosas, así que a veces cuesta más ver the big picture. Una vez llegué a la tercera parte, entendí. Y a partir de ahí empecé a disfrutar de la historia realmente. En mi segunda lectura, pude disfrutar sí de las dos primeras partes, y creo de verdad que es de esos libros que ganan con las relecturas.

¿Qué recomiendo entonces? Que tengan en cuenta que es una novela de personajes. Que Victoria evoluciona, que lo que sucede va a ir moldeándola. Que la autora no está dejando nada al azar. Que hay un tono irónico que es más sutil al principio y que subyace detrás de casi toda la historia. 

Respecto a Victoria, nuestra protagonista, le tomé simpatía de inmediato, aunque su inocencia me diera ganas de gritar, sobre todo al principio. Pero me gustó que creciera, que siguiera sus pasiones, que no se rindiera jamás. También me gustó muchísimo cómo va cambiando su forma de ver el mundo y, especialmente, el amor. El amor que siente la Victoria del inicio no es el mismo que el del final, y responde a una madurez conseguida después de vivir mucho y sentir mucho.

Hay varios personajes secundarios, incluyendo varios intereses amorosos, y no voy a detenerme en ninguno de ellos porque creo que ir conociéndolos a la par que Victoria es lo que realmente suma. No conocer sus intenciones ni su futuro papel en la vida de nuestra protagonista, sorprendernos con las vueltas de la vida. Como dije, la autora no deja nada al azar, y los secundarios no son la excepción a esto.

Y hablando de la autora, está clarísimo que sabe lo que hace a la hora de ambientar en el siglo XIX. La forma de pensar de los personajes está atravesada claramente por su época; no es una novela en la que nos ponen «escenografía» de época y personajes modernos. La era se siente, se respira, y esto se nota cada vez más conforme nos acercamos al final. Las referencias al arte, a distintos tipos de arte, me hicieron muy feliz. Sobre todo cuando ciertos artistas se convierten en personajes que intervienen en la vida de Victoria, a veces incluso con roles fundamentales.

Por supuesto, la prosa también está imbuida de la era que se relata. Esto es un arma de doble filo, porque si bien aporta a la narración, la sobrecarga con oraciones largas y párrafos importantes, que pueden enlentecer la lectura. Encontrar un balance no es fácil, pero en esta novela se logra la mayor parte del tiempo. Además, el narrador se involucra con lo que narra; no participa, pero opina y nos adelanta cosas, juega con eso para crear expectativa o la sensación de que alguien nos está contando esto, sin distancia.

Entonces, para ir terminando, tenemos una novela muy bien construida, muy bien ambientada, con personajes excelentes y una protagonista que evoluciona y a la que llegamos a querer. Si bien me costó un poco al inicio, creo que el viaje valió la pena y que al releerla me hallé mucho más a gusto, así que no puedo dejar de recomendarla, pero comentándoles esto así no hacen lo mismo que yo. ¿La van a leer?

jueves, 8 de marzo de 2018

Jueves de entrevistas: Mara Oliver

¡Hola! En esta entrevista de hoy, en el día de la mujer, le toca responder a una autora prolífica y versátil a la que ya muchos conocen, dado que tiene bastante presencia en las redes: Mara Oliver.

De Madrid (1979), es licenciada en filología inglesa y en filología hispánica, además de docente de inglés. Publicó Dos en la alborada, Hechizo de mar y luna, Como caído del cibercielo, Deus Ex Machina y Almas de luna con la Selección RNR de Ediciones B. También ha autopublicado varias veces, con novelas como Kupua, OnirosTres lunas negras y otros relatos. Tiene un blog en el que nos habla de su obra y de su vida, que seguro varios de ustedes ya conocen.

Empecemos.





¿Qué te inspira a escribir? ¿De dónde sacás las ideas?

A veces las saco de sueños que he tenido, otras son frases que me vienen a la cabeza o una escena, así directamente, pienso en desconocidos que se hablan y empiezo a preguntarme qué historia esconden y me la cuento, muchas noches lo hago para dormir, desde que era pequeña.


¿Cómo ha cambiado tu proceso creativo desde tus primeros años hasta hoy en día?

Ha cambiado poco, lo único es que ahora termino lo que empiezo más a menudo porque me obligo y además me documento, antes me daba igual, pero una vez compartes lo que escribes creo que es muy importante la verosimilitud.


¿En qué géneros te sentís más cómoda?

Fantasía, ciencia-ficción y terror.


¿Y cuáles te gustaría probar?

La histórica, pero me cuesta horrores y siempre se me ocurre algo que me lleva al camino de lo fantástico.


¿Cómo fueron tus experiencias con la autopublicación?

Muy bien, me sigue pareciendo una buena opción para publicar, aunque solo confío en Amazon porque hay muchas editoriales que venden humo y viven del escritor y sus familias y no distribuyen, ni cumplen los contratos, ¡cuidado!


¿Y en editoriales?

Si no te publicitas, aunque estés con una editorial no vendes. Como yo no me publicito porque requiere mucha dedicación a las redes y demás, pues lo de publicar con editorial creo que solo volverá a ocurrir si algún día tengo suerte y suena la flauta con un certamen.


Sos bastante prolífica, ¿cómo es tu ritmo de escritura?


Escribo diferentes historias a la vez y de vez en cuando me pongo seria con alguna, me enamora, me obsesiona y la termino. Tengo muchas a medias desde hace más de diez años.


¿Cómo influye la docencia en lo que escribís?

Igual que el resto de mi personalidad y lo que me rodea, lo llevo dentro y sale. Ahora mismo me interesa la novela juvenil inclusiva, creo que hace falta crear más personajes protagonistas que sean de todo tipo de razas y condición sexual.


¿Qué desafíos presenta escribir para niños y jóvenes? ¿Y para adultos?

¿Desafíos? No lo veo así, tengo una historia y la cuento, a lo mejor le llega mejor a los chavales y a lo mejor le llega de manera distinta a los adultos. Creo que los jóvenes se identifican mejor con personajes de su edad y los adultos revivimos nuestra juventud a través de estos personajes, pero la línea que distingue lo juvenil de lo adulto para mí siempre ha estado muy difuminada, desde pequeña leo de todo y ahora me reencuentro con libros en los que veo lo que antes no veía, pero igualmente puede pasarle a un adulto que no haya pasado por ciertas experiencias y un libro no le llegue, no sé. Empatizar con el lector no es cuestión de edad, es ponerle corazón y encontrar corazones afines.


Si tuvieras que vivir en una de tus historias, ¿cuál elegirías?

La que estoy viviendo :) Mi vida es mi mejor historia y mis personajes favoritos son personas reales que temo perder y por eso las meto en libros. Tres lunas negras es fantasía y al mismo tiempo, el amor que le tengo a mi madre, ella es mi hada azul.


Hace muchos años que manejás un blog en el que hablás sobre vos y sobre tus trabajos, ¿qué tan importante creés que es tener una relación cercana entre  autor y lectores?

Si quieres vender, es necesario ser visible y estar a la distancia de un comentario; lo mismo funciona si te interesa que te lean sin importar las ventas. En este momento estoy en ese punto y mi blog es más una puerta a mi mundo, siempre abierta, con ventanas sin cortinas.


¿Cuál fue el mejor consejo que te dieron respecto a escribir?

Me lo dio M.J. Sánchez, escritora y traductora, que me dijo: hazlo porque te gusta y no esperes que nadie te aplauda, ni cobrar por ello.


¿Y cuál fue tu mayor desafío?

Llegar a las librerías, tuve la oportunidad porque gané un certamen, pero la editorial era un fiasco y preferí seguir esperando. Oscar Wilde decía que hay dos tragedias en la vida: una es no conseguir lo que deseas y la otra, conseguirlo.


¿Podés contarnos en qué estás trabajando ahora o sobre tus proyectos futuros?

Escribo poesía de vez en cuando y lo subo al blog y lo voy guardando; además tengo como cinco o seis historias con más de 60 páginas, pero no veo que ninguna me vaya a enamorar de momento, así que no hay nada a la vista.


¿Qué le recomendás a quienes recién empiezan a escribir o quieren animarse a publicar?

Si te gusta escribir, escribe. Hazlo por y para ti, sorpréndete y déjate llevar por la magia de las musas, ya verás que sí, es cierto, existen. Enamórate de tus personajes y disfruta del poder que tienes siendo el dios de tus propios mundos.
Si quieres publicar, termina lo que empieces, lee mucho y deja que te lean, acepta las críticas, aprende, lee manuales del oficio, pule bien tu manuscrito y  si encuentras una editorial que te quiera publicar, busca en su catálogo a los escritores que han trabajado con ellos y pregúntales cómo funciona. Este oficio es una carrera de fondo, no tengas prisa y disfruta del viaje.



Muchísimas gracias a Mara por la entrevista ♥.