Necesitamos estar cerca de las personas que queremos casi tanto como el aire que respiramos.
A Stella Grant le gusta tener el control, a pesar de no poder controlar sus propios pulmones, que la han tenido en el hospital la mayor parte de su vida. Por encima de todo, Stella necesita controlar su espacio para mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su trasplante de pulmón. Dos metros de distancia. Sin excepciones.
Lo único que Will Newman quiere controlar es cómo salir de este hospital. No le importan sus tratamientos, o si hay una nueva medicación en ensayo clínico. Pronto cumplirá dieciocho años y podrá desconectar todas estas máquinas. Desea ir a ver el mundo, no solo sus hospitales.
Will y Stella no pueden acercarse. Solo con que respiren cerca, Will podría provocar que Stella perdiera su puesto en la lista de trasplantes. La única forma de mantenerse con vida es mantenerse alejados.
¿Puedes amar a alguien que no puedes tocar?
Quiero que, antes de empezar esta reseña, nos tomemos un minuto para apreciar la belleza de esta portada. No solo porque es linda, sino porque representa a la perfección el libro y además es un guiño a un dibujo que tiene especial importancia para Stella, nuestra protagonista. También existe la edición con la portada de la película, que es linda a su manera porque la estética de la película es muy bonita, aunque se desarrolle en un hospital y pueda parecer que no.

Como pueden ver en la sinopsis, la novela nos cuenta sobre las vidas de Will y Stella, dos pacientes con fibrosis quística (FQ). Esta es una enfermedad crónica que puede resultar mortal y que ahora mismo obliga a nuestros personajes a permanecer internados. En el caso de Will es todavía peor pues tiene una bacteria que es casi una sentencia de muerte para él y ahora mismo está probando un tratamiento experimental para intentar sanarse, aunque sin muchas ganas. Stella, por otro lado, todavía puede aspirar a un trasplante de pulmones para alargar un poco su vida.
Respecto a si se trató la FQ de forma adecuada o no, yo no tengo el conocimiento adecuado para hablar. Por lo que estuve leyendo por ahí, hay quienes dicen que sí y quienes dicen que no. No tengo mucho que aportar, salvo que vi que esta enfermedad tiene consecuencias bastante feas en el ámbito físico que en esta historia casualmente fueron omitidas, pero haciendo un balance positivo, no sentí que la enfermedad estuviera romantizada y eso se agradece.
También leí reseñas que decían que Will y Stella eran su enfermedad, que no había nada más allá de eso, aunque estoy en desacuerdo. Es lógico que la FQ ocupe gran parte de sus vidas, pero no es lo único que vemos de ellos. Más allá de sus hobbies, de sus miedos y ambiciones a pesar de la incertidumbre sobre su vida y su salud, también se forjan sus personalidades. Una más descontracturada para Will, que utiliza esa desfachatez para ocultar sus miedos, y una más rígida para Stella, que necesita tener todo bajo control. El choque entre ellos es inevitable, pero creo que van logrando sacar lo mejor de cada uno. Eso sí, la relación entre ellos se me hizo muy rápida. También pensé en que tal vez sea cosa de no saber si no se van a morir al otro día (?) así que por ahí ni tanto.
Tengo que admitir, en verdad, que me cayeron mejor los personajes en la película. Creo que, más que una cuestión de caracterización, es una cuestión de carisma. Los actores transmiten muy bien lo que sienten y es imposible no empatizar con ellos. En general, me gustó un montón el elenco y creo que representan muy bien a los personajes, especialmente Barb y Poe, que son personajes secundarios pero muy importantes.

No tengo tanto que decir esta vez de la prosa y la ambientación. Creo que la historia está narrada con mucho cuidado y sencillez, como para que sea un libro ágil y fácil de leer, sin perder la sensibilidad debido al tema que trata. Por otro lado, la ambientación es un hospital, durante toda la novela, así que más allá de las cosas propias de los hospitales y del ambiente cálido que generan Barb, Julie y los demás doctores, no hay tanto de lo que hablar. Se ve mejor en la película, tal vez.
Mi mayor problema con la historia en sí es la irresponsabilidad de los personajes, que por un lado puedo entender, pero no me cierra. Los pacientes de FQ no pueden acercarse demasiado por el riesgo a infecciones o bacterias que empeoren sus condiciones. Durante toda la historia, los personajes no hacen otra cosa que incumplir esto, voluntariamente o no, depende de la ocasión. A Will no le importa nada hasta que Stella hace que le importe. A Stella le importa, hasta que el amor que siente por Will —al que conoce hace poco, recordemos— hace que se le olvide. Yo puedo entender que la vida es muy corta, especialmente para ellos, y que están privados de muchísimas cosas, pero poner en riesgo así su salud y su vida me pareció cuestionable, especialmente de parte de un personaje tan sensato como Stella.
Puedo dejarlo pasar, en verdad, porque creo que están tratando de demostrar ese último punto, pero aun así me preocupa bastante. Creo, por otro lado, que sí fue un acierto la construcción de la complicidad y el compañerismo entre Stella, Will y Poe. Al atravesar una situación difícil, estar juntos y apoyarse los hace más fuertes y eso se nota. Por eso algunas cosas duelen tanto.

Así que nada, es un lindo libro, fácil de leer y cortito. Tiene esas cosas que no me convencieron, pero creo que a la hora de pasar un buen rato son omitibles. Eso sí, no puedo hablar de verdad sobre la representación de la FQ porque me falta conocimiento. Respecto a la película, es muy linda y creo que si son de los que gustan de las películas para llorar la van a adorar. Después me cuentan.