¡Hola a todos! Hoy llega la última entrevista de este ciclo y le toca a una autora muy especial: Ester Pablos.
Nacida en Zamora (1990), aunque siempre vivió en Cantabria, es licenciada en Historia por la Universidad de Cantabria, donde también cursó el Máster de Patrimonio Histórico y Territorial. Como cuenta en su biografía, ganó algunos concursos de ámbito local y en 2008 estuvo incluida en la Lista de Honor Oro del Premio Jordi Sierra i Fabra. Publicó con Escarlata, de 2015 a 2017, la trilogía de ciencia ficción Los Apátridas. Además, tiene un blog en el que habla de mitos y leyendas.
¿Desde cuándo escribís ficción? ¿Qué te inspira a hacerlo?
Desde que era pequeña. Incluso antes de aprender a escribir ya me gustaba contar cuentos. Me sabía de memoria muchos diálogos de películas de Disney y podía recitar las narraciones de algunas cintas de radio. Siempre me gustaron las historias de ficción, sobre todo aquellas que contenían elementos mitológicos; o los cuentos de los hermanos Grimm. Gracias a ellos me aficioné muy pronto a la fantasía oscura, y eso influyó bastante en mis gustos literarios. La gente solía decir que siempre estaba en las nubes, pero yo diría que estaba mucho más lejos de lo que ellos creían.
¿Qué géneros preferís a la hora de escribir?
Me gusta mucho la fantasía (tanto épica como oscura), la ciencia ficción y la mezcla de ambas, a veces con tintes históricos. Sin embargo, siempre he tenido más éxito escribiendo ficción histórica.
¿Y a la hora de leer? ¿Cuáles han sido tus mayores influencias literarias?
Me gustan las historias que rompen con los tópicos del género en el que se enmarcan. Ya sea con su prosa, su argumento o sus personajes. Mi género favorito siempre ha sido mezcla de histórica y fantástica. No sé por qué, pero siempre me llaman mucho la atención. Aun así, procuro no leer siempre a los mismos autores, intento variar y beber de fuentes diversas. En ese sentido soy un culo inquieto. Puedo leer cuentos populares de distintas culturas, o grandes best-sellers, como sería el caso de J. K. Rowling, Rick Riordan, Marianne Curley, George Martin o Laura Gallego (entre otros escritores menos conocidos) y por supuesto a autores clásicos, como Sófocles o Séneca. También le he dado una oportunidad a autores y cronistas de obras más antiguas o más densas, como El arte de la guerra, El libro de las maravillas o el Pentamerón.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos al escribir fantasía y ciencia ficción?
Personalmente creo que, en fantasía, lo difícil es ser original de verdad y crear un mundo con vida propia. Es muy fácil servirse de los mismos recursos una y otra vez y olvidar que no tienes por qué incluir los elementos tradicionales, sino que se puede innovar, aunque sea arriesgado. En el caso de la ciencia ficción, el problema es aún mayor, ya que tienes que estar muy al día en nuevas tecnologías y revisar los avances médicos. Este maldito mundo va muy deprisa, y no es raro que algo que considerabas propio de la literatura futurista no solo ya haya sido inventado, sino que quizás han creado algo que va más allá de lo que imaginabas. Adelantarte en uno o dos siglos a lo que ya existe es muy difícil, porque hay verdaderos genios trabajando en estos campos y no todas las innovaciones han salido al mercado.
¿Qué tanto dedicás a la investigación previa antes de escribir?
Depende del género, pero alrededor de dos o tres meses y de forma intensiva. La ciencia ficción y la novela histórica siempre llevan muchísimo tiempo de documentación. La fantasía algo menos, pero también surgen situaciones que te obligan a buscar información extra durante el proceso de escritura. Siempre invierto más tiempo durante el proceso que antes de él. Por mucho que intentes anticiparte e investigar de antemano, no sabes a qué te vas a enfrentar hasta que comienzas a escribir, y es cuando descubres lo poco que sabías sobre ciertos temas. Ya sea náutica, medicina natural, componentes informáticos, distintas clases de lucha o costumbres de pueblos antiguos. Lo importante para conseguir una documentación apropiada es hacer muchas preguntas. Si tienes dudas, los demás lectores también las tendrán. El mayor problema es encontrar fuentes fiables y recopilar las respuestas.
¿Cómo es tu proceso creativo y qué parte de este te gusta más?
Mi proceso creativo ha variado con el tiempo y la experiencia. Ahora siempre escribo guiones, fichas de personajes muy completas, líneas evolutivas, análisis de conflictos, hago bocetos de los lugares que aparecerán en la historia y procuro tener una idea muy definida de cuál será el estilo más apropiado para ese tipo concreto de historia. Si será más recomendable escribir en primera persona o en tercera, si será desde un punto de vista o desde varios, si tendrá una estructura compleja con muchos personajes o si será una historia sencilla y sin muchas pretensiones. Y los puntos de la lista van aumentando a medida que aprendes cosas nuevas. No cometer los mismos errores es lo más importante.
Lo que más me gusta es elaborar las fichas de personajes. Es el momento en el que los conoces de verdad y desarrollas una conexión casi mágica con ellos. De pronto son casi tan reales como cualquier otra persona y pasan a formar parte de tu vida, como si fueran viejos amigos.
¿En qué afecta tu formación académica a tu escritura?
Mi carrera me ayudó bastante a organizar mis ideas, y adquirí una serie de habilidades concretas que han aportado mucha madurez a mis escritos. La edad y la práctica son importantes, pero estudiar Historia me abrió la mente y me proporcionó conocimientos que han resultado ser muy útiles.
¿Qué te parece lo más importante a la hora de planificar una novela?
Para eso es necesario contestar tres preguntas básicas antes de lanzarse a escribir. Qué vas a escribir,
(el tipo de historia), para quién lo vas a escribir (la edad del público en el que estás interesado) y cuánto va a ocupar (si será cuento, novelette, trilogía o saga). Una vez resueltas esas cuestiones es posible elaborar un guion inicial con una estructura mínimamente decente. También es recomendable hacer autocrítica y preguntarte si lo que querías hacer será viable en el mercado actual, aunque no es obligatorio. A fin de cuentas, siempre puedes equivocarte, tanto para bien como para mal.
¿Cómo fue tu experiencia al publicar tus obras?
Es una pregunta complicada. Normalmente pasas por varias fases anímicas durante el proceso. Primero es una explosión de nervios y emoción, todo es genial y maravilloso. Era justo lo que deseabas y piensas que te vas a comer el mundo y que las ventas llegarán solas. Después de unos meses, en los que quizás has realizado tres o cuatro presentaciones, haces cuentas mentales y te corroen las dudas. Empiezas a pensar que quizás no se te daba tan bien como creías, que a nadie le interesa lo que haces, que si no tienes fama y un montón de seguidores y amigos de antemano, no llegarás a ningún lado. Que solo eres una más de tantas personas que volcaron sus esperanzas en un sueño imposible. Llegas al punto de preguntarte si de verdad merece la pena tanto esfuerzo y tantos quebraderos de cabeza. Al final la única forma de mantener la calma y el buen humor es centrarte en el proceso y no en el resultado. Estás haciendo algo que te gusta y eso es lo importante. Siempre saldrás ganando a nivel de experiencia personal, nuevos amigos, contactos y momentos inolvidables. A veces luchar por una meta que parece inalcanzable es lo que de verdad hace la vida interesante. Pero ante todo debes tener paciencia, trabajar duro y confiar en tus habilidades.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Podés contarnos sobre tus proyectos futuros?
Ahora estoy escribiendo una novela histórica-romántica de tipo autoconclusivo (pero no haré más declaraciones al respecto porque los detalles son Top Secret). Lo que sí puedo decir es que será mi obra magna. Me está llevando más tiempo de documentación y preparación que cualquier otra historia anterior y puedo asegurar que va a ser muy original en comparación con otras novelas similares. Intentaré darles a los lectores algo que no han visto nunca hasta ahora. Pero no va a ser fácil. También tengo ideas para nuevas historias, por supuesto, pero de momento no escribiré más ciencia ficción. Al menos hasta dentro de unos años.
Sabemos que te gusta la mitología, ¿sobre cuáles de ellas has escrito o te gustaría escribir? ¿Cuál te parecería un desafío demasiado grande?
Me gusta incluir elementos mitológicos, pero nunca podría centrar mis historias en un contexto propiamente mitológico. Me gustan tanto los mitos originales que no soy capaz de reutilizarlos de forma directa (podría inventar nuevas versiones, o tratar de cambiar la historia por completo, pero siempre mostrándome respetuosa con las versiones clásicas). Me interesa mucho la mitología persa, la nórdica y la de Europa central, y creo que la africana, la mesopotámica o la hindú serían un auténtico reto. Son mitologías complicadas.
Si tuvieras que vivir en una de tus historias, ¿cuál elegirías?
Creo que no podría elegir. No son mundos agradables para vivir. Muere gente muy a menudo y de formas poco agradables. Se parecen demasiado al mundo real.
¿Cómo lidiás con las críticas, tanto positivas como negativas?
Las positivas siempre me sacan una sonrisa y puedo pasarme el día feliz como una perdiz. En cuanto a las negativas, siempre que sean constructivas, son bienvenidas. Apunto las sugerencias en mi lista secreta de «cosas que no debería repetir» y las llevo a la práctica. He ganado algún concurso gracias a esa clase de críticas, y aunque son duras y a veces hacen que te sientas como un felpudo pisoteado por un elefante, siempre aportan información valiosa.
¿De qué maneras cambió tu vida haber publicado en una editorial?
En primer lugar, diría que me ayudó a ganar cierta confianza. Me hizo ver que todo el esfuerzo había merecido la pena. También mejoré mi habilidad para hablar en público (aunque mi miedo escénico a veces se muestra persistente) y conocí muchísima gente nueva. Las cosas no son como había imaginado, pero tampoco las cambiaría por nada.
¿Qué le dirías a quienes recién empiezan a escribir o buscan publicar?
Como todo el mundo que se dedica a este mundillo, que lean muchísimo, que trabajen duro, que sean autocríticos, que investiguen el mercado editorial y si pueden que se hagan visibles. Los autores también son productos, y ante todo las editoriales son un negocio. Pero lo más importante es que crean en sí mismos, y que averigüen qué clase de persona quieren ser, ya que eso afectará a todas las facetas de su vida, no solo a nivel literario sino también a nivel personal.
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Muchísimas gracias a Ester por tan completa entrevista ♥. Esta es la última de este ciclo de entrevistas, aunque me estoy planteando volverlo a hacer durante el invierno —es decir, el verano español—. ¿A ustedes qué les parece? ¿Tienen ganas? ¡Lo que me digan es muy importante para tomar esa decisión! También me gustaría saber a quiénes les gustaría que entrevistara —dentro de lo posible, obviamente—. ¿Qué me dicen?
¡Feliz jueves!