Heima es hogar en islandés - Reseña

¿Puede estar tu hogar a miles de kilómetros de casa?

Ver la vida en blanco y negro no es divertido.
Laura padece una extraña enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si últimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avión que sale del aeropuerto.
El destino la lleva hasta Reikiavik, Islandia. Allí conoce al simpático Orri, quien le propone emprender un viaje para recorrer el país con él y su no tan simpático amigo Guðjon. Quizá no sea una idea sensata, pero no es que Islandia ofrezca muchas opciones a una chica que se ha escapado de casa.
Lo que Laura nunca podría sospechar es que los dos islandeses esconden un secreto imposible de creer, incluso para alguien como ella, y que ese viaje la cambiará para siempre.

Creo que lo más honesto es decir que me encapriché con este libro al saber de qué se trataba. Me encantan los países nórdicos y tenía curiosidad por leer algo de esta autora, así que me pareció la oportunidad perfecta. «Muy inteligente, Sofía, pero los libros españoles demoran en llegar a Uruguay». Bueno, sí. Y esperé sin esperar, porque suponía que no iba a encontrarlo acá. Y, un día, apareció. No tenía plata, para variar, así que me dedicaba a mirarlo cada vez que iba a esa librería —que tiene cafetería— con mi novio, hasta que un día cobré una corrección y dije: «esto va para Heima». Hice bien.

Tengo debilidad por los roadtrips, tanto en la ficción como en la vida real. Recorrer un lugar tan lindo como Islandia de la mano de estos personajes fue genial. Casi me sentí ahí, viendo todo en blanco y negro como Laura, la protagonista. Las fotos que acompañan al libro ayudaron mucho. La historia parecía lenta, así que me lo tomé con calma, no como los libros que había terminado de leer antes —uno por día, qué bestia—. Este lo dosifiqué y lo disfruté muchísimo así. No es para leer en un ratito y está bien. Es una historia que se descubre de a poquito. Se va desenvolviendo. Parece una historia realista, pero no lo es. Tiene toques de fantasía muy lindos. No voy a spoilearlos. Tiene cosas muy tristes que me llegaron en serio, aunque me lo vi venir y lo sufrí por adelantado. Yo no lloro con las cosas que leo o miro porque tengo un agujero negro en vez de corazón, pero me llegó. Cerré el libro con mucha satisfacción. 

Los compañeros de viaje de Laura me encantaron: Orri y su personalidad abierta, tan cálido; Guðjon, al que conocemos de a poquito y le tomamos cariño sin poder evitarlo (hablo en plural porque asumo que lo van a leer; Auður, quien pensé que iba a ser la típica insoportable que le hace la contra a la protagonista, pero por suerte resultó ser una relación sana. Takk, Laia. Laura no me gustó tanto. Me pareció egoísta, caprichosa y muy un poco boba. Sí, se redime y aprende mucho, pero a veces decía o pensaba cada cosa que... Bueno, eso pasa con la primera persona. Nadie es perfecto y estar en la mente de alguien es difícil. Al final, terminé tomándole algo de cariño. Su decisión para con spoiler su ex me conformó. Me gusta cuando los personajes no tienen una relación abusiva, como está de moda ahora. Takk, Laia spoiler.

La prosa está bien. Hubo momentos muy lindos, pero se dieron conforme avanzaba la trama. Al principio me resultó algo floja y los primeros capítulos no me convencieron. Se fue haciendo mejor y mejor. Cuando la historia se volvía más emotiva, la narración mejoraba. Supongo que la autora, como persona y como escritura, también evolucionaba al escribir. Está muy bien.

Estuve leyendo sobre la enfermedad de Laura, la acromatopsia. Creo que esto implica más cosas de las que se desarrollan en la novela. Quizás es uno de los puntos más flojos. Al parecer, según Wikipedia (estoy citando una fuente fácil a la que todos podemos acceder, no un libro de medicina): «Además de la falta de capacidad para percibir los colores, existe una perdida importante de agudeza visual, gran dificultad de visión en condiciones de alta luminosidad, por ejemplo en las horas centrales del día, fotofobia y nistagmus (movimientos anómalos e involuntarios de los ojos)». En la historia solo se tiene en cuenta lo de la incapacidad de ver los colores. Entiendo que fuera un recurso para narrar la historia, ta, pero es gracioso que siendo que la enfermedad produce una «gran dificultad de visión en condiciones de alta luminosidad», la historia se desarrollara en un país donde en verano hay sol durante todo el día. En fin, son cosas. 

Para ir cerrando, es una novela que fue ganando puntos conforme la leía. Primero, con interés, después, con montones de emociones dándome vueltas por el pecho. Le tomé montones de cariño a los personajes y lamenté tener que cerrar el libro. Si ese no es el mejor cumplido que se le puede hacer a una historia, pega en el palo. Takk, Laia.