FAITH TIENE 12 AÑOS Y VIVE EN ASIA, EL PRIMER MUNDO.
Su objetivo es averiguar por qué su madre y las demás mujeres del vecindario se inquietan tanto cuando alguien las visita.
FAITH TIENE 14 AÑOS Y MALVIVE EN EUROPA, EL TERCER MUNDO.
Su objetivo es superar la academia de gladiadores a la que la han vendido por un crimen imperdonable.
FAITH TIENE 16 AÑOS Y SOBREVIVE... DE MOMENTO.
Ahora cuenta con un único objetivo: venganza
Antes que nada, tengo que agradecer a un par de personas que hicieron posible que yo leyera este libro. La primera es Scarlett, a la que le pedí si compraba el libro por mí cuando se encontrara con Gema en no sé qué feria y después me lo mandó a mi casa, y la segunda es, claramente, Gema, que lo firmó y todo con una dedicatoria súper linda. Muchas gracias a ambas ♥.
Uno de los temas con este libro es que desde que salió hasta el momento de lectura, me topé con montones de reseñas, de todo tipo y color, por lo que ya tenía algunos datos de lo que me iba a encontrar, siempre con distintos puntos de vista. De algunos de esos puntos de vista quiero hablar, pero voy a ir de a poquito. Además, ya se dijo tanto que no tengo ganas de ser repetitiva; voy a ir a lo que me interese resaltar.
La de Arena roja no es la historia trepidante, cargada de acción, que uno puede imaginar a primera vista. Es decir; sí, tiene mucha acción y combates, pero no es un no parar. Es una historia que se toma su tiempo en desarrollar la trama, el mundo y los personajes, que no deja nada al azar —ya habíamos visto esta característica de las historias de Gema en Legado de reyes— y que se va construyendo bloque a bloque. Por más que la engañosa sinopsis parezca indicar que vamos a ver grandes saltos en la vida de Faith, la protagonista, la verdad es que vemos todo su crecimiento y aprendizaje, lo que nos permite conocerla a ella y sus capacidades de una forma mucho más cercana y creíble. Esto no quiere decir que se haga pesada ni que su ritmo sea excesivamente lento, solo que no es un no parar de eventos infartantes, como uno hubiera esperado. Acá, tal y como con Legado de reyes, lo que pasa es que es una historia grande que la autora tuvo que dividir en dos y, obviamente, lo introductorio quedó en las primeras mitades. Eso deja cosas muy jugosas para las segundas, claramente. Lo que sí, a consecuencia de esto me parece que el final de la novela es demasiado abrupto. Es decir, es emocionante saber lo que puede llegar a pasar en el próximo libro, con los indicios que nos dan —en todo el libro hay indicios a cosas más grandes, más emocionantes—, pero en particular lo sentí muy desapasionado. No me dejó una sensación de final. Creo que acá jugó en contra la gran expectativa creada alrededor del libro. Hay que tener ojo con esas cosas.
Nuestra protagonista es Faith, una chica que ha vivido unos cuantos eventos traumáticos después de vivir entre algodones y que ahora es vendida como esclava a una multinacional, para que se entrene como gladiadora —la lucha clásica es el «deporte» de moda en el tercer mundo—. He leído muchas cosas sobre este personaje, algunas buenas y otras malas. Lo que yo saqué es que es una persona fría, a la que le faltó muchísimo amor spoiler después de la muerte de su madre spoiler y que vivió hechos demasiado fuertes para una persona de su edad. Que en vez de enfrentar esos sentimientos se abocó a entrenar duro, pensar en otras cosas y tomar la venganza como objetivo, que guarda en vez de mostrar. Eso, obviamente, un día le va a estallar en la cara. Algunos dicen que acepta las cosas con demasiada facilidad. Yo creo que eso es un mecanismo de defensa que tienen algunas personas. Todos reaccionamos diferente. Faith tiene una mente muy calculadora, no me sorprende que actúe así. Esto no quiere decir que me caiga bien, eh, me habría gustado pegarle un tatequieto en alguna que otra ocasión, pero eso es parte de su personalidad, igual que ser contradictoria y antipática.
Teseo, el obvio interés amoroso, no me convenció, así como tampoco lo hizo la relación. Lo único que aprecié de ello es que se va dando de a poco, aunque creo que ya tenemos todo el pescado cortado desde el minuto uno. Tampoco me gustó su conducta paternalista con Faith ni estoy de acuerdo con muchas de sus opiniones. En fin, quizás que no me caiga bien tenga algo que ver con que no me guste su relación. Sinceramente, no creo que Faith pueda estar en una relación con nadie hasta que no venza a sus mil demonios internos, pero eso es personal.
Otro personaje con el que no logré conectar porque la verdad es que estoy en desacuerdo en casi todo es Martina, la madre de Faith. No sé, no creo ser nadie para cuestionar las elecciones de vida de una mujer que pasó por tanto, pero qué cabecita, por favor. Por suerte ni la misma Faith está de acuerdo con ella en algunas cosas, aunque al principio de la novela sí y lo adjudico a que con doce años una es muy influenciable aún por las opiniones maternas. En fin, sobre el tema machismo, algo que vi en varios blogs, voy a hablar más adelante.
Los demás personajes, con mayor o menor peso, van y vienen durante la novela. Está clarísimo quién es el antagonista, pero tiene más peso al inicio de la novela y probablemente lo veamos más en el siguiente libro, porque allí es donde se alcanzaría la resolución de los hechos. Hay algún que otro personaje misterioso y el desarrollo de varios me pareció satisfactorio. Algo a tener en cuenta es lo cruda que es la novela con la vida de los personajes, sobre todo aquellos que estudian en la academia, Capua. Saben que van a morir, es probable que mueran, y algunos de hecho mueren, incluso los que son cercanos a Faith. Esto ayuda a creer un poco más en la situación que se nos plantea, ya que sus años en Capua, en los que fuera de ser esclava y estar entrenando para ser gladiadora, la pasa relativamente bien, y eso de «malvive» es bastante mentira. Ahora, yo quiero recordarles que no importa lo bien que uno esté pasando o lo buenas que sean las condiciones; si uno es esclavo, no es libre, y ya es un motivo para no estar conforme o feliz. Eso Faith no lo pierde de vista.
Me parece un buen pie para hablar un poco más de la ambientación. Tenemos un futuro relativamente cercano en el que un poco se invirtieron las cosas y ya Europa y América del Norte no son el primer mundo sino el tercero, mientras que Asia y Oceanía son el primero. Esto me pareció por un lado muy interesante y por el otro su ejecución no me terminó de cerrar, pero voy a ir por partes. Lo que más me gustó del futuro que imaginó Gema son las pequeñas cosas; la tecnología, los atisbos de cultura que tenemos, pequeñas referencias al mundo que vamos conociendo de a poco. También me gustaron el papel que tienen los medios en cuanto a lo que sabe la población y la situación de poder de las compañías multinacionales. Cosas no tan lejanas a nuestro presente, diré. Disfruté bastante de los momentos en que Faith recorre Roma o Londres y nos da su punto de vista, recuerda la importancia del arte o la historia. Me parecieron escenas bellísimas.
Tengo un disclaimer acá y es sobre algo que vi: en general, a muchos les molestó que Faith supiera tanto de cosas de nuestra época o antiguas y hasta que llorara con Gladiator (!). Sobre esto último, me parece que claramente está haciendo catarsis. Quizás su forma de ser le impida llorar ante la muerte de seres queridos, pero verse identificada en una obra de arte le deje expresar sus sentimientos. No hay que subestimar esas cosas. Sobre lo anterior, me pregunto yo, ¿acaso en nuestros días no se lee la Ilíada? En serio, no es tan difícil llegar a cultura de siglos anteriores, más cuando en su hogar se la instaba a ello. Y tampoco es como si no hubiera referencias a cultura contemporánea. Vamos.
No soy fan de la división tan tajante que se hace entre el primer y el tercer mundo, ya que creo que a pesar de las obvias diferencias que incluso podemos ver en la actualidad, no es una cosa tan de extremos. Casi parece que el mundo se dividiera en bloques, y eso sería un poco más complicado. Por otro lado, creo que la «inversión» se refiere solo a Europa y América del Norte, porque América del Sur sigue siendo tercer mundo —no ligamos una ni cuando nos invierten las cosas, eh, siempre en el horno— y de África no se sabe nada. No sé si se me pasó, pero no recuerdo ni una mención. Tampoco me hizo muy feliz el comentario de que Asia perdió la espiritualidad o de que en Europa es donde hay más arte o algo así —perdonen que lo diga burdamente, probablemente en la historia se dijera de otra forma—; estamos hablando de Asia. Hay tantísimas culturas, tan diferentes y diversas, todas cargadas de una importantísima espiritualidad y un arte milenario. No sé, esto ya es personal, eh, pero no me convenció.
Un punto del que no voy a decir nada a favor o en contra, sino que me llamó la atención, es que Faith se extrañe de que en occidente haya feministas, porque ella cree que ya no hay, a lo que Teseo le dice que en Asia no. ¿Por qué no? Es decir, dudo mucho que no existan. ¿Será acaso que los medios del primer mundo no quieren que se sepa de eso? ¿Será que están reprimidas? Sé que estoy divagando, pero me resulta interesante. Dudo que un país que permita que lugares como Goldenpark existan sea un paraíso para los derechos de la mujer. Just saying.
Y aprovecho esto para pasar a ese tema que tanto vi en varios blogs: el machismo. Sí, a ver, no hay con qué darle: estamos en un mundo machista y la gran mayoría de los personajes tiene una visión machista. ¿Quiere decir eso que la autora lo comparta o esté de acuerdo? No. Es más, si lo vemos, Faith se rebela ante esa idea —de forma muy insistente, otro de los puntos a tratar—, y hay más de un comentario de la narración que nos indica que esta no es una situación deseable. No sé, me parece que está bueno dejar claro que la mentalidad de una sociedad o personaje en una novela no tiene por qué reflejar la del autor —a veces sí, y se nota. No creo que este sea el caso—. Creo que este machismo que se respira es parte de la ambientación, de esa sociedad de mierda que se ve claramente en el worldbuilding, y que es un elemento contra el que los personajes femeninos tienen que luchar a diario. Espero yo que esa lucha sea exitosa.
Si pasamos a la prosa —sí, ya falta poquito, no se me inquieten—, puedo decir que hay diferencias entre la narración que tenemos acá y la que vemos en Legado de reyes, por ejemplo. No hay que perder de vista que son novelas muy distintas, que tratan periodos históricos diferentes —sean ficticios o no— y que a través de la narración expresan eso mismo. Por lo tanto, acá la prosa es mucho más directa, fluida, sencilla y rápida, como la mente de Faith, que narra en primera persona. Es esto lo que permite que la historia se lea casi volando, sin problemas, a pesar de no ser, como dije antes, trepidante. Creo, sin embargo, que si hubo edición —y dudo mucho que no la haya habido—, quizás debió centrarse un poco más en las ideas reiterativas que tenemos dispersas por todo el libro. Está bien que el personaje nos plantee una idea central para su vida, pero si lo hace cochocientas veces, bueno, cansa un poco. Espero que eso se resuelva en el próximo libro.
Ahora que releo un poquito, da la impresión de que tengo más que criticar que halagar, cuando en realidad es un libro que disfruté muchísimo, con el que me sentí implicada a nivel emocional y que devoré en poco tiempo. Tengo la certeza de que la segunda parte va a ser todavía más emocionante y que seguro nos da alguna que otra sorpresa bastante fuerte —tengo unas cuantas teorías sobre Malinov—, así que no pienso perdérmela. Lo recomiendo, sí, pero creo que hay que ir con otras expectativas y leer con una cierta atención. Es una lectura que vale la pena.