jueves, 28 de diciembre de 2017

Jueves de entrevistas: Claudia Córdoba

Para terminar el año, les doy la bienvenida a una nueva sección en mi blog, exclusiva de este verano —invierno en el hemisferio norte—, al menos por ahora. Durante estos meses, voy a traerles una serie de entrevistas los jueves, a escritoras —sí, por ahora solo escritoras— que me gusten y que quiera compartir con ustedes. Le pedí a Claudia que fuera la primera no solo porque la quiero muchísimo, sino porque para mí es un honor que inaugure esta sección.

Claudia Córdoba (1992) es una escritora uruguaya de —por el momento— literatura juvenil e infantil. Ganadora del Concurso de Literatura Infantil y Juvenil de la Editorial Fin de Siglo de 2014, tiene dos libros publicados; Vampyra y Cuentos de las tierras olvidadas. Además, uno de sus relatos integra la antología Cuentos de Montaña Errante. Es correctora de estilo y estudió Letras en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Udelar. También es miembro activa del #Clubdelectura.uy y tiene un blog en el que comparte reseñas, opiniones, recomendaciones y también algunos de sus escritos. ¡Comencemos la entrevista!


¿Qué lugar tiene la literatura en tu vida?

La literatura lo es todo. No solo me marca desde la lectura y la escritura, sino también en el día a día. Marca mi manera de ver las cosas, marca mis interacciones con el mundo, mi forma de sobrevivir al aburrimiento, a los viajes en bus, a la ansiedad y a las dudas existenciales. La literatura es mi forma de expresión, incluso cuando no estoy escribiendo nada. Es como está programado mi cerebro.


¿Cuáles fueron las primeras historias que escribiste?

Ufff, difícil que me acuerde, como hija única tuve que manejarme con el aburrimiento en solitario desde bebé y como mis padres siempre me contaron historias sé que yo también las creaba en juegos. Mis primeras historias escritas deben de haber aparecido con mis primeras palabras escritas, junto a mis dibujos de dinosaurios. De eso al menos estoy segura, debía de haber algún dinosaurio en mis primeras historias. 


Has publicado de distintas maneras, ¿qué podés contarnos de esas experiencias?

Como bien dijiste, tuve la suerte de tener dos experiencias distintas de publicación: autopublicación y publicación tradicional. Mi primer libro en salir a la luz,Vampyra, fue una autopublicación, era muy chica y conocía muy poco o nada del mundo editorial; sobre la autoedición me había informado un poco más y gracias a mi familia y a que soy una rata que tenía plata guardada del Ratón Pérez (tenía 20 años) pude publicar el manuscrito. Es una historia en la que confío mucho y tengo esperanzas de reeditar en algún futuro próximo, pero la experiencia en términos económicos fue un fracaso, más que nada porque sin conocimiento es muy fácil que te coman vivo y en ese entonces no se hablaba de la autoedición en Uruguay (me basé enteramente en experiencias de España, Argentina y otros países de habla hispana, y como en todo, en Uruguay funciona distinto). Si lo volviera a hacer habría muchas cosas que cambiaría, pero también tendría mucho más conocimiento y contactos a la mano para evacuar dudas. Es aquel momento estaba llena de ansiedad por tener un libro publicado y lo cierto es que no le recomiendo a nadie dejarse llevar por eso, no vale la pena. Los libros llegan cuando deben llegar y apurarse no es el camino, hay que dejar madurar lo manuscritos y a uno mismo, para después poderse hacer cargo de todo lo que viene cuando el libro ya no te pertenece. En ese sentido, cuando llegó mi segundo libro (que escribí exclusivamente para el concurso de Fin de Siglo que terminaría ganando), ya estaba mucho más preparada para enfrentar al mundo literario. 

Publicar tradicionalmente me ayudó muchísimo para conocer al mundillo, algo que no se me da nada bien por mi naturaleza introvertida y tímida (hablar con casi cualquier persona me produce ansiedad social). Publicando con Fin de Siglo aprendí muchísimo, de lo bueno y de lo malo y siempre voy a estar agradecida por eso, porque sin importar lo que el futuro depare, ahora sé qué esperar y cómo leer entre líneas algunas cosas. En definitiva, crecí muchísimo como escritora con ambas experiencias y como resultado a cualquier escritor novel le recomiendo paciencia y confianza; la primera para que tu libro sea el mejor libro posible y no te apures a publicar y la segunda para que sepas que, aunque pasen un par de años más, eso no te hace menos escritor ni te convierte en un fracaso por falta de publicación, confía en tu obra y cuídala mucho antes de tomar decisiones.


¿Qué diferencias hay entre escribir literatura infantil y juvenil?

A la hora de escribir, siento que ninguna. Las diferencias normalmente aparecen antes, cuando uno planifica, que es para mí el momento en que una idea puede «decidir» si quiere ser más o menos madura en contenido. Dependiendo de la edad del lector, a veces también hay que cuidar el lenguaje, pero eso también es una decisión personal, hay quienes escriben para niños y no censuran nada y me parece genial. Yo siento que cuando escribo de vez en cuando tengo que acordarme del rango de edad para asegurarme de que la historia no esté madurando de más. Pero tampoco me preocupa demasiado, algo que a los editores no les gusta nada. Tengo la teoría que el escritor debe escribir y luego en la edición se verá el público objetivo, algo que va contra cualquier principio editorial; pero personalmente creo que limitarse a un rango puede bloquearte y hacer que una historia no sea todo lo que puede ser y yo soy una defensora acérrima de las historias. Me gusta que cada libro llegue a su máximo potencial, entonces, si en edición debe agregarse o quitarse algo por ser muy infantil o demasiado maduro, se quita, si se debe convertir una historia que se planeaba infantil en juvenil, se hace. Pero la historia es lo primero, porque es lo que conecta al lector con el mundo que uno plantea. Como ejemplo, mi libro infantil tiene más respuesta de parte de adultos que de niños, y creo que eso aporta a mi teoría de que las historias son universales.


¿Tenés pensado escribir también literatura adulta?

Como dije más arriba, si sucede, sucede. Realmente no me planteo eso antes de escribir, las historias llegan a mí y se desarrollan con el paso del tiempo, a veces una historia infantil termina siendo juvenil y viceversa, no me preocupa, de hecho, me entusiasma muchísimo. Así que yo creo que sí, que sucederá en algún momento, probablemente sin que yo me dé cuenta. Es más, estoy segura que será durante la edición que me plantearán que mi obra juvenil no es juvenil, y yo les diré: genial, que sea adulta entonces.


¿En qué géneros te sentís cómoda? ¿Tenés pensado experimentar con otros géneros?

Me gusta la fantasía, aunque decir eso es casi como no decir nada, ya que hay millones de facetas en ese género. Me expresaré mejor y diré que me gusta agregar un toque de lo maravilloso a mis historias o directamente empaparlas en ello y que transcurran en otros mundos con otros seres. Me siento más cómoda escribiendo desde perspectivas imposibles, desde experiencias de vida que nadie puede tener, siento que eso me abre la mente, me permite comprender eventos de nuestro mundo, ponerme en el lugar de gente que probablemente no podría entender si no pasara tanto tiempo en la mente de seres que no existen. Me gusta la fantasía épica, escribir sobre batallas y luchas de poder, sobre magia y seres eternos. Pero también me gusta escribir sobre nimiedades, sobre lo cotidiano (pero siempre con un toque fantástico). Me gusta redescubrir la humanidad a través de seres no humanos.


¿Cuáles considerás tus mayores influencias literarias?

Creo que en mayor o menor medida todo lo que leemos y todo lo que nos leen nos influye. De la mayoría de esas influencias nos vamos a olvidar (o por lo menos, gente como yo, de mala memoria para títulos y nombres, se va a olvidar). Pero como sé que eso no es lo que preguntaste, vamos a ir directo al grano. Si bien considero que hay muchos escritores que me construyeron, muchísimos de ellos uruguayos como Roy Berocay, Helen Velando, Mario Levrero o María Inés Silva Vila (una lectura que tuvimos en el #Clubdelectura.uy este mismo año, pero siento que me afectó muchísimo como escritora), mis mayores influencias, por su materia y su forma, son: J. R. R. Tolkien, J. K. Rowling y Terry Pratchett (a este lo conocí de adulta, pero se me ha quedado aferrado en los huesos). Tres británicos, tres escritores de tres tipos de fantasía distintos (uno de ellos con toques de ciencia ficción), tres tonos distintos y tres públicos distintos, pero los tres me hablan directo al corazón. Siento que Tolkien es mi piedra fundacional, aunque a Rowling la leí primero, y ella es, o mejor dicho, Harry Potter es mi base (siento que cuando empecé a leer la saga algo explotó adentro de mí en lo referente a la creación y le debo a esa historia muchísimo por ello). Pratchett le habla a una parte de mí que siempre tuve escondida y cuando leí mi primer libro de él (parte de la saga de Tiffany Dolorido, una saga infantil-juvenil maravillosa que no censura nada de nada) descubrió que podía tomar parte en mi vida literaria. Mencionaría a muchísimos autores más si ya no se me hubiera ido larga la respuesta, pero siendo honesta conmigo, ellos son mis principales referentes, alguno en más medida que otro, aún si después mi literatura cambió y se formó con otras tantas plumas.


Si tuvieras que elegir una de tus obras para vivir en ella, ¿cuál sería?

Otra respuesta difícil. No porque no sepa o no tenga una respuesta, sino porque no puedo revelar nada de este mundo. Pertenece a la primera novela que empecé a escribir, que escribí y volví a escribir varias veces y que actualmente se encuentra en un proceso de reinvención de forma. Es una historia de fantasía épica y el mundo ha sido parte de mí por tantos años que si tuviera la opción por supuesto que viviría allí.


Además de escritora, trabajás como correctora. ¿Influencia eso tu forma de escribir?

Sin dudas. Tanto de forma positiva como negativa. Lo positivo es que tienes las herramientas para crear el manuscrito más claro y limpio que existe. Lo negativo es que muchas veces intentas hacerlo durante el proceso de escritura, y eso es terrible, puede llegar a bloquearte e impedirte escribir. Lo ideal es tratar de balancear ambas partes… y silenciar al corrector mientras estás creando.


¿Y la carrera de Letras?

La carrera de Letras me ayudó a otro nivel. Me ayudó a descubrir nuevas y viejas formas literarias que no conocía de adolescente. También me ayudó a descubrirme y a entender qué es la literatura. Todo eso sonó precioso, pero déjame explicar mejor. En la carrera me encontré con muchísima negatividad en lo que refiere a la nueva literatura, con ignorancia y con esnobismo. Esto te forma o te destruye. Decidí que debía formarme, que debía aceptar el conocimiento y usarlo a mi favor, que no iba a dejar de pensar que la literatura que a mí me gustaba era literatura solo por lo que pensaran otros. Hacia el final de la carrera sentí que las cosas empezaban a cambiar y le tengo mucho cariño a mi facultad y a mis profesores; pero en los primeros años, asistir a clase podía ser un golpe duro a la autoestima. Ignorar eso, al tiempo que absorbes el conocimiento que te brindan, es el método que encontré para sobrevivirlo y para poder seguir escribiendo en mí camino, sabiendo que es tan válido como cualquier otro.


¿Cuál es tu proceso a la hora de escribir?

Soy una escritora bastante caótica, al menos por instinto. Suelo desarrollar la idea en papel, crear un esqueleto general de cómo va a ser la historia y, muchas veces, tirar todo eso a la basura durante la creación misma. Pero cuanto más evoluciono y maduro como escritora, más me apego a las notas, siempre dándole la libertad a la historia de diferir con mi plan inicial, pero como una forma de tener un seguro, una cuerda de agarre para no perderme en el viaje. La documentación a veces es más fundamental que otras, y me agarro de todo lo que haga falta: expertos, libros, Wikipedia, páginas oficiales, lo que sea necesario para hacer la historia lo más verosímil posible, para no equivocarme en un vocabulario que no manejo en mi vida diaria o que no se ha manejado en años. Mi preocupación central, sin embargo, siempre son los personajes, para mí lo más importante es tener personajes sólidos, y son la parte del proceso creativo en la que más me enfoco. Me gusta pasar por la cabeza de cada uno de ellos y descubrir realmente quiénes son antes de ponerme con nada. Es la parte que disfruto más y creo que hace que el lector sienta que hay algo más allá de lo que te cuenta la historia, incluso en los personajes secundarios, y eso es porque, en mi caso, siempre lo hay.


¿Qué es lo que más disfrutás de ese proceso?

Creo que sin querer respondí eso en la pregunta anterior. La creación de personajes es sin duda mi parte favorita. Me gusta también el worldbuilding, crear un mundo, llenarlo de historia y de peculiaridades, pero los personajes para mí son esenciales. Disfruto mucho descubriendo sus historias personales, sus dolores, sus debilidades y sus fuerzas ocultas. Ese descubrimiento no suele venir todo a la vez, muchas veces hay personajes que no había tenido tiempo de ponerme a valorar que de pronto se vuelven muy importantes y descubro su historia pasada y lo que verdaderamente empuja sus acciones, esto puede suceder a la mitad de la escritura de un borrador y cambiar el curso de la historia. Pero si es necesario, lo hago.


¿Estás trabajando en algo actualmente?

Oficialmente, no, hace meses que estoy luchando con otro tipo de problemas que me han impedido concentrarme cien por ciento en una historia. Pero sí puedo decir que hay varios proyectos que quiero que vean la luz pronto, empezando, claro, por una reedición de Vampyra, porque creo que se lo merece; también tengo una novela contemporánea juvenil en los inicios del primer borrador; una novela más bien adulta de fantasía, y una novela más bien infantil de fantasía también.


Si podés contarnos, ¿cuáles son tus proyectos para el futuro?

Siempre tengo historias, cuentos, novelas, preparadas para ponerme con ellas. Están en varios estadios de desarrollo y me están esperando para cuando sea el momento adecuado. Pero aquella que siempre está conmigo es mi gran proyecto, aunque vaya trabajando en él de a poquito; es una historia de fantasía épica muy larga y muy especial para mí y me tomaré el tiempo que haga falta parta que salga a la luz completa. Con respecto a otras áreas, como por ejemplo mi blog (que también lleva callado un tiempito), ahora que llega mi licencia volverá a abrir puerta y, si todo sale bien, va a haber sorpresas.


¿Qué le dirías a la gente que quiere empezar a escribir o publicar?

Les diría que se saquen la presión de la publicación. Siento que eso fue una de las cosas que más me afectó y me perjudicó, no es sano querer publicar y solo pensar en ello. No es sano leer cómo en Estados Unidos un chico publicó a los 14 años y entonces uno, que tiene 18, se siente apretado para publicar… no, no y no. Enfóquense en escribir, en leer, en desarrollarse. Buscar la publicación cuando una historia está madura, me parece maravilloso, sin importar qué edad tenga uno (si eres menor de edad va a ser muy difícil, eso sí, porque legalmente tus padres tienen que firmar todo y las editoriales prefieren tratar con mayores de edad por eso mismo, pero puedes esperar y mejorar tu historia mientras llegas a los 18). También les digo a los autores noveles de más de 50 años, que se animen, porque muchas veces uno da consejos pensando en gente como uno, que escribe desde pequeño y que siempre tuvo la ilusión de publicar, pero también están aquellos que descubrieron la escritura más tarde y que también cargan con un estigma fantasma de que hay que tener una edad tal para publicar el primer libro. Yo pido que se liberen de los estigmas, que escriban mucho, que escriban cosas malas (y no las tiren, porque de ellas se aprende) y que escriban lo que quieran y también un poco de lo que no les gusta tanto (solo para probarse e ir expandiendo las capacidades, como quien hace un ejercicio nuevo). Lean mucho, escriban mucho y la publicación llegará en el momento que deba llegar, no se angustien por ella y no teman decir que son escritores (pues hay un prejuicio con eso también). ¡Ustedes pueden! ¡Sigan luchando!

Te agradezco muchísimo por la entrevista. Es un honor estar de visita en tu blog y un honor aún más grande el iniciar esta sección.

* * *

Para mí el honor es que Claudia haya dado inicio a los jueves de entrevistas ♥. ¿Qué les pareció? Ojalá les haya gustado, porque se viene una diferente cada semana.

Muchas gracias a todos los que acompañaron este blog durante el 2017. Fue un año intenso, pero escribir acá, leerlos y compartir, me dio muchas satisfacciones. Les deseo que terminen muy bien y que empiecen el 2018 con todo ♥. 

¡Hasta la próxima!

lunes, 25 de diciembre de 2017

El fin de Oz - Reseña

Basada en El mago de Oz, llega la cuarta y última entrega de esta serie juvenil best seller internacional.

En esta cuarta historia, oscura y repleta de acción de la serie best seller mundial Dorothy debe morir, Amy Gumm tendrá que viajar de Oz a la tierra mágica de Ev, donde tendrá que luchar para liberar a Oz de la tiranía y la maldad de una vez por todas.
Mi nombre es Amy Gumm. Seguramente me conoces como «la otra chica de Kansas». Cuando un tornado me llevó al mundo mágico de Oz, uana misión me fue concedida, MATAR A DOROTHY. Así es, la chica favorita de todo el mundo se dejó corromper por la Bruja malvada, se convirtió en un ser tirano y la tuve que matar.
Pero justo cuando creía que estábamos a salvo y que podríamos reconstruir la tierra de Oz, fuimos traicionados. Y ahora, siguiendo el camino de las baldosas amarillas, he podido escapar rumbo a la tierra de Ev, donde el Rey Nome gobierna un mundo convulso y sombrío. Y lo que estoy a punto de descubrir es perturbador: Puede que todavía no haya resuelto del todo mi misión original.
Yo creía que mi trabajo estaba hecho, pero aquello tan solo era el principio. Y ahora tendré que hacer frente a los peligrosos planes de revancha que Dorothy tiene en mente, para así, poder salvar finalmente la tierra que he aprendido a querer.

Bueno, llegamos a la última reseña del año —la próxima entrada es otra cosa, ya van a ver—, y aunque no pueda repetir mi chistecito del año pasado, al menos tiene la palabra «fin». Y es el fin de una saga con la que empecé el año casi, por lo que me parecía apropiado. Muchísimas gracias a Penguin Random House por el ejemplar.

De todas maneras, me sabe un poco mal terminar el año con una reseña negativa. Cualquiera que me venga leyendo desde hace tiempo sabe que no son lo usual, así que realmente siento mucho tener que hacerlo, pero sería poco sincero de mi parte si no. Intentaré que sea lo menos nociva posible, como siempre; lo importante es explicar por qué no me gustó.

¿Por qué negativa? Para ser del todo honesta, creo que no hay tanta diferencia entre este libro y los dos anteriores. El primero era un buen arranque, con potencial, y la verdad es que prometía. Los demás... Bueno, pueden buscar las reseñas. Si bien no me convencieron, tampoco me parecieron malos. Y este tampoco tanto. El problema es la decepción. Tenía la esperanza de que volviera a tener el tono y la dinámica del primero, pero eso no sucedió.

En primer lugar, creo que el mayor problema de esta saga es haberla dividido en cuatro libros; podría haberse resuelto en tres, incluso en dos, y habría ganado en consistencia y en ritmo. Quizás el segundo podría haber contado con un pacing más lento que permitiera asimilar mejor la historia, y el tercero y el cuarto podrían haber sido uno solo. De esa manera, no nos sentiríamos tan fuera de la ambientación. El cuarto libre transcurre casi en su totalidad en Ev, una tierra vecina de Oz. Los únicos personajes que conocemos son Amy, Nox, Madison, Dorothy y el rey Nome. Todos los demás son mencionados o tienen brevísimas apariciones. La ausencia de Oz y sus moradores se nota. De haber sido un solo libro, creo que toda la aventura en Ev habría sido más emocionante y menos episódica. Así como está, consigue que los últimos tres libros se sientan apurados, desesperados por llegar al punto final atravesando todas las situaciones posibles, pero sin profundizar en ellas ni en cómo afecta eso a sus personajes. Lo que en el primer libro era un ritmo vertiginoso, acá es solamente torpe.

No todo es malo —ni esto es todo lo malo, pero sí lo que más me molestó, y por lo tanto voy a centrarme en ello; tampoco es cosa de pegarle a la novela porque sí (aunque me pueden preguntar si tienen curiosidad)—: hubo cosas que me parecieron bien logradas y que llegué a disfrutar. Por ejemplo, me gustó que se desarrollara la amistad entre Amy y Madison, y que tuviera sus altibajos; después de todo, tienen un pasado tormentoso y las cosas no podían ser fáciles así como así. Y me parece excelente que Amy tenga una amiga. Las amigas no son tan comunes en este tipo de novelas. Una demencia.

También me gustó el personaje de Lang; no tenemos tanto tiempo para conocerla, pero muestra más de lo que dice, y lo que muestra, o más bien lo que demuestra, es suficiente para lograr tenerle cariño e hinchar por ella, quizás más que por Amy.

Está bastante bien tener la perspectiva de Dorothy. Aunque a veces se hacía un poco demasiado, me llegué a reír con sus cosas y con la forma de ver el mundo. Al final del libro, dejé de verla como la mala malísima y pasé a considerarla una persona que estuvo perdida y tomó malas decisiones. Algo un poco conflictivo dado que esas decisiones fueron matar, invadir, esclavizar, torturar... En fin, lo que ya sabíamos. Creo que, dentro de todo, esta fue una buena decisión.

Así que nada, el libro en sí fue decepcionante, y como saga también. Sigo creyendo que el primero era bueno y tenía potencial, lo que me hace estar aun más enojada. Sé que hay varios que siguieron enganchados con estos libros, así que tampoco descarten leerlos. Pero si es por mí, la verdad, no la recomiendo. Me da muchísima pena porque leí cada una de las continuaciones con la esperanza de que volviera a ser lo que era, pero en fin, qué se le va a hacer.

¡Feliz Navidad a todos y gracias por leer!

jueves, 21 de diciembre de 2017

La flor púrpura - Reseña

La joven Kambili, de quince años, y su hermano mayor Jaja llevan una vida privilegiada en la ciudad de Enugu. Viven en una hermosa casa y frecuentan un elitista colegio religioso, pero su vida familiar dista mucho de ser armoniosa. Su padre, un poderoso y respetado hombre de negocios, es un fanático católico que alienta expectativas de cariño imposibles de cumplir. Cuando los jóvenes visitan durante unos días a la cariñosa y atrevida tía Ifeoma en su humilde apartamento, descubren un mundo totalmente nuevo: el rico olor a curry que inunda el lugar, las continuas risas de sus primos, las flores exuberantes, la calidez, el respeto a las ideas, la libertad, el amor y la ausencia de castigos. Al regresar a su hogar, transformados por la libertad conquistada, la tensión familiar crece de forma alarmante.

En La flor púrpura oímos la voz de una juventud que rechaza las prohibiciones que se ciernen sobre su vida y que ahogan a su pueblo. Un relato tierno, sereno y conmovedor sobre los lazos familiares, la pasión de la adolescencia y la represión, y que trasciende el paisaje de una Nigeria convulsa para cobrar un cariz universal.

Tuve el gusto de leer esta novela gracias a que salió como libro del mes en el #Clubdelecturauy. Igual, venía ojeando los libros de esta autora desde hacía un tiempito, y esto fue más una excusa que una casualidad. Muchísimas gracias a Penguin Random House por el ejemplar, cuya edición es además especialmente linda.

Creo que la sinopsis describe muy bien de qué trata el libro, por lo que no voy a extenderme con eso. Quiero contar sí que es una historia que no se guarda nada. Que es tierna cuando debe serlo, pero no por eso deja de ser dura. Se las arregla también para que su tema central sea la historia de Kambili, en especial la relación con su padre y el descubrimiento de otra vida posible, pero para tocar tangencialmente otras temáticas como la pobreza, la violencia intrafamiliar, la religión, un golpe de estado, la represión, el destino de las naciones después de las colonizaciones... Todo eso, sí.

Kambili, nuestra narradora en primera persona, es una joven tímida, callada, que realmente es como es porque nunca vivió otra cosa. Ella y su hermano Jaja tienen hasta horarios hechos por su padre para vivir. La evolución de esta chica durante la novela, especialmente después de irse a vivir con la tía Ifeoma, es increíble. No es que se vuelva totalmente opuesta a lo que es, no. No pierde su escencia, tampoco es un cambio inmediato, pero empieza a vivir de verdad.




Todos los demás personajes tienen un peso enorme, y todos son clave en el desarrollo de la historia y de Kambili. En especial el padre, Eugene, esa figura autoritaria y violenta, que nos es presentada también como un hombre generoso en cuanto a lo material y siempre dispuesto a ayudar. Esta dualidad, imagino que intencional, lo vuelve un personaje complejo, del que nadie sospecharía capaz de hacer lo que hace de puertas para adentro.

Como contraparte tenemos a la tía Ifeoma, profesora de una universidad, que da a sus hijos amor y libertad, algo a lo que Kambili y Jaja no están acostumbrados y al principio les parece chocante, más a Kambili que a su hermano. Este personaje me llenó de cariño y admiración; en general, todas las escenas en la casa de Ifeoma y sus hijos me gustaron muchísimo. Me gusta en especial el contraste que se marca entre cómo trata Ifeoma a su padre, a diferencia de Eugene, que lo desprecia por no ser cristiano. En la casa de Ifeoma se lo respeta, se lo quiere y se lo escucha con cariño.

La reseña se me haría eterna si entrara en cada uno de los secundarios, pero me parecen fundamentales la madre, Jaja y los hijos de Ifeoma. La madre sobre todo por la mezcla de fragilidad y fortaleza que demuestra, y por todo lo que hay detrás. No quiero decir mucho de esto. Jaja porque en cierta forma pone en marcha muchas de las dinámicas que llevan a que las cosas terminen como terminan. Y los primos porque son el apoyo constante, esos amigos de verdad que van a formar un nuevo hogar para Kambili y Jaja.

No sé si alguna vez había leído a alguna escritora africana, y me da un poco de vergüenza decirlo. Por lo tanto, disfruté mucho con la ambientación, en una Nigeria de los... setenta? Ochenta? En fin, una Nigeria de la que sabía poco y nada, con referencias a etnias y lenguas de las que sabía menos. Tuve que ponerme a investigar, y eso es algo que disfruto mucho. Buscar el idioma igbo, investigar sobre los distintos golpes de estado que vivió ese país —terrible, doloroso de leer—, el ñame, la música... Qué bueno es abrirnos a la diversidad cultural.




La narración, por supuesto, es excelente. No tenía muchas expectativas concretas respecto a esto, solo que imaginaba que iba a ser buena. Y lo fue. Una prosa que se mete de verdad en la mente de la protagonista y que expresa con sencillez pensamientos muy complejos. Yo no me estoy metiendo acá a analizar de verdad la profunda violencia que hay detrás de una narración en apariencia simple, solamente porque creo que me queda grande. Pero la violencia es el tema en este libro, junto con la libertad.

Creo que este es un libro necesario, de esos que te meten en lugares a los que no te imaginabas que podías llegar, y que te dejan reflexionando durante más tiempo después de leer. Es fuerte, eso sí, y no porque sea especialmente gráfico, sino porque toca temas duros, universalmente duros. De cualquier manera, tiene mucho valor ya de por sí al mostrarnos más sobre la realidad nigeriana, aunque la historia esté ambientada décadas atrás.

Recomendadísimo, ¿se entiende?

lunes, 18 de diciembre de 2017

Mamá, quiero ser feminista + The Power - Doble reseña

Las jóvenes de hoy se sienten libres, independientes, dueñas de su vida y de su cuerpo, pero ¿por qué, entonces, se habla más que nunca de feminismo y de la necesidad de las mujeres de reafirmar su empoderamiento frente al paternalismo de la sociedad?
Quizás no esté todo dicho y Carmen G. de la Cueva pueda mostrar, con su testimonio, cómo muchas chicas aceptan unos mandatos sociales que llevan a la mujer a ocupar un segundo plano.
Carmen G. de la Cueva nos habla con desenfado, de sí misma, de su infancia en un pueblo andaluz rodeada de una familia tradicional, de los descubrimientos, tanto vitales como culturales, que empezaron en su adolescencia y que le hicieron tomar conciencia del significado de la palabra feminista, palabra que el siglo XXI ha dotado de nuevas connotaciones. Además, en el libro, la autora rinde homenaje a sus referentes, desde Virginia Woolf a Pippi Calzaslargas o Virginie Despentes, pasando por Simone de Beauvoir o Jane Austen. 

Hoy traigo una reseña doble de dos libros que, con un claro hilo conductor que es el feminismo, tratan este tema desde perspectivas muy diferentes. Más allá, claro, de que uno de estos libros es ficción y el otro no, o no tanto. Muchísimas gracias a Penguin Random House por los bellísimos ejemplares.

El primero es Mamá, quiero ser feminista, una serie de ensayos en los que la autora va contándonos momentos de su vida asociados a distintas temáticas que analiza con el feminismo como perspectiva. Desde la forma de jugar, lo que sabemos sobre nuestros genitales y cómo vemos nuestros cuerpos hasta temas más fuertes como los abusos, en varias formas, y la guerra. Cada uno de estos ensayos toca un tema diferente y, a través de ellos, vemos crecer a la autora como persona, como profesional y, más que nada, como mujer.

La prosa sencilla de la autora hace que los relatos —porque son relatos, de cierta forma— se vuelvan fáciles de leer, y el tono íntimo pero desenfadado colabora muchísimo también. Además, para los que somos muy chusmas curiosos, saber más sobre su vida también tiene su punto interesante. Sobre esas mujeres que poblaron su infancia y que la hicieron ser quien es. En ese sentido, diría que es un libro hasta emocionante.

Además, en casi todos los ensayos hay referencias a grandes pensadoras feministas, de las que comparte sus teorías y citas varias para acompañar sus relatos. Cuenta también con una bibliografía al final, muy linda y extensa y que ya tendré tiempo de mirar con más atención porque tiene mucha pinta.

Es, en definitiva, un libro precioso; no solo por su edición, tapa dura y con ilustraciones de Malota, sino porque es una buena manera de empezar a leer sobre feminismo. Si ya se tienen ciertas lecturas encima, quizás resulte más simple, pero no por eso menos entretenido, pero para aquellos que tengan curiosidad o ganas de aprender más sobre estos temas, puede ser una gran forma de empezar, sobre todo porque es más fácil cuando se genera empatía con la voz narradora.


///


Una niña en la América profunda escapa de un padre maltratador. Un chico en Nigeria filma a una mujer que está siendo atacada en un supermercado. La hija de un criminal del este de Londres ve cómo su madre es asesinada. Una senadora en Nueva Inglaterra se esfuerza por proteger a su hija. Cuatro personajes que sufren las tensiones construidas a través de siglos de desequilibrio y amenaza están dispuestos a llegar lejos en su determinación por establecer un nuevo orden mundial. Cuatro chicas que descubren que poseen un poder: el de la electricidad. Con un simple movimiento de sus manos, pueden infligir un dolor agonizante e incluso la muerte. Un nuevo poder, extraordinario y devastador, ha llegado y cambiará el mundo para siempre.





The Power es una novela de ciencia ficción, distópica —podemos discutir esto, igual—, en la que como dice la sinopsis, las mujeres reciben el poder de la electricidad. Esto, claramente, trae ciertos cambios a nivel social en todo el planeta. A través de cuatro relatos diferentes, que se van entrelazando cada vez más, vemos distintos aspectos de estos cambios.

La novela empieza con un intercambio de mails que cumple con la función de descolocar al lector y de hacerle saber que lo que va a leer es la novelización de una investigación de un hombre que vive en un mundo muy parecido al nuestro, pero con ciertas diferencias. ¿Cuál es esta diferencia? Aparentemente, vive en una sociedad como la nuestra, pero en la que las mujeres tienen el rol dominante. En ese momento, no sabemos mucho más. A lo largo de la novela hay ciertas imágenes o extractos que sirven como evidencia que apoya lo que se cuenta en la historia, lo que este hombre quiere probar, y que proceden de nuestro tiempo, pero la fecha con la que están datados no termina de cerrar. Es parte del proceso del lector para entender lo que realmente sucedió, algo que no sucede hasta el final de la novela, que sigue de un nuevo intercambio de mails que discute lo que acabamos de leer y que seguro va a sacar más de una sonrisa a varios. No puedo decir más sin spoilear.

Como decía, la novela cuenta con cuatro puntos de vista diferentes. El de Roxy, la hija de un mafioso londinense, que es una chica de carácter fuerte y que no tiene miedo de abrirse paso por la vida, casi que inescrupulosamente; el de Tunde, un periodista nigeriano que se dedica a seguir de cerca el fenómeno que desata este poder; el de Allie, una muchacha que huye de su familia adoptiva abusiva y que se refugia en un convento; y el de Margot, una senadora estadounidense que se involucra con los aspectos políticos de este poder.

A través de estas perspectivas vemos distintos aspectos de la revolución que trae consigo el poder de la electricidad en las mujeres. Empieza despacio, de forma tentativa, y después se pone un poco más violento. Algunas escenas son bastante catárticas, ¿quién no fantaseó alguna vez con devolver la violencia hacia los acosadores o abusadores? Aunque no lo hagamos. Se imaginarán que, además de los cambios a nivel individual, de cada mujer y su entorno, hay muchos a nivel social, sobre todo en los países donde más se las reprime.

Más allá de la liberación que implica para las mujeres este poder, también se analiza el hecho de que ahora los hombres sean los que estén en una posición de vulnerabilidad, cómo reaccionan a esto y a qué límites llegamos todos para no perder nuestro lugar en el mundo. Esta novela no se guarda nada, nada. Es muy gráfica, sin ser morbosa. Si tiene que describir abusos o violencia para que se entienda el punto, se hace. Si la sinceridad tiene que ser brutal, lo es. Además, la prosa  —en tercera persona— refleja la forma de ver el mundo de los personajes, algo que nos permite captar mejor el miedo y la incertidumbre frente a este nuevo paradigma.

Disfruté de este libro con un interés que no puedo explicar. Necesitaba seguir leyendo, casi como si me contaran algo real y posible. No un futuro deseable, por muchísimos motivos, pero sí digno de análisis y reflexión. ¿Cuál es el lugar de la mujer en esta sociedad y cómo reaccionarían los hombres si se invirtieran los papeles? El objetivo del libro me parece claro: es un ejercicio de empatía, pero también una advertencia. Esto se ve sobre todo cuando nos acercamos al final, cuando las cosas empiezan a ponerse intensas, más violentas, y con el cierre que nos dan los mails, que manejan una ironía maravillosa. El final, las últimas líneas, me parece perfecto. Es mi final favorito del año.

Si tengo que criticar algo de este libro, sin embargo, es la ausencia de hombres y mujeres trans, no solo como personajes sino como tema. El efecto de este poder en personas trans no solo me parece algo que no debería obviarse, sino una carencia. Habría planteado preguntas interesantísimas que quizás habrían dado más profundidad al relato. Una lástima, porque culturalmente es bastante diverso —aunque podría serlo mucho más—.

Fuera de esto, me parece una novela imprescindible y la recomiendo con todas mis fuerzas.

///

Quizás se hayan dado cuenta de por qué quise reseñar estos libros juntos. Ambos, desde distintos lugares, cuestionan nuestra sociedad y el rol de la mujer, sea a través de experiencias personales o de la ficción, abriendo la puerta a aprender más sobre el feminismo o poniendo en marcha las dinámicas violentas que vivimos y que podríamos vivir.

Los leí casi seguidos, y me parece súper interesante comparar la forma de enfocar el mismo problema. Si bien The Power es muchísimo más turbio y genera sentimientos bastante intensos, Mamá, quiero ser feminista tampoco tiene problemas en mostrarnos las caras más oscuras de nuestra realidad. Si The Power es un quizás, Mamá, quiero ser feminista es lo que tenemos en frente.

Dos libros más que recomendados, por motivos distintos aunque no tanto. Libros para pensar y para plantearnos y replantearnos la forma en que vivimos y lo que queremos para el futuro. Ideales para empezar el nuevo año reflexionando.

¿Se animan?

jueves, 14 de diciembre de 2017

Cosas que escribiste sobre el fuego - Reseña

Ignasi y María estaban destinados a despedirse desde el principio.
Cuando María llega al instituto, todo el mundo conoce su historia: su madre se encuentra en coma en el hospital tras recibir una brutal paliza. Pero el pasado oscuro que acompaña a María no logra ensombrecer su paso y, en poco tiempo, se convierte en el centro de todos los círculos. Sus sonrisas y ocurrencias la hacen brillar entre la multitud.
Ignasi lleva años en el mismo instituto y si algo lo define es su capacidad para pasar desapercibido. Nadie repara en él, salvo sus dos amigos de toda la vida. El silencio es su escondite y lo conoce muy bien. Por eso enseguida se da cuenta de que, tras las risas y cumplidos de María, hay alguien que calla un secreto.
Cuando los caminos de María e Ignasi se cruzan, sus vidas se complican. Y es que, si te une el silencio, el equilibrio se rompe cuando se empieza a oír la verdad...


Antes de empezar con la reseña en sí, quiero pedirles disculpas por haberme demorado tanto. Como conté en un tweet, ayer de mañana tenía que hacerme un estudio de la vista y me pusieron gotitas anestésicas y otras para dilatar las pupilas. Por lo tanto, al terminar, veía todo súper brillante y se me borroneaba todo lo que tenía cerca, así que era imposible leer. Recién tirando a la noche mejoró un poco, así que por eso estoy con la reseña recién ahora. Yo estoy bien y eso, pero no esperaba que durara tanto —me dilataron las pupilas hace poco, sin anestesia, y duró mucho menos— y no pude prever lo que iba a pasar. No sé qué habría hecho si no fuera por la ayuda de mi divina amiga Majo ♥. Probablemente igual publique esto con la fecha y hora de ayer, más que nada por un tema de organización, pero aclaro acá todo para que no haya confusiones.

En general, solo tengo cosas buenas que decir de este libro. Ya había leído con anterioridad Al final de la calle 118, de esta autora, y me había gustado bastante salvo por el final —un final que provocó opiniones muy diferentes en general, así que tampoco debería quitarles ganas de leer—. Al igual que en este libro, Clara Cortés toca temas intensos y crea personajes con historias dolorosas y a veces bastante fuertes. Esto es importante porque ya veo que es una constante en sus novelas que los personajes sean quienes mueven la trama, y no la trama a los personajes

Voy a hablar de esto ahora porque anduve viendo por ahí comentarios de que esta novela no tiene trama o que no pasa nada y me indigné un montón. Más bien, me pregunté qué tipo de literatura andarían consumiendo, si necesitan tener una trama muy clara o masticada o lineal para poder disfrutar de una novela. El proceso de los personajes para pelear con sus demonios internos, su relación y lo que esto trae consigo, todo eso es la trama. Que se profundice en eso y la historia narre mucho sobre sus emociones no hace que no haya trama. Quiero dejarlo claro porque me parece alarmante la facilidad con la que veo que varios dicen «no pasa nada» sobre algunos libros.

Así que, como ven, la historia gira en torno a la relación de María e Ignasi, y de cómo su encuentro hace que empiecen a tener lugar ciertos procesos internos, quizás los de Ignasi más volcados en María y los de María, en su propia vida. Esto también es una constante. Ignasi orbita un poco alrededor de María; si bien tiene sus propios problemas, vemos que su principal interés es ella. María, por otra parte, le da cierta entrada a Ignasi, que se vuelve un gran apoyo, pero se enfoca en ella misma y sus problemas. Y quién puede culparla, la verdad. De esta manera, surge una cierta dependencia entre ellos, en el vínculo que los une y en la forma que tienen  de hacerse sentir bien, pero que termina por no ser sana. Todo esto fue interesantísimo de leer y también muy intenso, ya que se hace énfasis justamente en las emociones y vivencias de ambos personajes. Quizás un problema podría ser que este enfoque desdibujara a los secundarios, pero no los eché de menos especialmente.

Ignasi, nuestro protagonista y narrador, es quien cuenta su historia con María. La cuenta, así como lo digo, después de un tiempo de estos hechos, y es un narrador que se involucra, que nos revela ciertas cosas al narrar y que nos permite elaborar teorías mientras tanto. Como personaje, quizás pueda parecer una persona débil, poco definida y triste, pero creo que eso es quedarse en la superficie. Es una persona rota, sí, pero no es débil. No se nos dice tanto de su situación familiar como la de María, pero lo que no se dice se sobreentiende. Y también vemos qué tipo de persona es en cómo se lleva con sus amigos, que son los secundarios más firmes de la novela.

María es un poco más compleja, pero puede ser también porque la vemos a través de los ojos de Ignasi y porque leemos las cosas que escribe para desahogarse, que se incluyen en la novela —y más sobre el final entendemos por qué— de forma muy acertada, para mí. También leí muchas cosas sobre lo reprochable de su comportamiento, pero a mí me parece coherente con lo que ha vivido y con el impacto emocional que provoca todo lo que sabemos de ella. En el fondo, es una niña perdida y que busca agradar, cierto afecto y cierta tranquilidad. Leí por ahí que es muy egoísta; yo no lo veo tan así. Sí tiene actitudes egoístas —como la mayor parte de la gente, vaya—, pero no creo que esto sea parte de su personalidad sino de su situación. Y esto no es justificarla, es ejercitar la empatía y entender que a veces las personas se comportan mal porque no están bien y no saben manejarlo. Así de simple (o no tan simple).

No tengo mucho que decir sobre la ambientación en general, salvo que los lugares están bien presentados de una forma que se entrelaza con la historia y con las necesidades de la trama. Es decir, es un pueblo normal, del que tampoco se dice demasiado, pero que encaja con lo que se nos va contando. No es como esos libros en los que vemos a los personajes en lugares en blanco que nunca se nos describen, ni es excesivamente descriptivo. Creo que las descripciones son justas pero acertadas

La narración para mí es lo mejor de esta novela. Sabía que Clara escribía muy bien porque ya había leído otra de sus novelas, como les comenté más arriba, pero es genial poder ver lo mucho ha mejorado y cómo se va superando a sí misma, supongo —espero— de libro a libro. Hay algo en la prosa que mueve la historia del papel al cuerpo de uno, ¿cómo explicarlo? La intensidad de las emociones se transmite perfectamente, y a la vez no es una prosa que desaparece. No, es de esas que da gusto leer, de las que suenan y que se pueden leer en voz alta y disfrutar. Y otra cosa a mencionar: es una prosa compleja, que utiliza recursos estilísticos varios, y no por eso se hace pesada. Importa, porque no sería la primera vez que una buena novela pierde por sobrecargarse y volverse pedante, pero esto no pasa acá. De hecho, se hace muy fácil de leer; lo devoré prácticamente en una noche o poco más. Se mezclan esta facilidad, la belleza y las ganas de saber qué es lo que pasa y todo invita a seguir. Además, me parece muy bien utilizado el recurso de que Ignasi cuente lo que pasa y que veamos la perspectiva de María a través de sus apuntes.

En definitiva, es una novela preciosa y no me equivocaba al pensar que Clara Cortés tenía muchísimo más para dar y que iba a seguir superándose —¡y lo que nos espera, con el futuro que tiene!—, era cuestión de tiempo. Además, el libro cuenta con ilustraciones preciosas, que emociona mucho ver. No hay nada que no recomiende de este libro, aunque supongo que si sienten que este tipo de argumentos menos definidos o más basados en los personajes no son para ustedes, quizás no la disfruten de la misma manera. Yo los invito a probar, igual, porque vale mucho la pena y es de las cosas más bellas que leí este año.


Para mí, si este libro fuera una película, esta sería la banda sonora.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Legado de reyes II. Líder - Reseña

La noticia de que Carlais Dagafiel está viva y reclama el trono de Cathlan recorre todo el reino. Aunque algunos creen que son rumores sin fundamento, nadie puede negar la existencia de un grupo de rebeldes que se ha posicionado en contra del rey Noriam.
Con el apoyo de este improvisado ejército que crece a medida que la injusticia se cierne sobre el pueblo, la joven princesa hará todo lo que esté en su mano para recuperar la corona que una vez perteneció a su familia y tan cruelmente le fue arrebatada.
Entre viajes a tierras lejanas, escaramuzas junto a los rebeldes y la tensión propia de estar a las puertas de una gran batalla, Carlais no tendrá más remedio que renunciar a la persona que era y convertirse en la auténtica líder de la rebelión, aunque eso incluya perder la libertad para escoger a quien amar.

El final de la bilogía llega con la fuerza de una saeta, directa al corazón. Emocionante, intrincada y con una ambientación sólida, es una conclusión perfecta para una saga imprescindible.

Después de haber devorado y vuelto a devorar la primera parte de esta bilogía, tener el placer de leer y corregir la segunda parte fue un gusto y un honor, así que gracias a Escarlata Ediciones por la oportunidad. Dado que la reseña es de una segunda parte, quizás no sea tan extensa, aunque voy a resaltar los puntos que me parecen más importantes. Además, aunque es poco probable que comente algo que se considere spoiler (en ese caso siempre aviso), sí voy a hablar de cosas que pasaron en la primera parte, así que tengan cuidado si no lo leyeron.

El final de Heredera llega después de una huida especialmente complicada, que deja a nuestros protagonistas en evidencia frente a sus enemigos. El principio de Líder llega sin que pase mucho tiempo desde entonces. En esta novela, ya pasada la etapa de descubrimiento y adaptación de Carlais a su verdadera identidad, toca poner en marcha los planes para derrocar al frío e inescrupuloso rey Noriam. Por lo tanto, pueden imaginarse el tipo de novela que tenemos acá: intrigas políticas, escaramuzas, dolor, delirios de poder, acción y todo eso que tanto nos gusta.

Eso sí: sigue sin tener un ritmo vertiginoso. Las cosas pasan con su debido tiempo, de una forma intensa pero más pausada. Sé que esto puede influir según el tipo de lector, así que no me parece mal avisar para que nadie espere algo que no va a encontrar. Para mí, lo que este ritmo provocó fue que se sintiera más real, y quizás más palpable la desesperación de ambos bandos por lograr prevalecer. Creo que es de esas historias en las que si todo pasara muy rápido, no serían creíbles. Así que para mí es de esos libros en los que tenés que meterte y dejarte atrapar, y así vas llegando hasta un final realmente intenso.

Disfruté de la novela y, una vez más, me descubrí admirando en la segunda lectura lo bien planificado que está todo. Gema es sin duda de esas autoras que gustan de atar todos los cabos y de tener todo bajo control. La trama se entreteje con destreza, y es sólida como para aguantar todo lo que sucede. Da gusto leer una historia así, y ayuda a eso que comentaba más arriba, de que se siente mucho más creíble.

Ayuda también el desarrollo del personaje de Carlais. Si en la primera parte todavía tenía sus dudas y sus esfuerzos por aprender eran aún torpes, en esta se vuelve más fuerte y toma conciencia de lo que de verdad significa ser la heredera al trono de Cathlan. Lo que implica ser una reina, con todo lo bueno y todo lo malo. Todas las responsabilidades. Quien lea la novela va a entender bien por qué lo digo. Hacía tiempo que no me pasaba eso de sentirme orgullosa de las decisiones de un personaje.

No es la única que evoluciona. Todos los personajes, desde aquellos con más importancia hasta los secundarios que parecen intrascendentes, tienen un papel y un desarrollo que ayudan a que la trama avance —con sentido, como ya se dijo antes—. Tienen especial importancia la relación entre Noriam y Munio, el camino que transita Laina, el peso que carga Arcren sobre sus hombros y la manera en que maneja Carlais su situación con Dan —el amigo que está enamorado de ella sin ser correspondido, por si alguien anda olvidado—. Además, claro está, Eldara. Muy interesante.

Pero si hay algo que tengo que alabar en cuanto a relaciones humanas, es lo que sucede entre Carlais y Reif. Es una historia que se basa en la confianza mutua, en sentirse bien el uno con el otro, pero que es acechada por el peligro que supone que algo suceda —y se sepa— y la imposibilidad de que tenga futuro tanto si los rebeldes ganan como si no. La forma en que la autora maneja esto me parece muy realista y sensatoestoy más que de acuerdo con la resolución que se le da. Obviamente no voy a contar qué sucede porque quiero que ustedes lo lean y lo vean con sus propios ojos, pero si lo leyeron, me gustaría que me contaran qué tal.

En resumen, es una conclusión intensa, con una base sólida y cantidades de acción, aunque sin ser vertiginosa. Es, además, muy emotiva. Voy a tener que admitir que un poquito me emocioné —yo, que soy un ser horrible— con las últimas páginas, sobre todo en la segunda lectura. Me imagino que van a tomar eso como una recomendación. Porque bueno, me imagino que van a leer esta bilogía, ¿verdad? Porque deberían.

Playlist que utilicé para corregir esta novela

jueves, 7 de diciembre de 2017

La reina impostora - Reseña

Una profecía que no se cumple
Un reino a la deriva
Una joven atrapada entre el deseo y el deber

Elli era solo una niña cuando los Ancianos de Kupari la eligieron como la sucesora de la reina: una mujer que puede manejar el poder infinito de la magia de hielo y de fuego al servicio de su pueblo. A Elli la prepararon para cumplir su destino, el día en que esas poderosas fuerzas tomen su cuerpo para cumplir la profecía.
Pero cuando llega el momento, las cosas no ocurren como lo esperaban, y Elli tendrá que adaptarse a una nueva realidad cargada de oscuros secretos e injusticias, y averiguar cuál es su verdadero rol en la historia de los Kupari.





Si voy a ser totalmente honesta, no sé bien qué expectativas tenía para este libro. Me llamaba la atención y había leído alguna que otra reseña positiva, pero no tenía claro qué me iba a encontrar. De hecho, temía que fuera una nueva representación de un mundo mágico medieval. Por suerte, al aventurarme en sus páginas —gracias a América Latina—, descubrí que no tenía nada que temer. En ese sentido, La reina impostora me dejó extremadamente satisfecha. En casi todos los sentidos, en realidad. Les cuento.

Lo que más me entusiasmó creo que no fue la historia, que en sí es bastante simple y tiene algunos puntos predecibles, aunque nada que chirríe de verdad. En realidad, lo que me llamó es que con una base así haya logrado ser diferente, que se las ingenie para ser su propia historia y tomar ciertos caminos por las que otras novelas no se la juegan. Quizás no desborde acción, como pueda parecer por la portada, pero tiene escenas terriblemente intensas y otras muy descarnadas, sobre todo porque no se corta ni un poquito en describirnos la miseria o el dolor o las heridas. También toca temas universales, como los elegidos, los gobernantes, la corrupción y la religión. Y bueno, la magia. Magia de hielo y fuego, que todos los kupari tienen en su interior, sean portadores o no, en mayor o menor medida. Pero que la Valtia, la reina, maneja con una fuerza superior a todos. Y por eso es la reina. Se supone que Elli es la próxima Valtia, pero... shit happens.

Para todo esto es fundamental la figura de Elli, nuestra protagonista. Elli es la Saadella, la sucesora de la Valtia. Fue criada para esto desde niña y es el único destino que conoce. Sin embargo, cuando las cosas no salen como deberían, deberá enfrentarse a un mundo crudo en el que no es nadie más que ella misma. Y quizás eso no está tan mal. Me gustó Elli porque es en verdad muy humana. Mientras cumple con su rol, está realmente dedicada a eso. Y cuando las cosas se desmoronan, trata de sobrevivir y de crecer. Quizás tiene momentos en los que es demasiado pasiva, pero hay secundarios que la motivan a mostrar su voluntad. Me gustó también un punto importante que toca la novela: los elegidos. ¿Qué pasa cuando te crían para ser un elegido? ¿Qué consecuencias tiene serlo? ¿Y si de repente no lo fueras...?

Es posible que los demás personajes no estén tan definidos como Elli, pero siento que algunos están esperando a los siguientes tomos para mostrarse en todo su esplendor. Los ancianos, sobre todo, ese grupo medio turbio de hombres con magia que rodean a la Valtia. Durante la novela son una sombra y nuestra opinión sobre ellos va variando, pero ¿al final? Me da mucha intriga qué acciones van a tomar. 

Por otro lado está la mismísima Valtia —anterior a Elli—, cuyo nombre real es Sofía y por lo tanto ya me cae bien (?), que nos muestra la fuerza que tienen estas reinas frente a los demás. Se supone que son mujeres que viven pocos años porque sus cuerpos no soportan tanta fuerza, y cuando vemos la forma en que mueren —algo que se nos muestra desde el prólogo— queda bastante claro que no es nada bonito.

Después está la gente de las cuevas, a quienes Elli conoce después de que todo se complique. Como en cualquier lugar donde vive mucha gente, hay de todo. Y están los entrañables, quienes se convierten prácticamente en su nueva familia, y quienes desconfían de ella —con razón, todos lo sabemos, pero igual—. Este grupo, bastante oprimido por la gente de la ciudad, nos muestra una cara de Kupari que Elli, rodeada siempre de lujos por ser la Saadella, no conocía. Y dado que ella narra en primera persona, nosotros tampoco. Este choque de lo conocido con la realidad no es algo nuevo, pero me gustó la forma en que Elli lo encara.

Sig, un portador de fuego, es uno de esos personajes que probablemente tengan mucho que decir en la siguiente parte, porque es de esos revolucionarios un tanto irreflexivos. Por otro lado, Oskar es su opuesto, y es todo dulzura y cuidado. Sobre todo por su familia. Y por Elli, por supuesto. Aunque Oskar se convierte en el claro interés amoroso —y es una relación bastante linda, que nace del cuidado del uno por el otro y no de la nada—, no es el primer amor de Elli. Y esta es otra de las cosas que hacen que la novela sea diferente: Elli sentía cosas por Mim, su doncella. Y dentro de la narrativa, no se la juzga por ello. Me pareció maravilloso.

La ambientación es de lo que más disfruté. Fuera de la ambientación medieval europea que temía encontrarme, hallé un mundo un tanto más primitivo. Ciudades-estado, tierras más bien nórdicas, sistemas de gobierno menos desarrollados... Me hizo pensar en eso, en tribus nórdicas, en ciudades antiguas y poco pobladas, aisladas. En cierta forma, me hizo acordar a Las tumbas de Atuan, el segundo libro de la saga de Terramar. Toda la historia de la magia de los kupari me pareció interesante, pero me gustaría que se entrara más en esas temáticas. También me gustaría saber más de los soturi, ese pueblo en vías de convertirse en un imperio que amenaza con conquistar Kupari. 

Entonces bien, es una novela que recomiendo porque encara temas ya conocidos desde una perspectiva un poco diferente, con elementos que no son los que suelen mostrarnos —sobre todo en materia de relaciones interpersonales—. Además, aunque la historia no sea trepidante, la narración es bastante ágil y lleva al lector sin problemas hacia un desenlace más bien explosivo. No vi mucho sobre esta novela en redes y me parece una pena, sobre todo porque se le ha prestado atención a novelas repetitivas que tratan los mismos clichés una y otra vez. Así démosle más amor a esta saga, ¿les parece?

lunes, 4 de diciembre de 2017

Lumen - Mini reseña + Actividades literarias

DESDE HACE SIGLOS, LA HERMANDAD DE GUARDIANES ACTÚA EN LAS SOMBRAS Y VELA POR MANTENER EL EQUILIBRIO.

Alexia y sus amigos no imaginan que un simple juego en el cementerio despertará a una Sombra de un panteón olvidado. Al sentirse amenazada, Alexia descubre que posee una habilidad hasta ahora desconocida y entra en contacto con los Guardianes, que tratan de aclarar el origen de su poder.

Junto a la Hermandad, tendrá que sobrevivir al ataque de criaturas fantásticas y enfrentarse a los Renegados para restablecer el Equilibrio. Descubrirá que nada es lo que parece y que todo es posible en una ciudad donde nunca había pasado nada…. hasta ahora.




Esta es una entrada un poco cargada de cositas, así que voy a ser relativamente breve en todo para no atomizarlos con información. Lo primero es hablar sobre esta novela que tuve la suerte de poder leer. No es tan común la urban fantasy fuera de Estados Unidos, así que ya la considero un éxito solo por eso. Sin embargo, como libro en sí no terminó de colmarme, aunque pasé un buen rato. Y además, qué portada más bella, por favor, mírenla.

Fuente
La historia, como bien dice la sinopsis, trata de la vida de Alexia después de los misteriosos acontecimientos en el cementerio y de sus aventuras con los Guardianes. Vamos a descubrir a un grupo variopinto de personajes con una misión muy especial, con ciertos poderes —el Lumen, una denominación que en verdad me encantó— y que guardan más de un secreto. La trama está llena de acción, pero llenísima, y quizás eso deja poco lugar a la introspección, pero no carece de ella. Me parece un acierto, de todas formas, que una novela de este tipo tenga agilidad, tanto en el ritmo como en la narración, que es muy amena.

Quizás lo que no terminó de llenarme es que se me hizo superficial, y no en el sentido frívolo, sino en que realmente no alcancé ni a los personajes ni a la trama. Creo que va tan rápido, que cuenta tanta cosa y de tanta gente, que al final no terminé de conectar. Pero no porque potencialmente no pudiera, sino porque no tuve tiempo. No llegué a sentir las cosas. Y esto es un problema, pero no imposibilitó todo el disfrute porque igualmente se me hizo entretenida.

Tengo la sensación de que, de cualquier manera, esto podría solucionarse en la próxima novela de esta autora, que sin dudas voy a querer leer, porque como dije, potencial hay. Así que voy a estar bien al tanto. Además, no puedo dejar de mencionar que esta es una novela autopublicada, y que por lo tanto llevó un esfuerzo enorme que tenemos que considerar. Está muy bien y muy cuidada, eso sí, cosa que se agradece y se tiene en cuenta. Ojalá pronto tengamos más de esta autora. Por ahora, les dejo el booktrailer:




///


El miércoles pasado tuve el gusto de asistir a la avant premiere de Wonder (Extraordinario), adaptación de La lección de August de R. J. Palacio, que leí y reseñé el año pasado. Muchísimas gracias a Penguin Random House por invitarnos a mí y a otros bloggers y booktubers de la comunidad ♥.

Además de que fue una experiencia súper linda y de que nos trataron muy bien —nunca había ido a un prestreno y fue todo nuevo para mí—, la película me pareció excelente como adaptación, y como ya dije en algún tweet, quizás hasta me gustó más que el libro. Ah, sí, me puse polémica. Bueno, para ser sincera, el libro me gustó, pero no me fascinó. Y la con la película realmente sentí cosas. Además, el casting es genial y saben cómo transmitirte todo eso.

Así que queda totalmente recomendada la película; para los que leyeron el libro y esperan una adaptación fiel y que transmita todos esos sentimientos tan intensos —la van a tener, tranquilos—, pero también para los que no se animaron con el libro y prefieren arrimarse a la película primero. No creo que se arrepientan.


///


También de la mano de Penguin Random House, el jueves pasado tuvimos la oportunidad de charlar con el autor uruguayo de literatura infantil y juvenil Federico Ivanier. Si me siguen desde hace algún tiempo, sabrán el amor que le tengo a este autor, que es de mis favoritos de la infancia. Pueden leer algo más al respecto en este especial sobre otra de sus novelas. Sin embargo, la charla de hoy tenía como motivo la reedición de su novela Música de Vampyros, del año 2009. Muchísimas gracias también a Penguin por el ejemplar ♥.

Leí esta novela por allá cuando salió en aquel año, y si bien recuerdo haberla disfrutado —no será mi preferida, pero todo lo de Ivanier me gusta, así que ya saben que está buena—, necesitaría una relectura para poder darles una opinión completa. Espero que pueda suceder pronto, aunque tengo un diciembre medio complejo. Lo que sí recuerdo es algo que Federico también comentó durante la charla: el enfoque del vampirismo en esta novela no es el típico que podemos encontrar en las que salieron con el boom de Crepúsculo. Es más, borren ese otro libro de sus cabezas. Acá el enfoque es el de la adicción, con un trabajo impresionante sobre la psiquis de los personajes principales. Creo que es una novela que debe leerse con atención y sin prejuicios —que seguro tenemos después del boom—, porque aporta una lectura diferente sobre estas criaturas particulares.

En sí, pudimos disfrutar de una charla sobre escribir, sobre sus novelas y sobre su proceso creativo. Federico Ivanier es un autor simpático, con el que es fácil charlar y que no tiene ningún problema para hablar y dejarse llevar por el hilo de sus pensamientos, así que fue muy divertido escucharlo. De hecho, se nos pasó volando, charla va charla viene, sanguchito y masitas de por medio. El ambiente fue muy cálido, cosa que también ayudó. Creo que todos nos fuimos contentos ese día. 


///


Así que nada, estas fueron algunas de las cosas que me pasaron la semana pasada. El viernes también fue la reunión número 40 del #Clubdelectura.uy, un proyecto hermoso al que me encanta ver crecer y evolucionar cada vez más ♥. Si viven en Uruguay, no sé qué están esperando para acercarse al club, porque realmente es una movida preciosa.

¿A ustedes cómo les fue esta semana? Ahora que se nos viene fin de año encima, ojalá que las últimas lecturas sean preciosas y que estén a la altura de todo lo que venimos leyendo. ¡Abrazos para todos!