miércoles, 28 de agosto de 2019

La misión de Rox - Reseña

Rox ha partido a la región del oeste, devastada por los monstruos, en busca de una aldea perdida habitada por Guardianes. Mientras una riada de supervivientes acude a la Ciudadela en busca de un refugio seguro, tras sus muros florece un nuevo movimiento filosófico, la Senda del Manantial, cuyo líder predica el fin del mundo conocido… para bien o para mal.
Xein, por su parte, ha sido enviado a la Última Frontera, el lugar desde donde los Guardianes defienden la civilización de la amenaza de los monstruos, y de donde pocos regresan con vida. Axlin se ha propuesto rescatarlo; mientras prepara su viaje, y al investigar sobre la Senda del Manantial con la ayuda de Dex, encuentra pistas que la conducen a una época anterior a la Ciudadela, donde podría hallarse el origen de la plaga de monstruos que asola su mundo.

En esta última entrega de la trilogía Guardianes de la Ciudadela los destinos de los protagonistas se entrelazan una vez más, condicionados por secretos y revelaciones que pondrán en peligro los cimientos de su relación, pero que también podrían suponer la clave para salvar su mundo de la tiranía de los monstruos.

Leer la tercera y última parte de esta saga era una cuestión de tiempo. Después de lo mucho que disfruté la segunda parte, El secreto de Xein (que para mí fue una mejora respecto al primero, El bestiario de Axlin), estaba clarísimo que necesitaba continuar. Tras los misterios y revelaciones del segundo libro, que fue más de intrigas que de aventuras, a diferencia del primero, necesitaba saber. Por acá ya saben que suelo anticiparme a las cosas y muchas veces adivino finales o plot twists, pero con esta saga me venía sorprendiendo mucho y me alegra decir que siguió siendo así en su mayor parte.

Les venía diciendo que el primero fue sobre todo de aventuras, mientras que el segundo tuvo más misterios y acción dentro de un mismo escenario. Pues este último es una mezcla de las dos cosas: no perdemos las intrigas y misterios de la Ciudadela, pero también hay acción fuera de ella. Una gran combinación para un libro tan largo como este, que además busca cerrar todos los cabos sueltos. De alguna manera, para hacerlo, termina abriendo un montón de caminos más, que son una puerta hacia el pasado de este mundo y los motivos por los que los monstruos están en él. Es decir, lo que venimos esperando hace dos libros.

El anterior libro nos dejó tres frentes abiertos: el de Axlin, en la Ciudadela, el de Xein, camino a la Última Frontera, y el de Rox, en busca del enclave en el que nació. Los tres se enfrentan a situaciones que los hacen plantearse todo lo que saben sobre su mundo y los monstruos. No quiero spoilear nada de este libro ni de los anteriores, pero los que leyeron se imaginarán a qué me refiero. Estas tres líneas narrativas son muy interesantes, creo que en general por igual, ya que cuando pasaba a la trama de otro personaje me frustraba no saber qué pasaba con el que venía siguiendo. A lo mejor el que menos me interesó fue Xein, ya que no conecté tanto con él como con Axlin o Rox —a las que amo mucho mucho y no sé qué hacen perdiendo el tiempo con Xein—, pero los descubrimientos que hace en la Última Frontera también me parecen fascinantes.

Algo que me pareció fascinante, sobre todo de la segunda novela en adelante, es lo aterradores que son los monstruos innombrables. Solo de imaginarme su existencia, se me ponían los pelos de punta. Eso es un puntazo a favor de la historia. Mucho más que los que son evidentemente horribles o los colosales, porque estos son... Bueno, como ya saben. Y la autora lo sabía, por eso escribió ciertos capítulos en los que se habla más sobre ellos. La verdad es que conocer el origen de todo fue más que interesante. Llegó un punto donde pude más o menos darme cuenta de por dónde iba la cosa, pero ya estaba súper avanzada en la trama. Valoro montones eso; en general, como les contaba, suelo adivinar los giros y eso —no porque sea especialmente inteligente, es algo que pasa cuando leés mucho y/o escribís—, pero acá muchas cosas me tomaron desprevenida y me encantó que así fuera.

Además, no es fácil mantener la tensión y la intriga por casi setecientas páginas. En algún momento, claro, la información empezó a llegar con más frecuencia, pero las ganas de saber ya eran muy altas y fue bien recibido todo. Spoiler grandote Tengo que admitir que esperaba que el origen de los monstruos fuera otro y, si bien no me decepcionó, me descolocó. Igual, me gusta la idea de que sea algo así, medio absurdo, y no algo intrínsecamente malvado spoiler. Igual, me pareció excelente cómo todas las pistas fueron dejadas a lo largo de los tres libros y cobraron sentido en este. Las descubrimos a la misma vez que los personajes, con la misma fascinación y horror que ellos.

Tengo que decir también, ahora que ya conocemos todo lo que se podía conocer, que me encantó el desarrollo de este mundo. Se aleja bastante de los mundos de fantasía más clásicos, aunque podemos reconocer rastros de ellos en él. Es un mundo decadente, en constante peligro. Si bien varios lo relacionan con el mundo de Shingeki no Kyojin —yo misma noté esta similitud—, creo que toma otro camino. Es más viejo, más primitivo, digamos. Me encantó cómo todo se ajusta a las necesidades de la gente, a la supervivencia frente a los monstruos. Desde las formas caseras de protegerse de ellos hasta las intrigas de la Ciudadela. La manera en la que los monstruos influyen en las clases sociales más altas, el rol de los guardianes en la sociedad... Es un mundo sólido, creíble, y del que me gustaría saber más. Me atrevo a decir que como trilogía es muy superior a Memorias de Idhún, por lo excelente de su ambientación y construcción y por lo mejor desarrollados que están los personajes principales.

En verdad, el único momento en el que dudé respecto a darle cinco estrellas —igual se las di— fue con el final. El clímax se me hizo algo pobre en cuanto a la epicidad de todo lo que venía sucediendo, aunque entendí el porqué de las cosas. Me habría gustado algo más de emoción, de acción. Tal vez fueron las expectativas que me jugaron en contra, tan embalada como estaba hacia el final. Lo que pasa después, las últimas páginas, me gustaron bastante. Como cierre creo que es bastante satisfactorio.

Así que, ahora que ya terminé la saga, me quedo con el vacío de saber que se acabó, pero contenta porque me dejó satisfecha y porque me hizo encontrarme con una Laura Gallego más madura, con nuevas historias que lograron fascinarme tanto como las que leí de adolescente. Recomiendo montones estos libros a los amantes de la fantasía y a los que tengan ganas de embarcarse en una aventura llena de emociones, peligros y monstruos. ¿Se animan?

miércoles, 21 de agosto de 2019

Todo lo que sé sobre un corazón roto - Reseña

Del autor de Cómeme si te atreves

Ella no quiere creer en el amor.
Él siempre ha querido enamorarse.
Ella escribe en su diario a una escritora muerta.
Él no quiere saber nada de la muerte.
Lo que Marc sabe de Simone es lo que cuentan sobre ella en el instituto. Lo que Simone sabe sobre Marc es lo que ningún chico había hecho antes por ella. Desde que a Simone le rompieron el corazón su pasión por el dibujo ha crecido, es una vía de escape porque nunca ha hablado con nadie de lo que pasó. Aunque cuando llega Marc es su gran oportunidad para empezar a creer en las personas.
Todo lo que sé sobre un corazón roto es que en el mundo hay parejas que se conocen, se besan, se enamoran y rompen.
¿Y si la vida es demasiado triste para ser feliz?



Hacía siglos que quería leer a este autor, al que le sigo la pista desde los años de los foros literarios en mi/nuestra adolescencia. Cuando vi que había publicado por primera vez (Cómeme si me atreves), me alegré montones y lo dejé apuntado, aunque por la temática (y esta es una cuestión personal) preferí esperar para leerlo. En fin, que cuando salió este, de inmediato captó mi atención y fue por el que quise arrancar a leer a Daniel. No solo por la bellísima portada, sino por todo lo que prometía la novela.

Hoy, a diferencia de otras veces, voy a arrancar hablando de la narración de este libro y de cómo está ordenado. No es lineal. A veces —con aviso— se nos cuentan cosas que pasaron antes. En general, la historia la cuenta la protagonista, Simone, en primera persona del presente, pero hay algunos capítulos de Marc e incluso uno en tercera persona. Y tenemos fragmentos del diario de Simone, del antes y del ahora. Esto hace que, más que una historia que podemos seguir así nomás, tengamos que reconstruir un poco lo que pasó, retroceder en el tiempo, tomar carrera. Me pareció una elección oportuna, si tenemos en cuenta el tipo de historia y el mensaje que transmite, la atmósfera que busca construir. Fue, además, lo que me hizo entender alguna que otra cosa que no me terminaba de cerrar de la novela y de cómo estaba contada, que al principio me costó mucho. Les explicaré.

Uno de los problemas que tuve era que la narración se me hacía poco natural. Tanto la forma algo barroca en que estaba contada como los diálogos, irreales en personajes de esa edad o en personas comunes, me chocaban mucho. Entonces me di cuenta de que eso no era así por casualidad. No se trata de un libro hecho para reflejar la realidad cotidiana, sino que a través de las palabras, de una prosa más poética y de unos diálogos que reflejan lo que nos pasa por el pecho y no por la mente, se crea un mundo que no es nuestro mundo y a la vez sí lo es. Más allá de las peculiaridades propias de Simone o de Marc. Cuando me hice amiga de esa idea, la lectura fluyó mucho más y ahí sí que pude disfrutarlo.

También está cuestión de que Simone es una narradora compleja. Una chica que siente mucho, pero oculta todavía más. Que ama pintar, el arte, la poesía de las cosas, la vida sencilla con su familia. Que ama mucho, pero no se lo permite. Que no se entiende. Contradictoria, vengativa, rota. Que tiende al autoboicot hasta que se permite sanar. De la que se ha dicho mucho, pero en verdad se sabe muy poco. De pocos amigos, de palabras bellas. De futuro incierto, que cada vez toma más forma. No es fácil quererla, pero a fin de cuentas eso requiere ponerse en su lugar, y la empatía no siempre es fácil. Simone no es una persona que pueda atarse, que pueda sacrificar su libertad y su crecimiento por otras personas, por mucho que las quiera. Eso es parte de la historia, pero no todo. Hay muchas más aristas que van a descubrir cuando se lancen a sus páginas.

Llegué hasta acá sin contarles, en verdad, de qué va toda esta historia. Pero, como les conté, no es una novela lineal. Es una novela de personajes en su mayor parte y lo que contemplamos es su crecimiento. Las cosas de su pasado que los convirtieron en lo que hoy son. Lo que tienen que vivir en su último año de secundaria para poder ser quienes van a ser. Cómo lidian con la soledad, con el desprecio, con el duelo, con la fama, con la traición. Leer esta novela es acompañarlos, a veces vernos en ellos incluso. Si me pusiera a contar de verdad de qué va, siento que diría demasiado. Es de esos libros para perderse, más que para seguir un camino.

Al igual que con la narración, me costó llevarme con los personajes. Salvo con Marc, el chico de ciencias, que me conquistó desde el momento uno. Con Simone fue más difícil, pero entre ella y su familia lograron quedarse conmigo al final de la novela. Los demás secundarios tuvieron sus momentos, y aunque aprecio que hubiera cierta diversidad étnica, no siempre me gustó su representación. No es algo que enturbiara mi lectura, pero sí me chocó en algún momento, aunque fuera mínimo. Como pasa siempre con las novelas escritas en primera persona, en fin, es muy fácil que el protagonista acapare la atención y que tenga más vida que los demás. Acá pasa un poco, pero no creo que juegue en detrimento de la historia, justamente por el tipo de historia que es. Sí quiero decir que, aunque algún personaje me resultó cliché, muchos tuvieron su momento de redención —literaria, al menos— y, al final, terminó por volverse todo mucho más sororo de lo que creía y me dejó contenta.

En cuanto a la ambientación, una de las cosas que más me gustaron es que, a pesar de que sabemos que estamos en España, se haga mención a La Ciudad y a La Capital. Le quita peso a los lugares reales y nos envuelve más en esa atmósfera como sacada de la ficción en la ficción, difícil de ubicar y que encaja a la perfección con la forma en que se cuenta la historia. Me gustó el cuidado y el amor que se nota que hay por esa Ciudad que no se nombra. Se conoce cada lugar, la importancia que le dan los personajes a estos, cómo influyen en sus vidas, en sus historias personales. El trigal, la playa, los lugares que visitan y que evitan. Estas cosas hacen que el entorno se convierta en un personaje más que, por supuesto, crece a la par que los demás. Aplaudo que una ambientación que podría haber pasado desapercibida tuviera esta importancia y este desarrollo.

En fin, ¿qué puedo decir? Tal vez no empecé la lectura con buen pie y tuve miedo de que me decepcionara, sobre todo por lo bien que me cae el autor. Por suerte, pronto entendí de qué venía la cosa, cómo leerlo, y puedo decir que lo disfruté mucho. Es una novela preciosa, sobre el duelo y sobre aprender a sanar, sobre aceptar el amor y aceptarse uno mismo. No me atrevo a recomendarla a todos, pero sin duda muchos van a saber apreciar su valor. No tengan miedo de arriesgarse.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Sophie en los cielos de París - Reseña

Tras hundirse un barco en el Canal de la Mancha, una niña de apenas un año aparece flotando en un estuche de violonchelo y es rescatada por un erudito y aventurero londinense llamado Charles Maxim. De esta forma tan extraordinaria comienza la conmovedora historia de Sophie y Charles, quien, una vez constatada la desaparición de la madre de la niña, se convierte en su tutor legal. Sin embargo, con el paso del tiempo, se apodera de Sophie la idea de que su madre sobrevivió al naufragio, y aunque Charles le advierte que eso es casi imposible, para ella el «casi» significa que existe «alguna» posibilidad, y ésta, por remota que sea, jamás debe descartarse.
Así pues, a pesar de que la única pista que tienen es una dirección parisina grabada en el estuche del chelo, Charles, que lo daría todo por verla feliz, accede a acompañarla a París para iniciar la incierta búsqueda. Allí, en una noche mágica, Sophie conoce a Matteo y sus amigos, unos jóvenes vagabundos que recorren la ciudad por los tejados y que enseguida se prestan a ayudarla para que su sueño se haga realidad.

«Una escritora con una voz profundamente personal y una imaginación fecunda.» Philip Pullman

Llegué a esta novela gracias al Infoblog del año pasado y a la generosidad de Gussi, que regaló libros a los participantes. No tenía mucha idea, la verdad, pero ya saben que no puedo resistirme a libros con protagonistas que tienen mi mismo nombre. Pasó mucho tiempo y, entre otras lecturas más urgentes, lo dejé estar, aunque nunca salió de mi mesa de luz. Ahora, en el mes de mi cumpleaños, dije «¿por qué no?» y lo tomé. Y fue un acierto.

La novela nos cuenta una historia que, en principio, es de lo más disparatada. Por el tono de la narración y según vamos avanzando, se nota que es intencional. Que es de esos libros que funcionan tanto para niños como para adultos. De esos que mezclan situaciones insólitas con pequeñas dosis de realidad —que vienen siempre de adultos, quienes podrían arruinar la felicidad de los protagonistas — y se las arreglan para salir triunfales y que el lector se sumerja en el relato. ¿Que Charles Maxim encuentra a la bebé en la caja de un cello y decide quedársela y criarla? Sí. ¿Que usan libros en vez de platos hasta que Sophie deja de romoperlos? Precioso. ¿Que hay toda una sociedad de jóvenes y niños viviendo en los tejados de París? Dame. La fantasía toma el poder de esa manera, a pesar de que la única magia está en la forma en que se nos cuenta esta historia tan particular.

Es importante hablar de la prosa ahora. De la manera bellísima en que la autora describe las cosas, hace comparaciones inesperadas que, sin embargo, funcionan y transmiten lo que considero que es la esencia del libro. No es una narración pesada ni lenta, el libro se lee muy rápido, pero yo aconsejo que se tomen un momento para apreciar la forma en que está escrito. Es parte de lo que hace que le tomemos tanto cariño a los personajes y a sus peripecias.

Sophie es una criaturita salvaje, una niña que creció alejada de las rígidas normas sociales de la época —no sabemos cuál, pero se intuye que no es la nuestra— y cuyas prioridades siempre son aprender, divertirse, ir más allá. Criada llena de amor y libertades por Charles, un hombre muy peculiar y con poca vocación de adulto, es quien quiere ser y no quien otros adultos a cargo quisieran que fuera. A pesar de todo, sigue convencida de que su madre no murió en el naufragio y que puede ir a buscarla. Tras un descubrimiento y ciertos apuros, Charles y ella viajan a París para intentar encontrarla. Y así es como Sophie se encuentra con Matteo y los demás tejabundos, la gente que vive y malvive en los tejados de París. Por supuesto, esto representa un desfile de personajes entrañables, insólitos, que ayudarán a Sophie a encontrarse con su madre. A pesar de los riesgos, que no faltan.

La ambientación parisina es espléndida, distinta a lo normal ya que la perspectiva se ajusta a la novela y a la experiencia de los personajes, tanto en las calles como en los tejados. Da ganas de conocer ese otro París, más cerca del cielo y de las estrellas. La prosa, como mencionaba antes, ayuda mucho.

Tal vez lo único que no me convenció fue el final. A mí los finales abiertos me gustan, y aunque este no lo fue tanto, me pareció abrupto. Quedaron algunos hilos sueltos. Se entiende que no es lo más importante y supongo que la novela va hasta donde le interesaba a la autora. No perjudicó mi lectura, pero me habría gustado que hubiera un poco más de cierre.

Este libro, bastante corto y fácil de leer, me pareció una belleza. Una novela narrada con amor, con personajes queribles y una perspectiva peculiar. De esos que, insisto, pueden ser disfrutados por grandes y chicos. Aunque pase el día del niño, igual lo pueden regalar, eh. A los adultos, también. En serio.

martes, 6 de agosto de 2019

Los ojos del perro siberiano - Reseña

Desde que estoy enfermo, en los ojos de algunos veo temor, reproche, intolerancia, lástima, miedo, enojo, vergüenza, curiosidad. Los únicos que me miran igual son los ojos de mi perro.
















Si tengo que ser sincera, este libro me sonaba de haberlo visto en una reseña y poco más. Recientemente, lo escuché nombrar en la Feria del Libro de Buenos Aires. No tenía mucha idea y, aunque me llamaba la atención, no la suficiente. Cuando llegó a mí la oportunidad de leerlo, fue una sorpresa y un gusto. Al fin iba a saber de qué trataba, al menos, ya que no lo recordaba y no había vuelto a buscar. Fue una gran idea leerlo sin buscar nada: vale la pena saber poquito e ir metiéndose en la historia.

En líneas generales, les puedo contar que la novela trata de un preadolescente —está en esos años en los que la niñez y la adolescencia se mezclan, sí— de una familia «de bien» argentina. De esas casi aristocráticas, en las que las apariencias juegan un papel muy importante, tal vez más que otra cosa. La voz que nos narra, sin embargo, es la del protagonista ya adulto, a punto de marcharse a Estados Unidos. Lo único que sabemos con certeza, además de la partida, es que el hermano del protagonista está muerto. Y así empieza. De verdad no hay mucho más que quiera decir respecto a la historia en sí. Fue un placer, aunque a veces doliera, ir descubriendo la trama de a poco, junto con el protagonista en su juventud. Conocer a sus estrictos padres, a una sociedad rígida, a una abuela sabia con un corazón enorme, a un hermano que le abre las puertas al otro para poder ser.

La voz del protagonista, que nos narra, es muy melancólica. Sabe bien lo que le pasó en la vida, por lo que nos cuenta todo con una suerte de resignación. Esto hace que la prosa sea muy íntima y cercana y que todo nos llegue de verdad. Además, juega muchísimo con referencias culturales y geográficas que son fáciles de entender, más allá de que uno no sea argentino —si estuviste en Argentina al menos alguna vez, quizás sea más fácil—, y están bien puestas. Generan un efecto en el lector más allá de la familiaridad.

Otro recurso que está muy bien utilizado es la edición. No sé cómo era la original, pero la de Norma es una belleza ya desde el olorcito del papel, grueso. No diría que es precisamente un libro ilustrado, pero sí que juega con el diseño del texto para que el efecto de las palabras sea distinto sobre el lector, en los momentos adecuados.

El efecto de las palabras es algo que no quiero dejar de resaltar, por más que haga que la reseña se vuelva repetitiva. Es maravillosa la forma en la que todo el libro cumple la función de resaltar los momentos más emotivos, los que más se te quedan prendidos del pecho, pero es la prosa misma la que te induce esas sensaciones también. La que te hace pensar y sentir y enojarte a veces y suspirar otras. Si la idea del libro es que el mensaje principal llegue, pues lo consigue.

Como ya dije, no quiero meterme demasiado en la novela. Tampoco hay tantos personajes ni se puede hablar mucho de ellos sin contar de más, así que solo puedo decirles que me parecieron bien construidos, reales en el sentido de que he visto gente así y es un mundo que lamentablemente existe. Lo que sí quiero hacer es dar un trigger warning para los que no se sientan cómodos con la idea de la muerte o con leer sobre enfermedades terminales. Sabemos desde un inicio que el hermano del protagonista muere, pero entiendo si algunos prefieren no leer sobre esas cosas.

Más allá de todo, es una novela hermosa, que me dejó pensando y que me alegra haber podido leer, pues superó toda expectativa que pudiera tener. La recomiendo muchísimo y espero que puedan conseguir esta misma edición, que aporta bastante a la lectura. ¡No dejen de darle una oportunidad!

miércoles, 31 de julio de 2019

El príncipe del sol - Reseña

“Esta historia comienza con el príncipe que vivía en el reino del sol… y con la chica que quería salir de ahí”. 

La nación del sol y el reino de la luna han logrado mantener la paz durante un milenio, pero hoy todo parece estar perdido, los vientos de guerra amenazan ambos territorios.
Emil es el príncipe heredero a la corona del sol, y ese siempre ha sido el deseo más grande de su corazón… pero no en estas circunstancias. Ahora lo que más quisiera es evitarlo a toda costa. Elyon es una solaris con un espíritu libre y soñador. Lo que más anhela es descubrir nuevos lugares y tener muchas aventuras. Y hará lo que sea para lograrlo. Es por eso que convence a Emil de emprender un arriesgado viaje por Fenrai antes de que los rumores sobre los siniestros planes del reino de la luna se vuelvan realidad. Pero la travesía se torna cada vez más peligrosa y desconcertante cuando descubren la verdad detrás de algunos secretos que era mejor no revelar. ¿Valdrá la pena poner en riesgo su vida para salvar el lugar que los ha visto crecer?

Estoy segura de que muchos conocen a la autora por su canal de booktube, Clau Reads Books. Desde hace un tiempo, Clau venía contándonos sobre la novela que estaba escribiendo, sus avances y pormenores, y del proceso de publicación una vez fue aceptada por una editorial.Cuando llegué a la novela, ya sentía una cierta cercanía con los personajes y su mundo. Pero no nos adelantemos. Conseguí el libro en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, a la que Clau volvió a asistir. Tuve la suerte de poder ir al evento en el que ella participaba y que me firmara el libro.

Debo decir que, aunque estaba relativamente hypeada, también me quise tomar esta publicación con cautela por los motivos obvios. Luego, leí algunas reviews en Goodreads que me hicieron bajar a tierra el libro, cosa que siempre hace que lo termine disfrutando más. A modo de recomendación personal, les diría que tomaran este libro como un middle-grade que va poniéndose más maduro y complicado hacia el final. Creo que con esa actitud es más fácil que el libro se ajuste a sus expectativas. No lo digo como algo negativo, sino porque es muy fácil que la experiencia de un lector se vea afectada por lo que espera.

Entonces, si hablamos de la historia general, es bastante sencilla y un poco genérica. La novela se divide en tres partes bien distinguibles entre sí: una más bien introductoria, otra en la que los personajes van adentrándose en la trama y una última para el desenlace, que es la más intensa y, con diferencia, la que más me gustó. Al principio me costó un poco engancharme, pero conforme pasaban las páginas se me hizo más fácil tomarle el ritmo. Igual, hubo partes que se me hicieron un poco cuesta arriba o predecibles. En general, es una historia de aventuras con algo de intrigas de la corte, aunque no se centra en esto especialmente sino en la búsqueda de la reina Virian, desaparecida hace meses. Esta desaparición ocasiona que se inicie el Proceso para coronar a Emil, nuestro protagonista, pero él y su grupo de amigos terminan por elegir un camino diferente, que implica innumerables peligros. Me gustó que sus decisiones tuvieran consecuencias, que se ven perfectamente en la última parte del libro, que es la mejor escrita y la más intensa e interesante de todas.

Aunque los principales personajes son el grupo de amigos, hay dos claros protagonistas: Emil y Elyon, que son bastante opuestos. Emil es más tranquilo, bastante miedoso e inseguro, especialmente ahora que tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros. Elyon es valiente, decidida y soñadora. Su sueño es poder vivir aventuras en lugares desconocidos, todo lo contrario a Emil, que no quiere salir de su ciudad si es posible. Ambos, de todas maneras, ocultan más de un suceso importante en su pasado que define lo que son ahora, y eso me pareció muy bien. Creo que los dos crecen a lo largo de la trama y me gustó el vínculo que tienen. Más allá de que la autora nos haga sufrir al final.

El resto del grupo se difumina un poco, pero me gustó la variedad. Mila me cayó muy bien por lo serena, valiente y porque amo que haya personajes LGBT naturalizados. En verdad, en este mundo están naturalizados y me parece precioso. Gianna también me pareció interesante, pero sospecho que vamos a conocerla mejor en el siguiente libro. De Gavril me quedé con las ganas de saber más, pero no me cayó mal. Ezra, el hermano mayor de Emil, me gustó mucho y también me intriga saber más de su relación con Bastian, del que no quiero decir mucho. Creo que todos ellos son un gran soporte y proporcionan visiones útiles para el desarrollo de la trama, pero tuve un problema: para mí todos tenían una edad menor que la que decía el libro. No pude imaginarme a los de 17 con más de 13, 14. Esto fue un problema, porque hay intenciones de casar a Emil y... bueno, eso. Por este motivo también considero que se asemeja más a leer un middle-grade, pero al final termina volviéndose todo más maduro y oscuro. 

Sobre otros personajes más secundarios, como Rhea, Zelos y los demás, tengo poco que decir salvo que algunos me gustaron más, como la primera, y otro menos, especialmente porque se me hicieron vagos o cliché. Es más, algunos nombres, al ser tomados de otras obras de fantasía —no lo veo mal, ojo—, me complicaron visualizar a esos personajes en particular. Por ejemplo, el rey Arthas, incluso a veces Elyon. Los villanos, bueno, creo que en este primer libro vimos recién la punta del iceberg, así que esperaba algo así. Y respecto al plot twist final, si bien casi toda la novela me pareció predecible, ese me agarró por sorpresa

Donde tuve más altibajos fue con la narración y con la ambientación, que van muy de la mano. Creo que la autora tiene mucho potencial y lo demuestra con momentos preciosos, con la tensión construida sobre todo al final, con recursos excelentes. Pero le falta trabajo editorial y muchas partes se ven muy amateur. Obviamente, va a mejorar con el tiempo, pero es importante mencionarlo. Respecto al mundo, hay cosas que me encantaron y otras que se me volvieron muy genéricas y, en verdad, superficiales. Ojalá en el segundo volumen se profundice en la magia, en la historia y en la cultura de Fenrai, porque podría ser muy, muy interesante. Insisto, el potencial está.

No puedo terminar la reseña sin resaltar el precioso trabajo en la edición. La portada con los detalles en dorado, las ilustraciones, el mapa... Como objeto, es precioso y sin duda vale la pena tenerlo en formato físico.

En conclusión, es una novela que tira más al middle-grade y que mejora según pasan las páginas. Empieza de forma más bien inocente y luego toma un cariz más serio y oscuro, cosa que la autora maneja muy bien. Creo que es tiene mucho potencial y realmente espero con ganas el segundo libro. Ustedes, ¿conocían a la autora? ¿Piensan leer esta novela? Mientras tanto, les dejo la playlist para que puedan ir metiéndose en la historia...



miércoles, 24 de julio de 2019

¿Y si fuéramos nosotros? - Reseña

Arthur está en Nueva York solo por el verano, pero si Broadway le ha enseñado algo es que el universo te puede enviar un impresionante romance cuando menos te lo esperas.
Ben piensa que el universo debe ocuparse de sus propios asuntos. Si el universo lo apoyara, no estaría en camino a la oficina del correo llevando una caja con las pertenencias de su exnovio.
Pero cuando Ben y Arthur se encuentran en el correo, ¿qué es exactamente lo que el universo les tiene reservado?
Tal vez nada. Al fin y al cabo, se separan.
Tal vez todo. Al fin y al cabo, se reúnen.
Pero ¿qué sucede si no pueden lograr una primera cita exitosa… o una segunda… o una tercera?
¿Qué sucede si Arthur se esfuerza demasiado para hacerlo funcionar… y Ben no se esfuerza lo suficiente?
¿Qué sucede si la vida no es realmente como una obra de Broadway?
Pero ¿y si lo es?


Primero que nada, queridos lectores de este blog, tengo que sincerarme con una cosa: nunca leí, por separado, a Adam Silvera o a Becky Albertalli. No porque no quisiera, sino porque así se dieron las cosas. Cuando tuve la oportunidad de leer este, fue un sí enorme. Con todo lo que se habla de estos autores, quería conocerlos más. Y la historia se veía tan linda que, ¿por qué no? Estoy contenta de haberlo hecho, porque fue un libro muy lindo de leer.

La verdad es que, igual, no fue lo que esperaba. Y esto lo digo como algo positivo, eh. Creía que iba a encontrarme con un libro ligerito, súper soft y sencillo, y aunque es verdad hasta cierto punto, también es otras cosas. Si bien empieza con algo parecido al insta love —que, hagamos una salvedad, más que insta love es atracción y ganas de conocerse— y la relación se da bastante rápido —porque tienen un tiempo limitado para ello—, no todo es perfecto o mágico. A veces las cosas son agridulces, a veces la química no funciona, a veces hay malentendidos. A veces el amor decepciona y esto está muy bien plasmado en el libro. Y no es un libro que se centre solo en el amor, sino también en la amistad, en la familia, los miedos sobre el futuro, las cosas que nos hacen ser nosotros mismos, etcétera. Muy apropiado para una novela juvenil, más real, más tangible.

Esto no quiere decir que no haya cosas criticables. Sí, que se gusten de una lo hemos visto antes. Sí, la forma en que se buscan es un poco demasiado. Sí, los malentendidos son demasiado dramáticos y tal vez innecesarios. Sí, el romance es muy intenso —aunque, vamos, son adolescentes, ser intensos es parte de la adolescencia. Aunque lo noté, nada de esto hizo que disfrutara menos de la novela, a decir verdad. Lo único que a veces me saturó un poco fue la gran cantidad de referencias a cosas, pero muchas estaban justificadas por el contexto.

Como pueden ver, es una novela de personajes, narrada a dos voces en primera persona. Primero conocemos a Arthur, un chico muy burbujeante, por decirlo de alguna manera. Bastante alegre e ingenuo, que recién está llegando a Nueva York y mira todo con ojos entusiasmados, desde su vida cómoda y más bien feliz, a pesar de una o dos cosas. Por otro lado, Ben es un poco más complicado. De padres latinos con una vida más bien modesta, está cursando la escuela de verano tras terminar una relación relativamente larga. Estas diferencias hacen que, a la vez, ambos sientan ciertos complejos a la hora de relacionarse, cuya superación será fundamental, además del apoyo mutuo en las situaciones que los hacen infelices. Y por eso es que tienen varias primeras citas, hasta lograr una que los deje realmente contentos con lo que están empezando.

Por suerte, esta no es una de esas novelas donde los personajes que no sean los protagonistas se desdibujan. No, acá los amigos y las familias de ambos tienen mucha relevancia. Desde el mejor amigo de Ben, Dylan, que parece estar encontrando el amor —por fin— en Samantha —que es un personaje que adoro—, hasta Ethan y Jessie, los amigos de Arthur que se comunican por videollamada desde Georgia, incluso las amigas de la oficina donde Arthur es becario o Hudson, el ex de Ben, y Harriett, la amiga de este y ex de Dylan. Todos tienen su peso, sus complejidades. Las familias, además de mostrarnos distintos tipos de realidades familiares, nos muestran bastante sobre diferencias étnicas y religiosas y cómo se pueden llevar de manera armoniosa, dado que la familia de Arthur es judía y la de Ben, católica. Todo esto hace que la novela sea más creíble.

Respecto a cómo está escrita la novela, la gran ventaja de que tengamos ambas perspectivas es que sabemos lo que está pasando por las cabezas de los dos. Hay poco espacio para la incertidumbre en ese sentido, pero tenemos mucho más para explorar de cada uno. No conozco a los autores como para saber qué tanto hay de cada uno, pero la lectura se me hizo amena. Me parece que ambos personajes equilibran bastante bien la historia sin que uno tome más peso que el otro, por ejemplo. La narración también es fluida y divertida, exceptuando, ya saben, eso de la cantidad de referencias. La ambientación neoyorquina me pareció preciosa y me sentí más identificada con Arthur, que todavía no perdió el sentido de la maravilla y se entusiasma con todo lo que ve. Me dio mucha ternura, además. 

En cuanto al final, sé que a muchos no les gustó. A mí me pareció bien. Agridulce, maybe, pero realista. Prometedor, en verdad. No quiero spoilear, así que cada uno verá qué le parece. A mí no me disgustó. Así que nada, creo que es un libro muy lindo, sin perder cierto realismo, a pesar de algunas cosas. Muy recomendable para el verano, que es donde transcurre la historia, además. Ustedes lean y después me comentan qué les pareció, ¿sí?

miércoles, 17 de julio de 2019

Un mapa de sal y estrellas - Reseña

Nour es una niña de once años cuyo padre acaba de morir. Su madre, cartógrafa que dibuja los mapas a mano, decide mudarse de Nueva York a Siria, su tierra natal, junto a sus hijas, pero la ciudad de Homs deja de ser su hogar cuando comienzan los bombardeos, y a la familia no le queda más salida que huir de ese lugar donde la vida se extingue. La búsqueda de un lugar seguro se convierte en un viaje que los lleva a atravesar siete países. Encontrar un hogar es cada día un sueño más lejano pero también una esperanza a la que aferrarse.

Novecientos años atrás, Rawiya, otra joven de dieciséis años, emprende también un viaje en busca de fortuna que la lleva a través del mundo junto a un cartógrafo decidido a crear un mapamundi. Jennifer Zenab Maccani entrelaza estas dos vidas en un libro tan delicado como estremecedor, que nos recuerda la necesidad de apreciar los detalles de la vida: los aromas y colores del hogar, el arte de contar historias y los vínculos irrompibles de la familia.


No puedo negar que este libro lo pedí por impulso. Normalmente soy mucho más cuidadosa con lo que pido porque implica una lectura concienzuda y una reseña honesta, y no me gusta mucho reseñar libros que no disfruté. En cualquier caso, este me llamó la atención especialmente y, aunque dudé, decidí hacerle caso a mi instinto, que en verdad suele ser más certero de lo que creo a veces. ¿Hice bien? No sorprenderá a nadie esto: .

Esta es una de esas novelas que cuentan dos historias al mismo tiempo, como bien dice la sinopsis. Una de ellas está contada prácticamente en la actualidad —2011 no está tan lejos, pero fue hace un tiempo ya— y otra, unos ochocientos años atrás. Es Nour, la protagonista de la primera, quien nos cuenta la segunda, la de Rawiya, ya que es lo que su recientemente fallecido padre le contaba antes de dormir. Después de la muerte de su papá, Nour y su familia —dos hermanas y su madre— se vuelven al país natal de sus padres: Siria. Allí esperan empezar una nueva vida, que se ve interferida por los horrores de la guerra. Por eso, para Nour es importante recordar a Rawiya, la heroína de las historias que le contaba su papá, con quien se sentirá identificada a veces, un modelo a seguir para ella. Ambas recorren los mismos lugares y sus historias serán diría yo que análogas.

He de admitir que no es una historia fácil. Si bien no es de las que te hacen llorar todo el tiempo, creo —ya saben que yo no soy de llorar con libros—, es bastante triste y dura y da muchísima rabia ver por todo lo que tiene que pasar esa gente. De Rayiwa y sus aventuras no puedo decir demasiado, más que lo preciosa que resulta. Es la típica leyenda de viajes increíbles, criaturas despiadadas y guerreros feroces. Amo que tenga una base histórica, pero creo que es la parte que menos llena. Esto no quiere decir que no la haya disfrutado.

Nour no es una aventurera, es una refugiada. Su objetivo es sobrevivir en un mundo cada vez más difícil. Junto con su madre, sus hermanas, Abú Sayid y más gente que encuentra en el camino, llegar a un lugar seguro no va a ser nada fácil. Asimilar la pérdida de su hogar, con todo lo que eso implica, tras la pérdida de su padre, tampoco. Más cuando vivió casi toda su vida en Nueva York y en verdad recién está aprendiendo lo que es ser Siria. Recién entrando en la adolescencia, además. No tengo ni que decirles el sufrimiento que atraviesa esa familia, sin dejar de intentar mantenerse unida, tener motivos para celebrar y hasta permitirse la esperanza.

Es imposible no encariñarse con los personajes. Nour cuenta las cosas de una forma muy madura, muy sensible, sin dejar de tener su edad. La tenacidad de la madre, la calidez de Huda, la ferocidad de Zahra, la amabilidad de Abú Sayid, el vínculo hermoso con Sitt Shadid y su familia. La importancia que se le da a estos nexos, a la memoria, a disfrutar de las cosas simples, a compartir así sea la comida más humilde. Todo esto es tan importante, tan lindo en medio de lugares tan feos. Me preocupé mucho por todos y pasé muy mal con algunos. Dudo que me olvide de ellos fácilmente.

Algo que quiero destacar de Nour es que es sinestésica. Esto quiere decir que sus percepciones sensoriales son distintas: puede ver el color de un sonido, de un aroma, etcétera. Obviamente, las implicaciones de esto para una narración en primera persona son enormes. En este caso, la pluma del autor es lo suficientemente experimentada como para que aporte a la sensibilidad de la protagonista y le dé un aire poético a lo que cuenta, demás de que se relaciona con elementos de la trama. Me pareció muy bien utilizado como recurso, y eso que es peligroso utilizarlo.

Otra de las cosas que amé de este libro es que es una gran oportunidad para aprender. Amo la historia y la geografía y acá tenemos mucho de eso. Más allá de que la mamá de Nour y Al-Idrisi son cartógrafos, algo muy importante en el correr de la novela, se le da una importancia enorme al territorio y a la cultura. A lo que implica ser de un lugar, al respeto por los demás. Incluso las religiones son vistas desde esa óptica. A veces para nosotros, occidentales, es muy fácil ver estos lugares a través del cristal de los noticieros, y por eso está bueno darnos la oportunidad de aprender más. Me pareció fascinante todo.

Así que nada, espero realmente que decidan leerlo, especialmente por este último punto. Es un libro precioso, de los que te hacen sufrir un poco, pero que terminan por dejarte el pecho calentito porque aprendiste algo, porque te cambió algo. Vale la pena, ¿confían en mí?

miércoles, 10 de julio de 2019

La hermana perla - Reseña

CeCe D'Aplièse nunca ha encajado en ningún lugar. Tras la muerte de su padre, el misterioso multimillonario Pa Salt, que adoptó a las seis hermanas desde distintas partes del mundo, se encuentra en una encrucijada: ha dejado la escuela de arte y su hermana Star se distancia de ella para perseguir su sueño.
A la desesperada decide huir de Londres y descubrir su pasado. Las únicas pistas que tiene son una fotografía y el nombre de una mujer pionera que vivió en Australia hace un siglo.
De camino hacia Sidney hace parada en el único lugar donde se ha sentido ella misma: las playas de Krabi en Tailandia, donde conoce al misterioso Ace.
Cien años antes, Kitty McBride, hija de un reverendo de Edimburgo, viaja a Australia como dama de compañía de la acaudalada Sra. McCrombie. En Adelaida su destino se ve unido a la rica familia, incluidos los idénticos aunque muy diferentes gemelos, el impetuoso Drummond y el ambicioso Andrew, heredero de una fortuna en la industria de la perla.


A esta altura varios sabrán lo mucho que amo estos libros. Voy a decir desde un inicio que, a pesar de ser una saga, se pueden leer independientes, con menor o mayor grado de spoilers —aunque si les interesa una hermana o un país en particular, no pasa nada, no tienen por qué leer todos. También quiero recordarles que pueden leer mis reseñas de La historia de Maia, La hermana tormenta y La hermana sombra. En esta última comenté que había sido mi libro favorito por diversas razones, y si bien creo que sigue siéndolo, La hermana perla me sorprendió para bien.

¿Por qué me sorprendió? En ningún momento dudé de la pluma maravillosa de Lucinda Riley, que se siente como volver a casa y charlar con una amiga muy querida. Tampoco dudé de sus magníficas descripciones de lugares exóticos (Tailandia, Australia, en este caso; tuve la oportunidad de leer este libro en verano y disfruté mucho la ambientación) ni de la documentación que trasluce no solo en lo histórico sino también en la actualidad. Mucho menos dudé de su capacidad de hacernos sentir que los personajes son reales, tangibles, humanos. ¿De qué dudé? De que fuera a empatizar con la protagonista, CeCe, dado que hasta el momento era mi menos favorita de las hermanas y me había molestado mucho su actitud con Star en el libro anterior, especialmente porque empatizo mucho más con Star.

Pues me tendré que comer mis palabras. Tener la oportunidad de conocer a CeCe en primera persona, entender sus dudas y sus inseguridades y cómo se apoyó en Star por esos motivos, sus aspiraciones artísticas... Todo eso hizo que le tomara muchísimo cariño y que dejara de verla como una caprichosa malhumorada. El desarrollo de CeCe es de los que más me han sorprendido, especialmente en el plano romántico. En general, aunque hubiera alguna que otra vuelta de tuerca, los romances de los libros anteriores no fueron difíciles de predecir. Acá, todo indica que las cosas se van a dar con determinada persona y que al final esto va a retomarse de cierta manera. Sin embargo, pasan otras cosas y se ponen en cuestión temas muy importantes —algo que me encantó—, de forma explícita aunque nada se concretara en la historia. No quiero decir mucho más, pero quien haya leído sabrá a qué me refiero. También me gustó cómo avanzó la relación con Star ahora que ambas han madurado.

La historia de Kitty, que corre en paralelo mientras CeCe la va descubriendo, me pareció súper telenovelesca, pero me encantó. Tenemos a una chica trabajadora, humilde, que por motivos ajenos a ella termina descubriendo un oscuro secreto de su padre y siendo enviada a Australia con una mujer de clase alta, bien lejos de su hogar en Escocia. Allí es donde conoce a la familia Mercer, que se entretejerá con su destino para nunca más soltarse. Si bien en general no me gustan demasiado los triángulos amorosos, entiendo el dilema de Kitty en cuanto a estos dos hermanos —más sensato que emocional—, y salí con el corazón destrozado en todo momento. No fue lo más interesante sobre ella, sino cómo pasó de ser casi intrascendente a volverse la dueña de una compañía perlera exitosa. Además, una madre amorosa y una buena jefa para con sus empleados, de origen aborigen, a los que tuvo la decencia de tratar como seres humanos y crear vínculos de amistad, incluso, algo raro en la época.

Toda la situación de los aborígenes en Australia, tanto en el pasado como en el presente, me resultó súper interesante y a veces hasta indignante. No me sorprende, sin embargo, teniendo en cuenta cómo es el mundo y cómo pesa el colonialismo aún hoy en día. Me gustó el encare de la autora, que no se centró en «blancos buenos salvadores» sino que le dio agencia a sus personajes aborígenes también. No me gustó mucho que usaran un inglés «roto» que los hiciera sonar tontos, pero supongo que puede ser cosa de la traducción también que se sienta así.

Así que, como ven, me encantó el libro y ahora estoy remil hypeada con La hermana luna, que cuenta la historia de Tiggy. Sé que ya salió en español, así que es una cuestión de esperar. Además, leo estos libros con mi abuela —se los presto cuando los termino de leer y después los comentamos—, así que estamos las dos re impacientes. Son novelas apasionantes, que se leen rapidísimo y con anhelo aunque sean bastante largas tanto en cantidad de páginas como en acontecimientos. Los personajes, les aseguro, son de los que se vuelven parte de tu familia literaria. Además, sigue estando sin resolver el misterio de Pa Salt, ese que mantiene hilada la trama. Yo no dejaría pasar la oportunidad de leer estos libros. Ustedes, ¿tienen ganas?

miércoles, 3 de julio de 2019

Ríos de Londres - Reseña

El joven agente de la Policía Metropolitana de Londres Peter Grant era un agente novato más hasta que un día, durante la investigación de un terrible asesinato, recibe cierta información de un testigo ocular muy especial: un fantasma. Tras descubrir que la magia existe, Grant ingresará en el departamento secreto que se encarga de las investigaciones sobrenaturales y, junto al inspector Nightingale, se encargará de tareas tan singulares como negociar treguas entre el dios y la diosa del Támesis, desenterrar tumbas en Covent Garden y perseguir a un espíritu maligno y vengativo que está sembrando el caos en la ciudad de Londres.







Hay libros que sabés que te van a atrapar desde la primera página. Que son una delicia. Que son de esos que querés leer entre mantas, con un tecito y sin prestarle atención a nada más. Este es de esos. Bastaron un par de páginas para que me hundiera en la historia y en el misterio que da inicio a todo. Hacía tiempo que tenía ganas de leerlo y, como pueden ver, la espera valió la pena.  

Como se darán cuenta, esta es una novela policial. Sin embargo, también incluye elementos fantásticos, como la magia y criaturas sobrenaturales. Es decir, es un combo de misterio, fantasía y, además, mucho humor. Además, también hay una subtrama que es la que, en definitiva, le termina dando nombre a la novela, relacionada con los ríos de Londres, que están personificados. Es casi un lío familiar no resuelto y hay bastante comedia involucrada, pero tiene más peso del que parece en primera instancia. La actualización de criaturas folklóricas y deidades también tiene un rol clave. Otros lectores lo han dicho: tiene un aire a American Gods, de Neil Gaiman, pero más centrado en el humor.

La ambientación destaca por esto mismo. En un principio pensé que se trataba de una época algo más antigua, de fines del siglo XIX o de principios del XX, pero la historia transcurre en la actualidad. Por supuesto, la ubicación temporal también juega un papel importante en el desarrollo de la historia, diría clave, y me gustó que se tuviera en cuenta. Si bien existen un montón de criaturas mitológicas, esto no es un dato conocido por toda la población. Hay una especie de Acuerdo, del que no se habla con claridad, que podemos suponer que evita ciertas revelaciones y ciertos desastres. En general, podemos decir que el mundo de esta novela es prácticamente igual al nuestro, pero bajo la superficie de la normalidad se esconde un montón de magia. Y es tarea del inspector Nightingale y de nuestro protagonista, Peter Grant, investigar los casos relacionados con ella.

Es Peter quien nos narra la historia en primera persona. Este dato es importante porque tiene una voz muy fuerte; el humor de la novela es muy inglés y Peter se caracteriza por ser sarcástico e irreverente en la mayoría de los casos. Este joven de ascendencia africana nos cuenta la forma en la que percibe su ciudad y es, como suele suceder, una mezcla de amor y resignación. Además, tiene una situación familiar bastante compleja. Por otro lado, se muere de ganas de crecer en su carrera, aunque es bastante escéptico con sus posibilidades y sabe que es demasiado distraído. He de decir que pude empatizar con Peter, pero hubo cosas respecto a su forma de ver a las mujeres que no me convencieron demasiado. Puedo entender que en las deidades el sexo tiene una valor más allá de lo humano, pero no me gustó que Peter entrara en el estereotipo de personaje masculino normalito que vive rodeado de mujeres hermosas a las que no se puede resistir, cosa que afecta las descripciones. Esto es personal, obviamente.

Si hay algo que no le falta a esta novela es personajes variados e interesantes. Para empezar, tenemos a Lesley May, la compañera policía de Peter, que es mucho más eficiente y atenta que él y, aunque la envidia un poco por eso, se alegra. También le gustaría que fueran más que amigos, pero no de forma romántica. No es un libro que se enfoque demasiado en el romance. Dentro de Scotland Yard también tenemos al intimidante Seawoll, de Homicidios, y al inspector Neblett, el jefe de Peter. Los padres de Peter, especialmente en referencias a la carrera como músico de jazz de su padre o a los orígenes africanos de su madre, tienen una gran importancia en la construcción del personaje.

Más adelante aparece el inspector Nightingale, que es el nuevo mentor de Peter. Este hombre se encarga de un departamento muy especial, que investiga crímenes sobrenaturales, y es, atención, un mago. A partir de entonces Peter conocerá a fantasmas, como Nicholas Wallpenny, algún trol —aunque ese fragmento en particular me pareció algo clasista—, vampiros y deidades del Támesis, como madre y padre Támesis y sus hijos, nombrados como los afluentes de este río. Especialmente, Beverly, Tyburn y Oxley. De hecho, vamos a estar metidos en una disputa familiar entre ríos, pero no quiero hablar demasiado de eso. Me gustó la diversidad racial entre los personajes, que además creo que se maneja bien. No quiero hablar del antagonista porque se trata de una novela policial y no tiene gracia, pero sí diré que me gustó la manera en que se maneja, que a pesar de todo no es un villano malvado sin profundidad, sino algo más extraño, y que no se resolvió de una forma violenta sin sentido.

La novela está escrita de forma desenfadada, pero se nota un cuidado detrás. Se apoya muchísimo en el humor a través del sarcasmo de Peter y su forma de ver Londres, pero también hay momentos muy oscuros e intensos. De hecho, hay un par de escenas muy fuertes que tal vez no sean para los más sensibles, al menos no sin aviso. De cualquier manera, engancha un montón y se lee súper rápido, aunque me habría gustado haber podido tomarme mi tiempo para disfrutarla más (pero la vida no me lo estaría permitiendo).

Así que si tienen ganas de leer un policial lleno de humor, con mucha magia (pero una mirada que no pierde de vista la ciencia), una ambientación londinense en la actualidad y personajes variadísimos, este es para ustedes. Perfecto para leer ahora en invierno con algo calentito. Yo no lo pensaría dos veces.

miércoles, 26 de junio de 2019

Escuadrón - Reseña

El inicio de la nueva trilogía young adult de Sanderson: Top Gun en el espacio.

El mundo lleva siglos en guerra; la humanidad está atrapada en un planeta constantemente atacado por unos alienígenas decididos a destruirla. Los pilotos son los únicos héroes dispuestos a combatir el enemigo.
Spensa es una joven que siempre ha soñado convertirse en piloto y defender a la Tierra. Pero su destino se cruza con el de su padre, un piloto que fue asesinado tras abandonar a su equipo, anulando sus opciones de asistir a la escuela de vuelo. De pronto, el ataque alienígena ha hecho duplicar la flota aérea de los humanos, facilitando que Spensa ahora sí pueda volar al espacio…

BRANDON SANDERSON es el gran renovador de la fantasía del siglo XXI, con diez millones de lectores y los derechos cinematográficos de toda su obra vendidos.

Brandon Sanderson es de esos autores que no necesitan presentación. Escribió y sigue escribiendo un montón de novelas de fantasía y ciencia ficción, sagas para adultos, jóvenes y niños... Casi imposible seguirle la pista sin comprometerte de verdad.  Escuadrón no es la primera vez que me encuentro con Sanderson, pero sí el primero de sus libros que reseño. La premisa me llamaba muchísimo y, apenas tuve la oportunidad de leerlo, me tiré de cabeza. Lo devoré casi todo durante una maratón de lectura de la comudidad BBB y creo que fue la mejor manera de pasar un sábado de junio.

El mundo que nos plantea Sanderson en esta novela no es la Tierra, aunque los antepasados de sus habitantes provienen de allí. Se llama Detritus y fue habitado por estos tras una persecución y un aterrizaje accidentado. Desde entonces, son atacados por los krell sin descanso, lo que los obliga a vivir bajo la superficie. Excepto que, con el tiempo, decidieron luchar. Y Spensa, nuestra protagonista, se muere por luchar. Esto, básicamente, es el argumento de la novela. No suena a nuevo, no suena a complejo, pero la verdad es que tampoco importa demasiado. El enfoque es maravilloso, la historia te atrapa de inmediato y los personaje están muy cuidados. De eso voy a hablarles ahora mismo.

Si lo han visto en persona, sabrán que es un libro largo, de más de quinientas páginas. Sé que eso a varios los asusta y a otros los entusiasma. He de decir que, una vez que te enganchás, esas páginas pasan rapidísimo. Y vaya si te enganchás, porque es una novela llenísima de acción, de secretos y de momentos muy intensos. También me gusta mucho el enfoque toma, como decía arriba. Me refiero en particular a cómo se trata al heroísmo, a la cultura en contra de la supuesta cobardía —una cultura que marcó la vida de Spensa— que hace que los pilotos, la profesión más admirada en esta sociedad, prefieran morir con honor a salvar sus vidas y ser considerados cobardes. Claramente, dentro del libro esto se cuestiona y se critica, a veces directamente en palabras de personajes como Cobb, un veterano que ahora da clases, o según las experiencias que Spensa va acumulando.

Spensa, como protagonista, es bastante diferente a lo que solemos encontrarnos. Es una bolita de rencor y violencia, llena de ganas de demostrarles a todos que no es una cobarde, que su padre tampoco lo era y que va a ser una digna piloto. Es bajita y parece fácil subestimarla, pero si la hacés enojar, te destroza. Me hizo acordar tanto a una amiga en ese sentido que al toque le tomé cariño, pero es verdad que puede ser un poco intensa. Por suerte, y quiero resaltarlo, con el correr de la novela va soltando un poco esa fantochada suya y dejando que otros se le acerquen, incluso cuando la posibilidad de perderlos es tan cercana —y, cuando esto sucede, el impacto es devastador. Spensa es inteligente, valiente —sí—, leal a sus amigos y con un fuerte sentido de la justicia. Hay un montón de veces que te dan ganas de gritarle, pero cuando ves todos los palos que le ponen en la rueda desde lugares de poder, se te pasa un poco.

Hay un montón de personajes en esta novela, pero los que más me importan son el escuadrón de Spensa, que cada vez va quedando más chico entre muertes y renuncias, y su profesor, Cobb. Cobb fue compañero del padre de Spensa, testigo de lo que le sucedió y... esto pesa. Me pareció un personaje admirable. Respecto al escuadrón, y sin entrar en cada uno de ellos, me gustó el lugar que toman en la vida de Spensa. Salvo Rodge, a quien ya conocía y con quien sí tiene confianza, todos los demás son un desafío para que Spensa ejercite tanto la irreverencia como la compasión. Me gustó especialmente una escena en la que se pone énfasis en la amistad femenina, el apoyo mutuo y las ganas de tener algún momento de normalidad. Fuera de esto, los adultos también son interesantes, especialmente Férrea, de quien tenemos bastante introspección. Me gustó que no hubiera villanos, sino antagonistas. Y luego está M-bot, la nave que encuentra y que está controlada por una inteligencia artificial dañada. Es un personaje delicioso.

La sociedad de este planeta está construida con mucho cuidado, a partir de los restos de la flota que tuvo que aterrizar para escapar de los krell. Incluso las cosas a las que se dedican o en las que creen tienen que ver con las ocupaciones de los habitantes originales. Sin mencionar, además, lo que provoca en cualquier cultura tener que vivir bajo tierra porque afuera espera una muerte casi segura. Ya hablé de la idiosincrasia de los pilotos así que no voy a seguir mucho con eso, pero quiero resaltar lo mucho que me gustó la academia donde estudian y las diferencias entre vivir en la superficie o en las cavernas. Además, la precisión con la que están descritas las distintas naves, las maniobras, los componentes de las naves... No me sorprende porque es Sanderson, pero vale mucho la pena resaltarlo. En cuanto a los krell, en este primer libro vamos a verlos poco y saber muy poco, hasta casi el final del libro. Pero, déjenme decirles, va a valer la pena que sea así.

Ya conocía la prosa del autor, pero en este libro se me hizo especialmente fluida, tal vez porque es una novela más orientada a un público juvenil, tal vez por la temática. En verdad, lo más destacable es la manera en que une acción e introspección, cataratas de datos e información con plot twists que hacen que uno nunca quiera dejar de leer. Son más de quinientas páginas que se pasan volando y que nos dejan con muchas ganas de seguir con el siguiente.

Sí, es una saga, otra cosa que no sorprende teniendo en cuenta al autor. Sé que a veces da pereza, pero yo me quedé con montones de ganas de seguir con la historia y me parece excelente poder leer una continuación. Lo recomiendo un montón a los que sean fans de este tipo de historias, pero también lo veo una buena puerta de entrada para los que no conozcan tanto. ¿Qué me dicen? 

miércoles, 19 de junio de 2019

Entre vidas - Reseña

La Ecuménica y el Hotel Vista Roja unen a Manuela y Ela sin saberlo. La guerra que cambió el mundo entra en sus vidas a pesar de los años que las separan. Manuela ha decidido que el pueblo se le queda pequeño. En el año 40 tiene que enfrentarse a sus miedos y dejar atrás a su familia. Ela está obsesionada con la Guerra a pesar de que en el año 80 nadie quiere hablar de ella. El Memorial se acerca y una excursión con su colegio hará que su vida dé un vuelco. Dos chicas de diecisiete años y un hecho que cambiará sus vidas para siempre.










Es la tercera vez que tengo la oportunidad de leer a esta autora, a la que también entrevisté el año pasado. Antes de empezar con la reseña, les cuento que pueden leer las de Infortunium y El Imperio del Sueño, si quieren saber más sobre la autora y sus obras anteriores. Y, sin más dilaciones, hablemos de Entre vidas.

Como muchos sabrán, la autora publicó mediante una campaña de crowfunding en Verkami.Tuve la suerte de poder apoyarla como mecenas y leer el libro en su versión digital. Esta versión incluía un relato extra, conseguido gracias a haber cumplido una de las metas de la campaña. La versión física incluye una imagen extra sobre la guerra. Sobre todo con las maravillosas ilustraciones de Mónica Marqués, que pueden ver en esta entrada. En fin, se imaginarán que toda esta campaña disparó el hype de maneras alucinantes y sí, se imaginan bien. Por suerte, puedo decir que es un libro a la altura del hype. Y eso no es poco. De hecho, creo que de las tres novelas que voy leyendo de Laura, es la que más me gustó. La más completa, la más consistente y la que más emociones me despertó. Y, como siempre, con fuerte crítica social detrás y situaciones que podrían considerarse alegóricas de nuestra realidad. No sé, ¿ya tienen ganas de leer? Sigamos.

Se desprende de la sinopsis que esta es una historia contada en dos tiempos. En el de Manuela, en los años 40, y en el de Ela, en los años 80. Estamos en una especie de mundo alternativo que nos cuenta una guerra paralela a la que sería nuestra Segunda Guerra Mundial, que es la Ecuménica. Esto es por gusto y es, como les decía, alegórico. La diferencia es que aquí los perseguidos, los que causan todo el daño a la sociedad y hay que eliminar y lo que se imaginan son los artistas. El ser artista, dicen los Nantes —ya sabemos el paralelo de quiénes son—, es genético y ensucia la sangre. Y por lo tanto, son una lacra de la sociedad. Esto empieza a de poco, a la vez que la guerra. Y de pronto lo invade todo y no hay cómo escapar.

Manuela, cuya narración está en tercera persona, es una muchacha de pueblo que se va a la ciudad en busca de una vida diferente. Para no seguir soportando a su padre alcohólico ni tener que depender de un esposo. Así es que consigue un puesto de trabajo en el Hotel Vista Roja. Vamos a tener la oportunidad de conocer más sobre la rutina y los habitantes de este hotel, pero muy pronto las cosas van a torcerse y... Se imaginan. La verdad, creo que la de Manuela es la historia más dura. No siempre es fácil leer sus capítulos y a veces la crudeza llega mucho. Está muy bien logrado, la verdad, y creo que contrasta muchísimo el optimismo y la ligereza del principio con los capítulos finales, mucho más oscuros y densos. Esa ingenuidad sobre el futuro y la desesperanza del final, tras haber vivido la guerra de cerca.

Me encanta también la atmósfera conseguida en esta parte. Se nota más vieja, aunque sean unos años 40 distintos a los nuestros. Esto se ve en la tecnología, la forma en que la gente se entera de las cosas, cómo se tratan entre sí. Igual, hay diferencias: ya en esta época, las distintas orientaciones sexuales están normalizadas y me parece excelente. Los personajes secundarios también me parecieron muy bien desarrollados. Desde la enigmática Úrsula hasta otros más entrañables como Virtudes, Piedad o Genoveva, o incluso otros más ambiguos.

Por otro lado tenemos a Ela, cuarenta años después. Su historia es, en cierto sentido, más sencilla. Sin embargo, hay momentos muy intensos pues es donde más importa el peso que tiene la memoria. La memoria de hechos terribles, de crímenes de lesa humanidad, de todo esto tan espantoso que muchos se empeñan en olvidar porque «hay que mirar al futuro» y «avanzar» y todas esas pavadas tan terroríficamente parecidas a las que dicen acá sobre la dictadura. No pude evitar sentir esa cercanía y que me llegara mucho la reticencia de Ela a olvidar lo sucedido y las consecuencias que tiene en el fururo. En este mundo en el que vivimos, dudo que nosotros podamos darnos el lujo de hacerlo. De todos modos, lo que le sucede a Ela es un poco más drástico: es incapaz de sacarse el tema de la cabeza, de sentir la Ecuménica como algo personal y la necesidad imperiosa de acercarse a los lugares donde más se sufrió la guerra. ¿Por qué? Misterio.

Ela nos narra en primera persona y esto ayuda mucho a transferirnos esa confusión que sufre. Poco a poco, algunas cosas que vive empiezan a ser incoherentes y ella misma lo nota. Me encantó cómo se trabajó esto y el impacto que tiene en la lectura. Es difícil hablar de los personajes que la rodean porque, primero, sufren esta ambigüedad con la que Ela los percibe y, segundo, porque en muchos casos es spoiler. Me gustaron, también, pero no sé si al mismo nivel que los de los capítulos de Manuela.

Ya he hablado antes de la prosa de Laura, pero creo de verdad que este es el libro que más llega. Además, la ambientación en un mundo que no es el nuestro para contarnos cosas muy vigentes es algo que me parece súper adecuado. Estas dos virtudes se conjugan muy bien y creo que el efecto del libro es el esperado. Se lee muy rápido, pero con el corazón en el cuello. Y genera muchas cosas, no sé.

Así que nada, si no fueron mecenas ya y por lo tanto felices poseedores de un ejemplar, los invito a adquirir uno porque vale la pena. Porque es necesario, al igual que la memoria lo es. Y de eso se trata este libro, en gran parte.


Yo sé que la canción habla de otra cosa,
pero igual creo que pega bastante bien...

miércoles, 12 de junio de 2019

Cuerpos de carbón - Reseña

Tres jóvenes que no se conocen entre sí son obligados a reunirse por la fuerza. Quien los convoca se mantiene en el anonimato y les exige mediante amenazas que le entreguen una información que para ellos es desconocida.
El tiempo los apremia y sus vidas están en peligro. Tendrán que poner en juego su perspicacia y su inteligencia emocional para que la desesperación y el miedo no les ganen.

Una novela que no da tregua, apasionante, despiadada. Una historia donde el tiempo es clave porque la vida depende de ello.








Me hace muy feliz poder reseñar esta novela. Ya tuve el placer de leer Te ama, León y de entrevistar a su autor el año pasado, pero más allá de eso, por lo que significa que esta novela exista. Hace un buen tiempo, en un evento de bloggers y booktubers junto con el Plan Nacional de Lectura en la Feria del Libro, Marcos nos leyó su cuento «La llamada», que está disponible en Cuento contigo. Con los chicos del #Clubdelectura.uy le pedimos que por favor lo continuara y, efectivamente, así lo hizo, y no solo eso, sino que el libro está dedicado al club. Es muy lindo y muy emocionante y me encanta poder contarles esto. Apenitas antes de que el libro saliera, Marcos vino a visitarnos a una reunión del club y dejó un libro para que fuera sorteado y... no lo gané yo, pero sí mi novio, así que se lo retuve porque tenía que leerlo (tranquis que ya se lo devolví).

Al igual que en su anterior novela, tenemos una historia de misterio, un thriller juvenil que, como bien dice la sinopsis, no da tregua. Voy a empezar por ahí porque ya veo que es la principal característica de los libros de este autor: me lo leí en una noche, con muchas ganas y velocidad. Es una novela que engancha mucho, que pasa muy rápido y en poco tiempo y que no deja de tirarnos datos, escenas de acción y otros sucesos impactantes. El lenguaje es muy claro y permite que pasemos las páginas casi sin respirar porque hay que seguir.

La historia comienza con una llamada y dos secuestros que parecen no tener nada que ver. Los involucrados van a tener que ponerse a pensar en por qué los reunieron y qué quieren de ellos, y cuando las cosas empiecen a cerrar y las pistas los dirijan al meollo del asunto... las cosas se ponen todavía más peligrosas. Es muy difícil hablar de lo que pasa en este libro sin spoilear, así que voy a dejar eso por ahí. Diré, nada más, que me gustan los temas que toca y lo que se critica, algo que todos sabemos en verdad y dejamos pasar porque es demasiado grande como para hacer algo al respecto, a veces...

En cuanto a los personajes de esta novela, tenemos varios protagonistas, aunque la más destacada es Olivia. También están Romina y Tiago, además del detective Ariel Frigman y, alguna que otra vez, Fideo. Debo admitir que esta es una de las partes que más flojean en el libro. Me costó encontrarles profundidad a estos personajes, a pesar de que nos adentramos en sus historias personales, miedos y metas, en algunos más que otros. El detective Frigman en particular me resultó cliché e innecesario, funcional alguna que otra vez, nada más. Creo también que es difícil cuando la novela transcurre en tan poco tiempo.

A pesar de esto último, también tenemos capítulos previos a ciertos eventos del presente de la novela que nos ayudan a tener una idea más completa de lo que pasó y por qué, aunque nos deja con más dudas de las que responde, y por lo tanto más ganas de leer. Los cambios de perspectiva ayudaron mucho a que la tensión y el interés no decayeran en ningún momento.

La ambientación me desconcertó un poco. A pesar de que podría tratarse de Uruguay, de Montevideo y de la Ciudad de la Costa, en verdad nada nos lo garantiza. No hay ningún indicio real, en verdad, y los personajes hablan de tú, cosa que me chocó un poco ya que sentí los diálogos algo forzados a veces. En verdad creo que los entornos no tienen tanta relevancia en cuanto a la trama, pero sí sabemos que se trata de nuestro mundo porque hay más de una referencia cultural, en particular sobre juegos, que nos lo demuestran. No sé si esto es algo que les pasa a ustedes o si solo a mí me deja pensando. Soy un poco de enredarme con algunas cosas.

En definitiva, tenemos un thriller atrapante, con crítica social y muchísima intriga. De esos que se leen en unas horas porque cuesta mucho dejarlos y tenemos que saber qué pasó. Me alegra montones haber podido leerlo y espero que Marcos siga escribiendo libros del estilo o, por qué no, que nos sorprenda con alguna otra cosa. Todo es bienvenido.

miércoles, 5 de junio de 2019

La sombra del zorro + Catwoman. Soulstealer - Doble reseña

Hace mil años, el gran dios Dragón fue invocado para conceder un deseo terrible, y la tierra de Iwagoto se sumió en una era de oscuridad y caos. Ahora se concederá un nuevo deseo a aquél que sea el poseedor del Pergamino de las Mil Oraciones.
Criada por monjes en un templo escondido, Yumeko ha sido entrenada para ocultar su naturaleza. Mitad zorro kitsune, mitad humana, su habilidad para transformarse sólo es comparable con su inclinación por las travesuras. Hasta el día en que su hogar es arrasado por demonios del averno y se ve obligada a huir con el mayor tesoro del templo, una parte del antiguo pergamino sagrado.
Kage Tatsumi es un misterioso samurái del Clan de la Sombra, un guerrero que ha recibido la orden de recuperar el pergamino a cualquier precio. Pero el destino pronto une a Tatsumi y Yumeko. Con la promesa de guiarlo hasta el tesoro anhelado, Yumeko establece una peligrosa alianza que le ofrece su mejor esperanza de supervivencia. Pero él busca lo que ella ha escondido, ¿y si su engaño es descubierto?
Con un ejército de demonios pisándole los talones, y acompañada por el más insólito de los aliados, los secretos de Yumeko son más que una cuestión de vida o muerte. Son la clave del destino del mundo.

Desde mi experiencia con la saga Las guerras del loto, de Jay Kristoff, soy muy cuidadosa a la hora de elegir novelas con ambientación japonesa, especialmente si se trata de mundos de fantasía inspirados en Japón. Quienes leyeron mis reseñas sobre esa saga sabrán que terminé reconciliándome, pero de todas formas me mantengo cauta al respecto. Por eso, cuando me encontré con esta novela, decidí tomarla con pinzas. Le tenía un poco más de fe por la autora, pero aun así no quería ilusionarme. Entré a sus páginas con cuidado y salí muy contenta de haberle dado una oportunidad.

Debo ser sincera, de todas formas: esta novela contiene un montón de tropos y clichés. ¿Por qué no me molesta ni me importa? Porque funcionan. Porque están bien usados y, además, son todos los que me gustan. Profecías, objetos mágicos, guerreros, brujas, fantasmas y otras criaturas mitológicas. Un shinobi que no puede permitirse sentir a cargo de proteger, para su conveniencia, a una medio kitsune ingenua. Un ronin irreverente, un espadachín misterioso. Todo un grupo de outcasts camino a cumplir una misión de la que, a fin de cuentas, no saben demasiado. ¿El enemigo? Una fuerza sobrenatural nacida de los mismísimos infiernos. No quiero contar demasiado de esta aventura porque es tan, tan satisfactorio ir descubriéndola de a poco... Es, en cierta forma, episódica y casi se siente como ver una serie.

Los personajes son el gran sí de la novela. Variados, profundos y entrañables. Yumeko me gustó muchísimo porque su ingenuidad no se hace pesada. Es curiosa, amable y está unida de forma ineludible con la naturaleza y el mundo espiritual. Tatsumi es un shinobi —ninja— que carga con una espada legendaria poseída por un demonio, por lo que no puede darse el lujo de dejarse controla por sus emociones. Estos son los personajes que nos narran la aventura, pero por el camino se encontrarán con Okame-san, un ronin sarcástico pero querible, y algunos otros personajes no tan amistosos. Me encantó la dinámica entre los personajes principales, el humor, los vínculos y la forma en la que entienden el mundo, cada uno de ellos. También disfruté de los villanos y de cómo, a pesar de tener menos profundidad —ahí se me hicieron muy de anime de los viejos, no sabría explicarlo—, insinúan algo mucho más oscuro y difícil de vencer.

La ambientación, al final, me terminó pareciendo preciosa. No se llena la boca de cosas que no entiende, sino que toma los mitos de forma respetuosa para crear un mundo delicado y lleno de magia. Es muy fácil sentirse parte del universo creado, de lo bien descrito que está y lo importante que es para la trama. Además, la prosa transmite muy bien la fascinación de Yumeko hacia todo lo que conoce. El japonés utilizado no me pareció incorrecto y hacia el final hay un glosario, además de que la novela en sí cuenta con bastantes notas al pie, sin interrumpir la inmersión en la historia. Para que todo fuera aún mejor, leí con la banda sonora de La princesa Mononoke de fondo y me pareció de lo más apropiado.

Podría hablar muchísimo más de este libro, pero elijo no hacerlo porque quiero que se adentren en él como yo, sabiendo poco y con más intriga que otra cosa. Es una novela preciosa, que disfruté montones a pesar de los clichés, que me importaron poco y nada. Me quedo con sus personajes y con la ambientación maravillosa, con una historia que me atrapó montones. Muero de ganas de leer la segunda parte y espero, de corazón, que ustedes también elijan meterse en este mundo increíble.



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Selina Kyle es Catwoman. Y cuando el murciélago no está en la ciudad, la gata sale a jugar. Ha llegado el momento de saber cuántas vidas tiene esta gata.

Selina Kyle es una ladrona.
Dos años después de huir de los suburbios de Gotham, Selina Kyle regresa bajo la identidad de la rica y misteriosa Holly Vanderhees. Con Batman fuera en una misión trascendental, pronto se da cuenta de que este es el mejor momento para hacerse con la ciudad.
Luke Fox es un héroe.
Luke quiere demostrar que está preparado para enfundarse en su traje de Batwing y proteger a los ciudadanos de Gotham. Para ello, se propone atrapar a una nueva ladrona que merodea por las calles y que, junto con Poison Ivy y Harley Quinn, está causando estragos en la ciudad.
En Gotham nadie es lo que parece.
A pesar de haber trabado algunas amistades inesperadas, Selina juega desesperadamente al gato y al ratón: durante el día coquetea con el guapísimo Luke Fox y por la noche lucha contra Batwing.
La inteligencia de Catwoman podría convertirse en la ruina de Batwing, pero una amenaza del pasado la persigue... ¿Será capaz de llevar a cabo el atraco más cercano a su corazón?

De esta colección de libros, Catwoman era uno de los que más me atraía. No solo porque es un personaje de DC que siempre me gustó mucho, sino porque la autora es nada más ni nada menos que Sarah J. Maas, una de mis escritoras favoritas. Además, había leído Wonder Woman de Leigh Bardugo y me pareció una buena novela. A decir verdad, tenía preocupaciones para con este porque había leído también reseñas tirando a negativas, pero, al final, ni muy muy ni tan tan. Me pareció un buen libro, pero no me maravilló.

A diferencia de otros lectores, no voy a meterme en si fue una buena representación del icónico personaje que ya todos conocemos. No porque me parezca mal, sino porque carezco de tal conocimiento. Soy consumidora ocasional y no me cambia demasiado que alteren una backstory o que le den nuevas motivaciones o intereses amorosos a estos personajes. Respecto a este tema en particular, desde el vamos tenemos un origen muy claro para esta Selina Kyle, a la que vamos a conocer más que nada durante su adolescencia. La conocemos cuando vive sola con su hermana Maggie y trata de mantenerlas a ambas, de pagar las cuentas del hospital de Maggie mientras se arriesga en peleas clandestinas. Luego, años más tarde, tenemos el producto de su entrenamiento en la Liga de Asesinos

Aquí volvemos a algo que hay que tener en cuenta: son novelas juveniles, con enfoque en un público adolescente. ¿Qué quiere decir? En este caso, que fueron específicamente planificadas para que sus protagonistas fueran adolescentes y apeleran a ese público en particular. No quiere decir que nadie más pueda leerlas ni que los cómics u otros medios no sean para ellos, sino que la idea central es otra. Por lo tanto, es de esperar que se centre en otros aspectos. Quizás por eso fans más metidos en este universo puedan sentirse extrañados, pero creo que a la vez es una buena puerta de entrada para lectores de estos autores que quieran empezar a meterse.

No sé si es necesario a esta altura que les cuente sobre la maravillosa prosa de Sarah J. Maas, lo genial que es para las escenas de acción y para provocar tensión entre los personajes, pero lo destacto de nuevo porque puedo. Si bien creo que la disfruté más en sus novelas de fantasía, la narración fluye muy bien. En cuanto a la ambientación, no sé si me sentí del todo en Gotham, pero habría que chequear qué es Gotham para mí en particular.

Los personajes —y me refiero a los de la novela, no como adaptación— los encontré sólidos y diversos. Me gustó que la historia no solo se centrara en un romance, y que este romance no fuera empalagoso sino más bien una atracción que potencialmente podría ser algo más. También fue un punto a favor tener a Poison Ivy y Harley Quinn y, más que la dinámica entre ellas, resaltaría la amistad que se genera entre las tres. Selina me hizo acordar un poco a Celaena, la protagonista de Trono de cristal. No tuve problemas con ella y disfruté de sus conflictos, pero a veces era demasiado eficiente en cosas.

En definitiva, dudo que sea la mejor adaptación, pero tampoco creo que busque eso. Es un libro entretenido, que engancha y que puede abrirle las puertas del universo de DC a un montón de gente que por ahí ni se lo planteaba. Para mí, rinde.

Y, ¿ustedes? ¿Leyeron alguno?