Una chica con nombre de princesa. Un chico que escucha a Sinatra.
Un pueblo perdido en las montañas. Un carrusel.
Tres secretos. Dos reencuentros inesperados.
Un amor. Una traición.
Y una noche de verano, la más mágica del año…
Así es la vida, una suma de momentos felices e instantes difíciles, de reuniones y despedidas, de amores y desengaños. No, la vida no es un cuento de hadas, pero… ¿Qué pasaría si conocieras un hechizo para que las carrozas nunca se transformen en calabazas? ¿Recurrirías a él? ¿O querrías saber lo que pasa después de la medianoche?
La nueva novela de la joven autora Laia Soler es un relato potente y actual, salpicado de magia, sobre una chica que navega por las turbulentas aguas de la memoria, el dolor y el amor para descubrir todo aquello que nos une, nos separa y nos hace crecer como personas.
For every road we can't retrace
For every memory we can’t face
For every name that’s been erased
Let’s have another round
May I propose a little toast?
For all the ones who hurt the most
For all the friends that we have lost
Era obvio que iba a querer leer este libro porque los dos que ya había leído de Laia (Los días que nos separan, Heima es hogar en islandés) me habían gustado bastante, sobre todo el último. Ahora, los libros españoles siempre demoran una vida en llegar a Uruguay, y lo que tuve que esperar por este no tiene nombre —o a lo mejor no fue tanto, pero yo soy ansiosa—. Ni siquiera lo compré en Uruguay; lo vi en una librería de Resistencia, en Argentina, y pegué un gritito. Sí o sí me lo llevaba para casa.
Había leído críticas de todo tipo sobre este libro, así que lo empecé con expectativas más bien neutras; si bien no temía lo peor, tampoco esperaba una obra maestra. Fue lo mejor, porque así pude disfrutarlo mucho más. El argumento es bastante sencillo y la trama se va desenvolviendo despacio, con la calma justa para que todo esté en su lugar. No creo, tampoco, que sea una historia con más pretensiones que esas. Tiene un aire a cuento de hadas, de objetivo sencillo en apariencia —es importante recordar que no siempre lo más sencillo de leer es lo más sencillo de escribir— y una carga emocional importante, generada por la empatía que es fácil sentir por los personajes. Esto, la verdad, no es nada sencillo. Es una historia de amor, de amistad y de autoconocimiento. Yo creo que de esto no debería decir más nada. Lo lindo es descubrirlo.
A diferencia de unos cuantos libros de este estilo, el set de personajes de Nosotros después de las doce es amplio —lo que es bastante irónico, ya que estamos en un pueblito de montaña que apenas tiene gente—, pero nadie es de cartón. Cada personaje, incluso los secundarios que solo aparecen nombrados, tiene una función, ya sea desencadenar un evento o contribuir a la ambientación. Gracias a esto es que podemos sentir esa empatía que mencionaba antes. Aunque en algunos no se profundice tanto, llegamos a conocer y hasta querer a más personajes que los dos protagonistas. Valira se vuelve real en uno de sus aspectos más importantes: la gente.
La protagonista, narradora en primera persona, es Aurora, una chica con nombre de princesa pero que no gusta de ellas con una personalidad bastante fría, casi podría decirse insensible en ciertos aspectos. Y digo en ciertos aspectos porque demuestra sí ser sensible al arte, en varias de sus expresiones. Además, tiene sentimientos muy profundos para con su abuelo, que podría decirse es su bastión, la persona de la familia que más la ha apoyado a lo largo de su vida. Aunque la personalidad de Aurora y las decisiones que toma, su forma de sentir ante las adversidades, pueden parecer extrañas y al principio sí que cuesta empatizar, las pistas que recibimos al final de algunos capítulos y el secreto del carrusel nos ayudan a entender por qué es así. Me parece fundamental para entender qué es lo que pasa en general.
Teo, el protagonista masculino e interés romántico —qué va a ser un spoiler esto, si se ve venir desde la primera aparición, y al fin y al cabo dudo que la autora quisiera que eso fuera una sorpresa—, parece ser una antítesis de Aurora: despreocupado, sensible y más bien extrovertido. El primer encuentro entre estos parece un instalove, e incluso sus actitudes descolocan y todo parece ir muy rápido, lo que en un punto no molesta porque es verano, y todos sabemos que a veces pasan esas cosas en verano. Sin embargo, llegados a un punto —que explicitar sí sería un spoiler, así que lean si quieren enterarse—, entendemos todo. Y por «todo», quiero decir todo. Esta vuelta de tuerca hace que lo que sucede entre ellos se justifique y cambie y nos llene de incertidumbres de otro tipo.
Me parece importante hablar de la otra figura relevante de la historia: el abuelo de Aurora, que maneja el carrusel y enseñó a su nieta el secreto del caballo dorado, el único que es verdaderamente mágico. Es un personaje entrañable, que destila amor hacia su familia y al mismo tiempo una tristeza tremenda. No soy quién para juzgar las decisiones de alguien así, pero lo que se hizo y le hizo a Aurora me parece muy complicado y reprochable en un punto. Entiendo que con buena intención, pero las consecuencias... En fin, el que leyó me entiende. El que no, ojalá quede con intriga y decida leer el libro. Spoiler como cada vez que aparece un anciano adorable, pasé todo el libro pensando que el señor se moría. Es decir, la pasé horrible con cada problema y cada ictus. Te odio, Laia spoiler.
Una de las cosas que más me gustan de Laia Soler es cómo aplica toquecitos de magia en sus historias, sin ser estrictamente fantasiosas. Sé que hasta ella tiene sus dudas respecto a si sus libros entran dentro de la categoría de literatura fantástica, así que no voy a entrar en ese tema. Solo quiero resaltar lo mucho que me gustan las pinceladas de magia en estas historias tan humanas, tan emocionales y cargadas de una intensidad que poco tiene que ver con la magia en sí.
Todo eso se trasluce en Valira, un pueblito de montaña donde la gente no niega la existencia de la magia, profundamente arraigada en el origen de su pueblo y su folklore. Donde hay un carrusel en el que uno de los caballos es mágico, y su magia es tan hermosa como terrible. Es este elemento el que más tiene aire a cuento de hadas, e incluso, como todos ellos en un inicio, una moraleja: no importa lo fácil y necesario en apariencias que sea olvidar lo malo, hay que enfrentar los miedos y aprender de ellos, de las experiencias malas y por eso tenemos los recuerdos. Si bien no soy muy amiga de los libros con moralejas explícitas, creo que en este caso, con su condición de cuento de hadas, queda bien. Además, Valira está muy bien construida. Como el abuelo Dubois —y sí, esto es un guiño al final, para los que leyeron—, resulta entrañable y cálida, a la vez que anciana en un punto y exasperante para una persona de la edad de Aurora. Al leer, aprendemos a amar su belleza y aceptar sus cosas malas. Lo natural es un elemento destacable en la ambientación, ya que las montañas y los bosques y el lago y el río y todo eso que rodea al pueblo es tan importante como este. Gran parte de la acción tiene lugar allí.
La historia se hace fácil de leer gracias a la prosa de Laia, que sabe ser directa sin perder la belleza. No hay nada excesivamente complicado, pero las imágenes que nos despierta la narración son todas muy bonitas, muy oníricas y mágicas. Esta también es una de las cosas que más me gustan de la autora y por lo que tenía tantas ganas de leer el libro. Aunque no me gustó más que Heima es hogar en islandés, sí lo hizo más que Los días que nos separan. Se nota un cierto crecimiento y la verdad es que no pierdo las ganas de seguir leyendo todo lo que escriba Laia.
En resumen, es una historia muy humana, sí, llena de magia, de la que conocemos y de la nuestra, la de las emociones. Me llevo Valira guardada en la memoria, así como la importancia de los recuerdos y de la gente que queremos. Lo recomiendo para una tardecita de lluvia, con un buen té o café en las manos y ganas de sumergirse en un ambiente cálido, amigable y maravilloso.
Como bonustrack, tengo que añadir que el día que leí la mayor parte del libro tuve esta canción —que cité al inicio de la reseña— pegada desde que me levanté, y al leer no pude evitar sentir una conexión entre la letra y lo que pasaba en la historia. Así que acá la dejo, no solo por eso, sino porque amo a Regina y me encanta recomendarla a todo el que me cruzo, así les paso un pedacito de felicidad. Ahí lo tienen.
Por cierto, ¿se dieron cuenta de lo cerquita que estamos de los 500 seguidores? Qué lindo terminar el año de esta manera ^^.
Buenas!
ResponderEliminarPues tu reseña me ha creado curiosidad por la historia, aunque si hay un abuelo de por medio es lo que me hace dudar de si leerlo o no, porque soy bastante sensible en ese aspecto.
Gracias por la reseña.
Besos, nos leemos.
¡Hola Sof! Tus reseñas son increíbles <3
ResponderEliminarEste lo tengo apuntado desde que salió, y es el único que me queda de Laia Soler (me encantaron los otros dos), y me parece que tiene una forma preciosa de escribir :)
Gracias por la reseña, ¡besazos!
Hola!
ResponderEliminarEsta historia desde un principio me llamó la atención e iba con un poco de expectativas, la historia no me terminó de atrapar como esperaba que lo hiciera porque tiene muchos ingredientes que me encanta, algo me falto y pienso que la protagonista no ayudo con la causa, al principio desde el desconocimiento no cae del todo bien y al conocer todos los detalles no pude simpatizar con su situación. El abuelo es un personaje gris interesante, tiene gran responsabilidad en las decisiones que toma Aurora. Lo que si resalto en mayúsculas es la increíble ambientación, todos sus toques mágicos y es que quede totalmente enamorada de Valira.
Besos
Hola, clon!
ResponderEliminarSabía de antemano lo que ibas a opinar de este libro, yo creo que coincidimos bastante ^^
A mí me pasó igual con el abuelo, todo el rato pensando que iba a morir. Dios, odio esa ansiedad cada vez que sale un abuelo amoroso... jajaja
Aurora al principio me cargaba un poco, pero el final lo explica todo y todo y le veo tanta lógica a ella, a Teo y a todo, que ni una sola pega. Laia escribe súper bonito y me quedo con Heima en pendientes para seguir con ella.
La canción me encanta. Ya la conocía, pero sí que pega =)
Un besote!
¡Hoooooooolaa!
ResponderEliminarEn primer lugar tengo que decir que venía tan feliz a felicitarte por tus casi 500 seguidores (¡¡ENHORABUENA!! Te los mereces❤) y estoy alucinando porque debo de tener algún problema con Blogger... ¡¡porque me ponía que no seguía tu blog!! WTF????? ¡Alucino! A ver si dejan de trastear con estas cosas, porque parece que me ha pasado con algún otro también. >:(
Una vez solucionado esto, vamos con la reseña.
Me alegra que te haya gustado tanto, estoy de acuerdo en muchas cosas que dices, es una historia íntima y pausada. Como dices, sin duda es perfecta para una tarde tranquila, en especial durante esta época, que tiene ese toque de fantasía de la historia. :)
Gracias por la reseña, como siempre, ¡perfecta!
¡Nos leemos!
PD: ¡100% de acuerdo con lo del abuelo entrañable! :(
Eliminar¡Holaaa! Vaya, pues ya tengo muchas ganas de leerlo *-* se ve una historia increíble <3 me llama eso de los toques de magia en una historia tan humana ;) Oh, y el abuelo, y el caballo se ve súper bonito.
ResponderEliminar¡Besitos! :3
¡Hola Sofi! Ya quiero leer este libro, no puede ser que todavía no lo haya hecho.
ResponderEliminarGracias por adjuntar la hermosa canción de Regina, sos genial.
Un beso enorme.
Acabo de comentar justo otra entrada con la misma reseña jaja
ResponderEliminarAsí que te digo lo mismo que no me importaría leer aunque me parece un poco infantil, pero ha tenido muy buenas críticas así que bueno si llega a mi, lo leería.
Nos leemos guapa!
hola, ya llegamos! es muy buena tu recomendacion y tu reseña fantastica, como siempre haces brillar todo con tus letras. gracias y un abrazote!!
ResponderEliminarOtro que tengo por leer, gracias por la reseña :P
ResponderEliminarUn abrazo =)
Hola Sof!!!
ResponderEliminarTengo que leer algo de esta autora, no solo porque me parece un amor de persona sino también porque varias de sus historias me llaman mucho.
Esta la que más, me parece muy interesante que tenga pequeños toques de magia como lo del carrusel y parece que está bastante bien :D
A ver si lo veo algún día en mi librería porque siempre que lo veo no tengo dinero XD
Gracias por la reseña!!!
Nos leemos, besos ^^
Hola! Que cosa más rara pensaba que ya te había comentado esta entrada. Se ve que pasé, leí la reseña y en vez de dejarte el comentario me puse a hacer otra cosa. Como siempre digo, tengo memoria de pez, jajaja.
ResponderEliminarTengo este libro pendiente casi desde que salió y al final siempre termino anteponiendo otros libros antes que este. A ver si pronto le doy una oportunidad porque la verdad, es que le tengo ganas.
Besos!
Hola.
ResponderEliminarA mi la historia con el abuelo me pasó como a ti, porque la verdad es que es de las cosas que más me gustaron. No sé si es que lo leí en un viaje y soy incapaz de concentrarme en publico, pero no llegué a conectar mucho con la protagonista, pero al final se aclararon muchas cosas. A mi también me encanta la prosa de Laia.
Muchos besos y feliz navidad!