Aquella mañana, Kady creía que romper con Ezra sería lo más duro que tendría que hacer ese día. Por la tarde, su planeta fue invadido.
Corre el año 2575 y dos megacorporaciones están en guerra por controlar los recursos de un pequeño planeta en el último rincón de la galaxia. Bajo fuego enemigo, Kady y Ezra —que apenas se hablan desde que lo dejaron— tienen que sobrevivir huyendo hacia una flota de evacuación.
Una plaga mortal ha estallado y está mutando con resultados aterradores; nadie sabe lo que realmente está pasado. Kady piratea una página web repleta de datos para encontrar la verdad. Solo una persona puede ayudarla a sacarlo todo a la luz: el ex novio con el que juró que nunca volvería a hablar.
Creo que la primera vez que vi la reseña del autor en Goodreads, pensé «este libro es un rejunte de cosas, por favor, qué ridiculez». Después, cuando empecé a ver reseñas y comentarios, y también fotos, para qué mentir, me ganó la curiosidad y quise leerlo con muchas ganas. Lo encontré recién este octubre, en Resistencia.
Lamentablemente, la vida —la facultad, más bien— me impidió ponerme con esta reseña inmediatamente después de terminar el libro, por lo que pasó como una semana entre medio. Así que, a diferencia de las demás, quizás tenga más olvidos y sea más corta o menos detallista. Perdón :(
Creo que este libro justifica que hablemos de la edición y la narración, que son dos de los principales atractivos por los que casi todos caímos en la tentación de comprarlo. La historia está contada a través de documentos, chats y transcripciones de filmaciones de cámaras de seguridad, además de... algo que no puedo comentar porque sería un spoiler. Esto significa que conocemos a los personajes y somos testigos de lo que pasa de una forma más bien indirecta. No sabemos en qué piensan, no sabemos qué sienten... Solo lo que dicen y lo que se nos muestra. Esto podría haber sido una desventaja tremenda, pero creo que los autores se las arreglaron bastante bien para contar la historia de esta manera. Aunque al inicio me costó un poco engancharme, después ya fue una cosa totalmente adictiva y trasnochadora, como suele pasarme con los libros disfrutables.
Aunque no lleguemos a conocerlos directamente, podríamos decir que hay tres grandes protagonistas en esta novela: Kady, Ezra y AIDAN. La primera es una chica fría, calculadora y muy inteligente, cuyas habilidades como hacker despiertan la curiosidad de más de alguno. Tiene un sentido del humor muy particular y una cierta incapacidad para relacionarse con la gente, lo que vuelve su mundo interior más grande que el exterior. Por otro lado, Ezra es un tipo más bien común, un poco terco y bastante buena gente, que tiene que vivir cosas horribles y guarda más de un secreto. Me gustaron los chats entre ellos, sí, pero sentí que su relación era un poquitín forzada al inicio, aunque después se me fue pasando.
Creo que el personaje mejor construido es AIDAN, una entidad de inteligencia artificial con la que la nave Alexander está equipada y que por los daños en la invasión termina dañada, convirtiéndose en algo así como un psicópata. Su desarrollo es increíble y aterrador. Cuando todo empieza a irse a la mierda, la relación que tiene con Kady es... Ay, no puedo seguir sin spoilear, pero qué cosa más interesante de leer. Solo por esto ya lo recomendaría.
Hay una cantidad impresionante de personajes a los que también conocemos de forma indirecta, algunos con más relevancia (para la historia o emocional) que otros, pero tampoco llegamos a conocerlos a fondo. Sin embargo, no son de cartón, quiero mencionar eso. Es gente, y es importante resaltarlo porque a esta gente se la va a deshumanizar luego debido al virus que se propaga en algunas de las naves. Deshumanizar por pura supervivencia, no por maldad. Es increíble lo mucho que sufrí con estas cosas, toda la muerte y destrucción y dolor que hay en la historia.
No creo que haya mucho para contar de la historia que no esté en la sinopsis y que no cague realmente el efecto que tiene al leer. Por lo tanto, solo voy a decir que, aunque pensaba que iba a ser muy reiterativa y superficial, me enganché muchísimo, me morí de la intriga y la curiosidad en ocasiones y hasta llegué a sorprenderme con algunos giros. Por esto, también lo recomiendo y recomiendo pasar las primeras páginas, que son las que cuestan más por el formato diferente, al que no es tan fácil acostumbrarse, pero tampoco difícil.
¿Y qué decir de la ambientación? Otro de los grandes atractivos. Acá yo no engaño a nadie; saben ya, los que siguen este blog desde hace no tanto igual, que todo lo que sea ciencia ficción o space opera ya tiene mi corazoncito casi ganado (Azul, el poder de un nombre, Atados a las estrellas, Estrellas perdidas, etc.). Mundos controlados por corporaciones, naves espaciales, tecnología avanzadísima... Hablando de estas cosas, lo del virus me recordó a un capítulo de Dark Matter, una serie de mierda que me encanta y que recomiendo porque es mejor de lo que parece. En fin, que es interesantísimo todo el trasfondo y solamente empezamos a saber más al respecto tirando al final del libro, lo que nos deja con pila de ganas de conseguir el siguiente tipo YA. El tercero ni siquiera está publicado y este acaba de llegar a Latinoamérica, así que veo que nos queda una larga espera
Y bueno, básicamente, fue un libro que me sorprendió para bien, que disfruté muchísimo tanto por su historia como por la edición y lo interesante de su «narración», como ya mencioné antes. Quizás a algunos esta característica les cueste más —es razonable, me parece—, pero creo que no es difícil engancharse en cierto punto y que la historia vale mucho la pena. Sin dudas, yo voy a estar esperando con muchísimas ganas a que llegue Gemima, la continuación. Ojalá no demore mucho.