Nour es una niña de once años cuyo padre acaba de morir. Su madre, cartógrafa que dibuja los mapas a mano, decide mudarse de Nueva York a Siria, su tierra natal, junto a sus hijas, pero la ciudad de Homs deja de ser su hogar cuando comienzan los bombardeos, y a la familia no le queda más salida que huir de ese lugar donde la vida se extingue. La búsqueda de un lugar seguro se convierte en un viaje que los lleva a atravesar siete países. Encontrar un hogar es cada día un sueño más lejano pero también una esperanza a la que aferrarse.
Novecientos años atrás, Rawiya, otra joven de dieciséis años, emprende también un viaje en busca de fortuna que la lleva a través del mundo junto a un cartógrafo decidido a crear un mapamundi. Jennifer Zenab Maccani entrelaza estas dos vidas en un libro tan delicado como estremecedor, que nos recuerda la necesidad de apreciar los detalles de la vida: los aromas y colores del hogar, el arte de contar historias y los vínculos irrompibles de la familia.
No puedo negar que este libro lo pedí por impulso. Normalmente soy mucho más cuidadosa con lo que pido porque implica una lectura concienzuda y una reseña honesta, y no me gusta mucho reseñar libros que no disfruté. En cualquier caso, este me llamó la atención especialmente y, aunque dudé, decidí hacerle caso a mi instinto, que en verdad suele ser más certero de lo que creo a veces. ¿Hice bien? No sorprenderá a nadie esto: sí.
Esta es una de esas novelas que cuentan dos historias al mismo tiempo, como bien dice la sinopsis. Una de ellas está contada prácticamente en la actualidad —2011 no está tan lejos, pero fue hace un tiempo ya— y otra, unos ochocientos años atrás. Es Nour, la protagonista de la primera, quien nos cuenta la segunda, la de Rawiya, ya que es lo que su recientemente fallecido padre le contaba antes de dormir. Después de la muerte de su papá, Nour y su familia —dos hermanas y su madre— se vuelven al país natal de sus padres: Siria. Allí esperan empezar una nueva vida, que se ve interferida por los horrores de la guerra. Por eso, para Nour es importante recordar a Rawiya, la heroína de las historias que le contaba su papá, con quien se sentirá identificada a veces, un modelo a seguir para ella. Ambas recorren los mismos lugares y sus historias serán diría yo que análogas.
He de admitir que no es una historia fácil. Si bien no es de las que te hacen llorar todo el tiempo, creo —ya saben que yo no soy de llorar con libros—, es bastante triste y dura y da muchísima rabia ver por todo lo que tiene que pasar esa gente. De Rayiwa y sus aventuras no puedo decir demasiado, más que lo preciosa que resulta. Es la típica leyenda de viajes increíbles, criaturas despiadadas y guerreros feroces. Amo que tenga una base histórica, pero creo que es la parte que menos llena. Esto no quiere decir que no la haya disfrutado.
Nour no es una aventurera, es una refugiada. Su objetivo es sobrevivir en un mundo cada vez más difícil. Junto con su madre, sus hermanas, Abú Sayid y más gente que encuentra en el camino, llegar a un lugar seguro no va a ser nada fácil. Asimilar la pérdida de su hogar, con todo lo que eso implica, tras la pérdida de su padre, tampoco. Más cuando vivió casi toda su vida en Nueva York y en verdad recién está aprendiendo lo que es ser Siria. Recién entrando en la adolescencia, además. No tengo ni que decirles el sufrimiento que atraviesa esa familia, sin dejar de intentar mantenerse unida, tener motivos para celebrar y hasta permitirse la esperanza.
Es imposible no encariñarse con los personajes. Nour cuenta las cosas de una forma muy madura, muy sensible, sin dejar de tener su edad. La tenacidad de la madre, la calidez de Huda, la ferocidad de Zahra, la amabilidad de Abú Sayid, el vínculo hermoso con Sitt Shadid y su familia. La importancia que se le da a estos nexos, a la memoria, a disfrutar de las cosas simples, a compartir así sea la comida más humilde. Todo esto es tan importante, tan lindo en medio de lugares tan feos. Me preocupé mucho por todos y pasé muy mal con algunos. Dudo que me olvide de ellos fácilmente.
Algo que quiero destacar de Nour es que es sinestésica. Esto quiere decir que sus percepciones sensoriales son distintas: puede ver el color de un sonido, de un aroma, etcétera. Obviamente, las implicaciones de esto para una narración en primera persona son enormes. En este caso, la pluma del autor es lo suficientemente experimentada como para que aporte a la sensibilidad de la protagonista y le dé un aire poético a lo que cuenta, demás de que se relaciona con elementos de la trama. Me pareció muy bien utilizado como recurso, y eso que es peligroso utilizarlo.
Otra de las cosas que amé de este libro es que es una gran oportunidad para aprender. Amo la historia y la geografía y acá tenemos mucho de eso. Más allá de que la mamá de Nour y Al-Idrisi son cartógrafos, algo muy importante en el correr de la novela, se le da una importancia enorme al territorio y a la cultura. A lo que implica ser de un lugar, al respeto por los demás. Incluso las religiones son vistas desde esa óptica. A veces para nosotros, occidentales, es muy fácil ver estos lugares a través del cristal de los noticieros, y por eso está bueno darnos la oportunidad de aprender más. Me pareció fascinante todo.
Así que nada, espero realmente que decidan leerlo, especialmente por este último punto. Es un libro precioso, de los que te hacen sufrir un poco, pero que terminan por dejarte el pecho calentito porque aprendiste algo, porque te cambió algo. Vale la pena, ¿confían en mí?
Hola
ResponderEliminarMe ha encantado lo que cuentas de esta novela, asi que espero hacerme con ella. un beso
Hola linda! al principio leyendo la reseña entendi con lo del si y no que no te había gustado el libro xD pero leyendola me doy cuenta que obviamente te encantó. Me llama mucho la atención este libro, parece muy lindo y lo voy a tener en cuenta, porque si bien parece que han pasado muchos años tristemente es un tema actual, y me interesa ese tipo de novelas.
ResponderEliminarTe dejo un besote!
ResponderEliminar¡Hola! :)
No lo he le-ido, así que mil gracias por tu reseña :D
Besitos ^^
hola! un libro que deja huella, cuanto te quieroooo! gracias, parece muy lindo y fuerte, saludosbuhos, libros que dejan enseñanzas.
ResponderEliminar¡Hola Sofi!
ResponderEliminarMe quedé pensando en ese comienzo hermoso, para ser más exacta cuando dijiste "...una lectura concienzuda y una reseña honesta..." con todos los acontecimientos de estos días siento que a veces, se carece de estas dos.
Por otro lado, me alegro muchísimo de que tu impulso haya sido positiva, en lo personal me llamó mucho la atención los temas que se abordan en el libro. Quién sabe si más adelante no le doy una chance.
Muchas gracias por la reseña.
¡Un abrazo y un beso!
Hola Sof!!!
ResponderEliminarAy me da mucha pena no haberme podido pasar por tu blog hasta ahora, lo echaba mucho de menos porque tus reseñas son siempre tan sentidas <3
No conocía este libro pero la portada y la sinopsis me han llamado mucho la atención y con tu reseña he quedado más que convencida. Aunque no me gusta sufrir con los libros creo que este a pesar de que es duro me va a gustar.
Nos leemos, besos ^^
Hola Sofi! me interesaría mucho leerlo. Casi todo lo que he leído de los refugiados escapa a la ficción así que queda anotadísimo, abrazo.
ResponderEliminarNos leemos
Esta en mi próximas lecturas (es decir el libro que viene) y lo termine de elegir porque vos lo habías elegido jaja. Pero realmente me llamó mucho la atención la sinopsis y al leer tu reseña solo confirmo que fue una buena elección. Ya te contaré que me parece. Besitos ♥
ResponderEliminar¡Holita! Es la primera reseña que veo de este libro aunque ya vi por Twitter que te había encantado y yo es que siempre me enamoro de este tipo de historias ambientadas en Oriente, y más cuando tienen este tipo de tramas que me emocionan... Solo espero que lo tengan e la bilioteca porque ya he cubierto el cupo de compras y ya y tengo seleccionadas las de los próximos meses jejeje
ResponderEliminar¡Besitos, Sof!
Realmente tu reseña me dio muchas ganas de leerlo. No se si podré leerlo para el club pero realmente le tengo ganas. Me mega compraste con lo que dijiste. Besote
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