miércoles, 27 de mayo de 2020

¿Cómo planifico una novela?




Como siempre que escribo una de estas entradas en las que les cuento cómo me organizo, quiero hacer énfasis en algo muy importante: este es el método que me funciona a mí. No es el correcto ni el único ni nada, solo el que me funciona. Lo comparto con la esperanza de que pueda servirle a alguien más o que, al menos, le ayude a encontrar su propio camino. Hecho este disclaimer, pasemos a hablar de lo que nos interesa: cómo planificar una novela.

Hay tantas escuelas como maestros respecto a la planificación. Basta con leer el artículo que escribimos para la #MMEUY del año pasado, en el que entrevistamos a distintos autores uruguayos, para darse cuenta de esto. También hay un montón de escritores que dan consejos a través de las redes, así como en sus canales de YouTube. Antes de contarles mi experiencia, les dejo a mis favoritos, los que más me han ayudado: Abbie Emmons, Alexa Donne y Reedsy.




Los principios

Cuando empecé a escribir era muy, pero muy brújula. Esto quiere decir que escribía instintivamente, como si fuera descubriendo la novela al escribirla. Tengan en cuenta también que empecé a escribir de muy niña y no tenía ni idea —ni recursos— de qué métodos podía utilizar para escribir de forma más eficiente. Además, lo hacía por diversión —aunque siempre tuve claro que quería ser escritora, así que me lo tomaba muy en serio— y no buscaba información, tampoco.

Entre el último año de escuela y el primero de liceo, escribí una novela muy corta —y muy mala, por supuesto—, la primera de todas. Hasta el momento, nunca había pasado de unos pocos capítulos. ¿Cuál fue la diferencia? Fui bastante brújula, pero me anotaba algunos puntos clave. Sobre todo, cuando llegaba al final, que fue cuando me di cuenta de todos esos puntos clave y tuve una guía más clara. Con la segunda novela, que terminé un año después, me pasó algo similar. Brújula en su mayoría, anotaciones de los eventos más importantes, más claridad al llegar al final. Incluso tenía algunas escenas ya escritas, que pegaba cuando llegaba el momento y editaba si era necesario.

De ahí en más, con menor o mayor éxito, seguí el mismo sistema. Brújula, puntos clave, planificación más clara de los finales. Nada podía salir mal, ¿verdad? 

Error


Perderse en mapas

Después de un año en el que había logrado escribir dos novelas y terminar una más vieja, decidí empezar dos de mis proyectos más importantes, que además son las dos novelas que tengo publicadas: Las lunas de marzo y Proyecto Pandora. Si bien con esta última logré aplicar el sistema de siempre y salió bastante bien, dentro de todo —aunque en el futuro tuve que hacer diez mil correcciones y reescribir bastante—, con la primera la historia fue distinta. Empecé Lunas con la intención de que fuera 100 % brújula, por diversión, y así fue como la abandoné y retomé un millón de veces entre 2009 y 2014.

Lunas fue tan difícil de escribir que, cuando se publicó, yo todavía no había logrado superar la angustia que me producía. En varios de esos años, tuve la intención de escribirla en modo mapa, es decir, con una planificación más detallada. Fue peor. Nada me convencía, todo me parecía aburrido. No me pasó solo con esta novela: todos los (muchos) proyectos que intenté arrancar esos años y que planifiqué capítulo a capítulo fracasaron. Todos. 

Esto no quiere decir que los mapas no fueran para mí, sino que me faltaba algo más. Lo que pasa es que todavía no había aprendido algunas otras cosas. Basta un ejemplo para darse cuenta: cuando retomé la secuela de Proyecto Pandora, que había abandonado en 2011 porque me quedaba grande, la escribí como mapa. Es una historia muy larga, con muchos personajes y muchas tramas, así que no tenía opción. De hecho, en un momento tuve que hacer una pausa muy larga, pero al retomar fue fácil seguir porque me había dejado una escaleta exhaustiva ya preparada. Y la escritura fluyó lo más bien. ¿Qué cambió? Conocía muy bien a mis personajes, sus motivaciones y sus miedos. Sus conflictos.




El punto de partida

Entendí bien esto gracias a los videos de Abbie Emmons (y al leer Story Genius, de Lisa Cron). Ese algo que iba descubriendo al escribir —lo que me permitía planificar hacia el final— era el conflicto de mis personajes. Era mi norte, lo que me ayudaba a distinguir el camino que debían seguir para resolver sus problemas. El conflicto interno es la piedra fundamental a la hora de construir una historia, ya sea como brújula o como mapa. Basta con tenerlo claro para que el camino a seguir se ilumine, en vez de volverse una pared que nos bloquea el paso.

El año pasado no solo terminé la secuela de Proyecto Pandora, sino que terminé Adagio, una nouvelle que ya tenía empezada y que había abandonado porque no sabía cómo seguir, y escribí una novela entera para la #MMEUY. Ya les conté cuál fue el caso de la primera, pero con las otras dos pasaron cosas más bien peculiares, que me resultan más fáciles de entender ahora, con el diario del lunes.

Adagio fue una tortura. Me arrastré para terminarla, y eso que no llega ni a 30k. Toda la primera mitad, lo que ya tenía, fue muy amena, pero cuando tuve que empezar a pasar de la intriga a la acción, me bloqueaba muchísimo. Me costaba visualizar las escenas, que es mi herramienta más importante a la hora de escribir. Si no visualizo las cosas en mi cabeza, no me sale. Tras la lectura de los betas, pude resolver la mayor parte de los problemas, pero ahora estoy convencida de qué es lo que no funcionaba del todo: había perdido el contacto con el conflicto interno de mi protagonista

En LNP, mi otra novela de ese año, pasó algo totalmente opuesto. Nunca dejé de estar en contacto con el conflicto interno de mi protagonista, que estaba bastante claro y era el eje de toda la novela. Para que vean el impacto que tuvo esto en el proceso de escritura: escribí todos los días y la terminé en dos meses. Estaba bastante obsesionada con la historia, es verdad, pero la facilidad con la que me salían las cosas fue alucinante, lejos de mis experiencias anteriores. ¿Cómo la planifiqué? Usé una escaleta, por capítulos, pero muy vaga. Tenía claras algunas cosas, momentos clave, pero iba rellenando o cambiando mientras escribía y descubría algunas cosas


El método actual

¿Se acuerdan de mi entrada sobre cómo me organizo en la vida diaria? Allí, les hablaba de una estructura flexible que permita mantener el orden sin limitarnos. Lo mismo me pasa ahora cuando planifico una historia. A veces digo que soy brujumapa por esto mismo: necesito una estructura para ordenar mis ideas y pensamientos, para saber cómo seguir, pero nada detallado que me aburra o me haga dudar de lo interesante que puede ser o no mi proyecto

Desarrollo a mis personajes, sus conflictos y todo lo que tiene que ver con ellos, hago fichas. Más adelante voy a contarles en profundidad cómo hago esto, así que no voy a extenderme al respecto. Lo importante es que, cuando voy a escribir, tengo claro de qué manera quiero que evolucionen y resuelvan sus conflictos. Establezco los momentos clave de la historia y, después, me dejo llevar. A veces, planifico los primeros capítulos, el primer acto, y solo voy al segundo cuando estoy por terminarlo. Otras veces, hago anotaciones del final que, cuando llego, termino por cambiar. Eso me pasó con #Girasoles, la novela que terminé hace poquito. 

Lo importante es esto: mi estructura no es una cárcel. Siempre puedo cambiar lo que tenía planeado si, al llegar, decido que tengo una idea mejor y más acorde con el desarrollo de la historia. Sé que todo lo que escribo tiene, en principio, relación con el conflicto interno y que, por lo tanto, es importante. Entonces, no suelo bloquearme: sé por qué escribo lo que estoy escribiendo. El cambio que hubo en mi forma de escribir de un año a otro es brutal. También se debe a que tomé hábitos mejores, pero de eso voy a hablarles más adelante también.

Mi método es ese, pues. Una estructura flexible, muy similar a la que hacía cuando era más chica, pero con bases más fuertes y razón de ser. Puedo disfrutar de la escritura sin perder el norte, como si completara el mapa al recorrer esas tierras con la brújula en la mano.


Bonustrack

Hace un tiempo, la autora Victoria Álvarez compartió una de sus técnicas de escritura, el tensiómetro. Es un método muy interesante y útil para controlar las tensiones de una novela, pero que funciona mejor para los escritores mapa. Me puse a pensar y me di cuenta de que, en mis épocas de brújula salvaje (?), ya hacía por instinto algo similar, que después fui logrando poner en palabras, así que les voy a contar cómo adaptar el tensiómetro a la brújula.

Es muy simple e intuitivo, en verdad. Lo que hacía —y todavía hago, aunque cuento con otras herramientas— era pensar en las escenas como picos y valles en una gráfica. Antes de un evento «pico», tiene que haber una subida en la tensión que nos prepare para que la acción nos importe. Después, un momento de reflexión, la consecuencia de este evento sobre los personajes. De esta manera, los momentos de acción no resultan superficiales ni tenemos páginas y páginas de reflexión sin acción. Puede haber distintas tensiones para la trama y las subtramas, por supuesto. No tiene el nivel de sofisticación del tensiómetro, pero es una manera sencilla de asegurarnos de que las cosas fluyen bien.




Espero que algo de todo esto les haya sido útil. Como verán, me llevó casi toda una vida llegar al método que me funciona y entender por qué funciona. No siempre es fácil y muchas veces nos frustramos en el camino, pero de alguna manera se llega. Si se quedaron con ganas de saber más sobre las distintas formas de planificar, les cuento que de los canales que recomendé, Abbie Emmons es súper mapa, Alexa Donne es brújula y en Reedsy se analizan ambas posturas. Además, también comparten fichas y planillas para planificar historias o personajes. No se olviden de que nosotros tenemos las de la #MMEUY, aunque estamos trabajando en las de este año ahora mismo ♥.

Muchas gracias por leer esta entrada tan larga, ¡nos leemos en la próxima!

11 comentarios:

  1. Me encantó! Gracias por compartir tu método, Sofi!

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  2. ¡Ajá! Esta entrada la estaba esperando, porque justamente yo ahora estoy en la búsqueda de ese sistema que me funcione mejor, porque como escritor soy bastante lento, tengo mucha tendencia a ser brújula pero una parte de mí quiere planificar y tener una estructura a la que aferrarse (mientras otra parte más caótica dice que si estructuro demasiado pierdo el entusiasmo)... Muchas gracias por estos consejos, seguro los tendré en cuenta mientras sigo buscando esa estrategia en la que encuentre mi comodidad. ¡Abrazo!

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  3. ¡Me encantó la entrada, Sofi! Voy a poner en práctica algunos de esos consejos 😊

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  4. ¡Hola! La verdad es que yo no escribo, soy más de leer, pero me parecen unos tips de lo más interesantes. Seguro que los escritores te lo agradecen. No conocía tu blog, pero me quedo por aquí. ¡Besos!

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  5. Hola.
    Yo no escribo pero la verdad es que son unos consejos geniales, y más viniendo de una autora con novelas ya publicadas por editorial.
    Muchos besos.

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  6. ¡Hola, hola!
    Pues son unos consejos magníficos. Yo también estoy con mis proyectos serios y la verdad es que al principio era súper brújula, pero ahora que lo estoy medio organizando me está gustando mucho más el resultado, aunque yo soy medio mapa y medio brújula. Utlizo el tensiómetro de Victoria algunas veces y la verdad es que me ayuda un montonazo.
    ¡Un besazo ^^!

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  7. ¡Hola! ^^
    Seguro que esta entrada será de mucha utilidad para quien le guste escribir. Yo siempre lo he visto algo demasiado difícil para mi, así que admiro mucho a las personas como tú, que tienen ese don :)
    Un beso!

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  8. Hola Sofi!
    La verdad es que me ha encantado esta entrada. Como una persona que ha empezado a escribir una de las tantas historias que ronda su cabeza, aún me parece extraño todo esto.
    Me siento identificada con eso de visualizar lo que escribes en tu cabeza.. será que por muchos años mis historias vivieron en mi mente, saliendo a la luz cada vez que miraba por la ventana del bondi escuchando música, que las visualizaba como una película... pero ahora necesito ver las escenas para poder escribirlas.
    Me considero un una mezcla de ambos estilos... actualmente planifiqué #ProyectoCarmesí con una escaleta, pero marcando sólo los puntos más importantes que tienen que pasar en cada capítulo como recordatorios, pero por lo demás, lo dejo fluir. Aún me cuesta conectarme con mis personajes, sobre todo los secundarios.. no sé como plasmar su personalidad cuando los escribo...
    Un beso grande!

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  9. ¡Hola!

    Aunque actualmente no escribo, llevo varios años sin hacerlo, me ha encantado tu entrada y son trucos que seguiré cuando retome la escritura, ya que sé que en algún momento lo necesitaré.

    Un abrazo :)

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  10. ¡Hola! =)
    Gracias por esta entrada tan interesante y útil :P

    Besis ^^

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  11. Hola, muchas gracias por las recomendaciones, hace una buena temporada que tengo una idea en mente, de cuando escribía fanfics, y últimamente me ha picado el bichito para hacerla, así que veremos :D
    ¡Besos! :3

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Nos descubrieron, por fin nos descubrieron. Pasen y vean, qué lindas tolderías: