Un enemigo común.
Una causa común
Karou y Akiva ya saben que están vivos. pero Karou aún no está preparada para perdonar.
Y ahora, mediante un terrible engaño, Karou ha tomado el control sobre la rebelión quimérica y el futuro de su raza depende de ella, si es que aún queda futuro para las quimeras en Eretz, una tierra devastada por la guerra.
Cuando el brutal ejército de serafines de Jael penetra en el mundo humano, lo impensable se convierte en esencial: Karou y Akiva tendrán que unir sus ejércitos para luchar contra un enemigo común.
Esta unión de ambos ejércitos es una versión alterada de su antiguo sueño, donde ángeles y quimeras conviven juntos, en paz. Donde hay esperanza para su imperdonable amor entre ángel y demonio.
Pero sobre Eretz se ciernen mayores amenazas que Jael. Una cruel reina va a la caza de Akiva y en los cielos está ocurriendo algo. Gigantescas manchas se extienden como moratones de un lado a otro del horizonte. Los cazadores alados de tormentas se congregan como si hubiesen sido convocados, volando en círculos sin cesar, y un profundo sentido de injusticia impregna el mundo. ¿Qué clase de poder puede herir el cielo?
Desde las calles de Roma hasta las cuevas de los kirin, humanos, quimeras y serafines lucharán, amarán y morirán en un teatro épico que trascenderá el bien y el mal, la amistad y el odio.
Y, más allá de las fronteras del espacio y el tiempo, ¿qué sueñan dioses y monstruos? ¿Y acaso alguna otra cosa importa?
Ah, ah, ah. Demoré en ponerme a escribir esta reseña por cosas de la vida —estudio, etcétera—, así que quizás no tenga la emoción pura que solté en la anterior. Porque con este me pasó exactamente lo mismo: lo agarré y no pude soltarlo hasta el final, aunque me llevara tuita la noche.
Al principio no entendía muy bien qué estaba leyendo. Es decir, veníamos de esa situación súper intensa del final del segundo libro y de repente nos encajan la historia de Eliza; ¿hola? ¡Quiero leer sobre Karou! Sin embargo, he de decir que fue uno de los mejores personajes de esta tercera parte. Me gustó mucho más que los stelians, con los que no empaticé demasiado, a decir verdad.
Ah, ¿qué decir? Es un cierre de saga maravilloso. Leí por ahí varias reseñas en las que decían que no era lo que esperaban o incluso una que decía que un final de saga tenía que ser apoteósico. Es muy respetable, pero creo que en esto estoy del lado de Karou. Ya hubo demasiada sangre, demasiada guerra, demasiada muerte. ¿Una súper batalla final? Interesante, pero el final que tuvimos me parece el correcto.
También leí algunas críticas en las que se decía que la historia de los stelians sobraba, que era demasiado y que debería haberse centrado en la guerra de Eretz y eso. A MÍ LO DEL CATACLISMO ES LO QUE MÁS ME GUSTÓ. O sea, todas las revelaciones... No quiero spoilear a nadie, pero me pareció tan intenso, tan interesante... Incluso me dejó un malestar físico, de incertidumbre y pesar. No sé cómo explicarlo. Me encantaría que escribiera más al respecto porque es fascinante, pero la historia está muy bien cerrada así, qué sé yo.
Otra de las cosas que más amé de este libro fue que tuviera leves dosis de amor. Menos que en el primero, más que en el segundo. Las que menos me gustaron fueron las de Karou y Akiva. Sí, tienen un romanceprohibido improbable. Got it. En serio, GOT IT. Ahora salgan y déjenme disfrutar de parejas mucho más lindas, como Zuzana y Mik, que son adorabilísimas, y spoiler Liraz y Ziri, que no pueden más de divinos y los amo spoiler.
En este libro, como en el primero, se profundiza un montón en los personajes. Si algo sabe esta autora es crear personajes reales y que evolucionan. Cambian, la historia tiene consecuencias en ellos. Dos de mis favoritos, aunque me lo veía venir desde el segundo libro, fueron Liraz y Ziri. De a poquito se fueron volviendo más y más importantes para la trama. Hay un muy buen trabajo de caracterización detrás. Liraz, sobre todo, evolucionó tanto que creo que si releo el primero, no voy a entender nada. Pero ahora la hamo \o/.
Otro personaje que toma más importancia de la esperada en el primer libro es Razgut; al fin vamos a conocer su historia y me encanta. Es increíble cómo un personaje tan repugnante —en bastantes sentidos— puede ser tan, tan interesante. La verdad es que su ambigüedad fue una de las cosas que más me gustaron de la historia en general.
No sé qué decir. Esta es una saga que me encantó, que me decían que me iba a encantar y yo no leía por pelotuda (y por no encontrar los libros, también hay que decirlo). Agradezco haberlos comprado en Rosario, todos juntos, porque fueron noches maravillosas de lectura desenfrenada.
Leí la última mitad con esta canción. Tengo tres o cuatro versiones en vivo, así que creé una lista y la escuché sin parar. Tiene como seiscientas páginas el libro, imagínense (?). En fin, es adecuadísima para la atmósfera de esta tercera parte. Disfruten:
¿Si lo recomiendo? OBVIO.
Al principio no entendía muy bien qué estaba leyendo. Es decir, veníamos de esa situación súper intensa del final del segundo libro y de repente nos encajan la historia de Eliza; ¿hola? ¡Quiero leer sobre Karou! Sin embargo, he de decir que fue uno de los mejores personajes de esta tercera parte. Me gustó mucho más que los stelians, con los que no empaticé demasiado, a decir verdad.
Ah, ¿qué decir? Es un cierre de saga maravilloso. Leí por ahí varias reseñas en las que decían que no era lo que esperaban o incluso una que decía que un final de saga tenía que ser apoteósico. Es muy respetable, pero creo que en esto estoy del lado de Karou. Ya hubo demasiada sangre, demasiada guerra, demasiada muerte. ¿Una súper batalla final? Interesante, pero el final que tuvimos me parece el correcto.
También leí algunas críticas en las que se decía que la historia de los stelians sobraba, que era demasiado y que debería haberse centrado en la guerra de Eretz y eso. A MÍ LO DEL CATACLISMO ES LO QUE MÁS ME GUSTÓ. O sea, todas las revelaciones... No quiero spoilear a nadie, pero me pareció tan intenso, tan interesante... Incluso me dejó un malestar físico, de incertidumbre y pesar. No sé cómo explicarlo. Me encantaría que escribiera más al respecto porque es fascinante, pero la historia está muy bien cerrada así, qué sé yo.
Otra de las cosas que más amé de este libro fue que tuviera leves dosis de amor. Menos que en el primero, más que en el segundo. Las que menos me gustaron fueron las de Karou y Akiva. Sí, tienen un romance
En este libro, como en el primero, se profundiza un montón en los personajes. Si algo sabe esta autora es crear personajes reales y que evolucionan. Cambian, la historia tiene consecuencias en ellos. Dos de mis favoritos, aunque me lo veía venir desde el segundo libro, fueron Liraz y Ziri. De a poquito se fueron volviendo más y más importantes para la trama. Hay un muy buen trabajo de caracterización detrás. Liraz, sobre todo, evolucionó tanto que creo que si releo el primero, no voy a entender nada. Pero ahora la hamo \o/.
Otro personaje que toma más importancia de la esperada en el primer libro es Razgut; al fin vamos a conocer su historia y me encanta. Es increíble cómo un personaje tan repugnante —en bastantes sentidos— puede ser tan, tan interesante. La verdad es que su ambigüedad fue una de las cosas que más me gustaron de la historia en general.
No sé qué decir. Esta es una saga que me encantó, que me decían que me iba a encantar y yo no leía por pelotuda (y por no encontrar los libros, también hay que decirlo). Agradezco haberlos comprado en Rosario, todos juntos, porque fueron noches maravillosas de lectura desenfrenada.
Leí la última mitad con esta canción. Tengo tres o cuatro versiones en vivo, así que creé una lista y la escuché sin parar. Tiene como seiscientas páginas el libro, imagínense (?). En fin, es adecuadísima para la atmósfera de esta tercera parte. Disfruten:
¿Si lo recomiendo? OBVIO.