Desde que Cass estuvo a punto de ahogarse (está bien, sí, se ahogó, pero no le gusta pensar en eso), puede correr el Velo que separa a los vivos de los muertos… y entrar al mundo de los espíritus. De hecho, Jacob, su mejor amigo, es un fantasma.
Así que las cosas ya son bastante extrañas en su vida, pero se van a volver más extrañas aún.
Cuando a los padres de Cass les ofrecen realizar un programa de TV sobre los lugares más embrujados del mundo, la familia parte hacia Edimburgo, Escocia. Allí hay tumbas, castillos y pasadizos secretos rebosantes de fantasmas. Y cuando Cass conoce a una chica que comparte su «don», se da cuenta de cuánto le queda por aprender del Velo… y de sí misma.
Cass tendrá que aprender rápido: la ciudad de los fantasmas es más peligrosa de lo que había imaginado.
Hacía montones de tiempo que quería leer a Victoria Schwab, pero no había tenido la oportunidad. Cuando supe que íbamos a tenerla por estos lares, me emocioné un montón. Supongo que la mayoría acá está al tanto o fue al precioso evento de Puck en la Alianza en el que pudimos conocer a la autora. Una de esas oportunidades únicas. También tuve la suerte de verla en la Fería Internacional del Libro de Buenos Aires, a la que volví a asistir —esta vez por mi cuenta, con mi novio y amigos— y comprar y que me firmara más de sus libros después de una larga cola en la que hasta hice amigos. Gracias a estas instancias puedo decir que me pareció una persona adorable, que me transmitió mucha ternura y ganas de seguir escribiendo también. Fue una gran experiencia y por eso agradezco mucho a Puck y a todos los involucrados tanto en Montevideo como en Buenos Aires.
Hoy vengo a contarles sobre la primera novela middle-grade de la autora que he leído. Creo que la sinopsis resume bien el contenido, así que no voy a demorarme mucho describiendo la trama. Sí voy a decirles que es una de esas novelas que habría amado leer de preadolescente. No quiere decir que ahora no, pero en esa época la habría disfrutado especialmente. Es una novela de suspenso, misterio, no diría terror, pero tal vez se acerque a esa categoría. Acompañamos a Cass, nuestra protagonista, en su fantasmal recorrida por Edimburgo. Allí, el Velo que la separa del mundo de los muertos se volverá mucho más fino. Y así empiezan los problemas. Es una historia sencilla, digamos, pero que nos plantea un mundo que potencialmente tiene mucho para dar. Se lee en dos patadas porque logra enganchar, y mucho.
Cass, la protagonista, es una preadolescente que tuvo el infortunio de ahogarse. Aunque Jacob, su mejor amigo-fantasma, logró salvarla, ahora puede traspasar el Velo y sentir cuándo hay espíritus cerca. Me gustó mucho lo cercana que se hace, su sentido del humor y cómo, a pesar de lidiar con fuerzas que no entiende, siempre lucha por las personas que quiere. Me gustó su voz y su historia se me hizo dinámica. Me quedé con ganas de conocerla mejor, eso sí.
También me gustó mucho la forma en que se relaciona con los demás, especialmente con Jacob. Me pareció una amistad preciosa, aunque temo por su futuro debido a ciertas cosas que se dicen y que no quiero spoilear. Y qué alivio que se tratara de una amistad y no una amistad-romance. Ya lo sabía porque lo había leído en otras reseñas, pero me gustó lo que leí. Respecto a los demás secundarios, los padres de Cass me parecieron muy peculiares y me hicieron reír, al igual que la gente que los rodea. Mención especial a Lara, que me cayó muy bien y a la que me gustaría conocer más. Siento que tal vez la historia flojee en la antagonista, que no tiene demasiado desarrollo aunque cumple con la función de ser inquietante.
Había leído una de las novelas para adultos de Victoria, así que tenía curiosidad por su narración en una middle-grade. La verdad es que me gusta lo que encontré: sin ser una prosa complicada, tampoco se pasa de simpleza. No subestima a sus lectores, digamos, y eso me parece excelente. La narración fluye, es dinámica, como decía, y hace que siempre se quiera saber más. Ideal para esta novela.
Uno de los puntos fuertes es la ambientación. Pasamos de Estados Unidos a Edimburgo, una ciudad hermosa que muero por conocer y que amé recorrer de la mano de Cass. Llena de fantasmas, mitos e historia, es perfecta para una historia como esta. El programa de los padres de Cass —los Inspectros, que es un juego de palabras mucho más divertido en inglés, pero la traducción funciona— es la excusa perfecta contarnos más sobre la ciudad sin que se convierta en una guía turística. Más allá de lo bien recreada que esté la ciudad, cosa que asumo que es así porque de verdad me sentí en Edimburgo al leer, me maravilló lo bien que maneja la autora las atmósferas, las sensaciones que te dan los lugares al leer. A veces el tono se ponía muy oscuro y, aunque no llegaba a dar miedo, sí diría que resultaba inquietante. Me preguntó cómo se manejará el siguiente volumen, que tiene lugar en París.
En resumen, es una novela middle-grade muy entretenida, misteriosa y que engancha muchísimo. Amé conocer a esta autora y creo que voy a seguir perdiéndome en sus mundos por mucho, mucho tiempo. Ustedes, ¿qué opinan?